Las bandas de la Conferencia
La llegada inesperada del ex presidente del gobierno interino, Juan Guaidó a Colombia, en el marco de la Conferencia internacional sobre Venezuela, constituyó una arriesgada jugada a varias bandas.
Por un lado intentaba el parlamentario de la AN 2015 movilizar a la diáspora para meter presión al Gobierno colombiano, destacando la importancia de la implementación de medidas tendientes a la redemocratización del país y evitar que la reunión se convirtiera solo en un evento para eliminar las sanciones, como había previsto el embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti. Intentaría también reunirse con algunos funcionarios de los países visitantes y evidentemente obtendría rédito político por esas acciones.
Pero si la llegada de Guaidó a Colombia fue inesperada, qué decir de la respuesta del Gobierno colombiano, que obvió su peso político como una de las figuras más importantes de la oposición venezolana.
La primera reacción del canciller fue amenazante, al destacar lo irregular de su ingreso y señalar que el Estado tomaría acciones. Luego, el diplomático entró en un mar de contradicciones, para defender las razones que llevaron a las autoridades a conducir a Guaidó al aeropuerto y que, con la intervención del Gobierno de EEUU, emprendiera vuelo hacia suelo seguro en Florida.
El impasse sembró dudas sobre las reales intenciones de las gestiones del Gobierno del presidente Gustavo Petro respecto a la crisis venezolana, mientras Guaidó obtuvo una narrativa heroica para justificar el fin de una candidatura que parecía inviable por las circunstancias y las amenazas en su contra.
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