27 de abril

Arrebatada la victoria de las garras del infierno

Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Génesis 3:15

Desde principios de los tiempos Satanás y sus secuaces han estado en guerra con Dios. Vemos ese conflicto cósmico muchas veces en las Escrituras (p. ej., Job 1; Dn. 10:13). Después del aparente triunfo de Satanás en causar la caída de la humanidad, Dios predijo su final destrucción por el Mesías, que triunfaría finalmente a pesar de un aparente revés (Gn. 3:15).

Como resultado, Satanás trató de destruir el linaje mesiánico destruyendo al pueblo de Dios. Cuando eso fracasó, trató de matar al Mesías niño (Mt. 2:16-18). Cuando eso no dio resultado, trató de corromper al Mesías (Mt. 4:1-11). Al fracasar en ese intento, instigó a las multitudes para que lo mataran. Incluso trató de asegurarse de que el Mesías no pudiera salir del sepulcro.

Se ha dicho que el infierno debe de haber estado en medio de su carnaval cuando llegó Jesucristo. Es probable que estuvieran celebrando la victoria que con tanto esfuerzo habían tratado de alcanzar, pero quedaron abruptamente desilusionados.