Lula gasta más de 21000 dólares en una cama y un sofá eléctrico
Ambos artículos forman parte de una compra más grande valorada en casi 40000 dólares, conformada por un total de seis muebles de lujo. Para excusarse, desde el Palacio de Planalto culpan al anterior gobierno de Jair Bolsonaro
Mientras la inflación aumenta en Brasil y el Fondo Monetario Internacional (FMI) reduce la proyección de crecimiento del país en 2023 de 1,2 % a 0,9 %, el presidente socialista Luiz Inácio Lula da Silva gasta miles de dólares en muebles para la residencia oficial, conocida como Palacio de la Alvorada, que disfrutarán él y su esposa.
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La información fue difundida por Folha de São Paulo a través de la Ley de Acceso a la Información (LAI) y detalla que Lula destinó 65140 reales brasileños en un sofá eléctrico (reclinable para la cabeza y los pies) y 42230 reales brasileños en una cama. Esto se traduce en más de 21000 dólares. Ambas piezas están revestidas en cuero 100 % natural italiano con un tratamiento exclusivo para evitar la sequedad.
Sin embargo, estos solo fueron parte de una compra más grande de seis muebles: una cama, dos sofás y dos sillones. Esas compras se realizaron en una tienda de decoración en Brasilia. En otro lugar se adquirió un colchón king size. Todo costó 196.770 reales, es decir, casi 40000 dólares.
La excusa de Planalto
El medio contactó al Gobierno federal para pedir explicaciones y la respuesta fue que la costosa compra de Lula da Silva se debe “al estado en que se encontraron los muebles del palacio”. Pero contrario a los 500 regalos que el actual mandatario socialista se quedó de sus anteriores presidencias, esta vez su equipo admitió que “el mobiliario adquirido forma ahora parte del patrimonio de la Unión y será utilizado por los futuros jefes de Estado que residan allí”.
Aún así, nuevamente señalaron al expresidente Jair Bolsonaro. “Si el palacio no se hubiera encontrado en las condiciones en que se encontró, no habría sido necesario comprar muebles”, dijo la Secretaría de Comunicación.
No es la primera vez que la actual gestión arremete contra Bolsonaro. Al cumplirse sus primeros 100 días de gobierno, Lula da Silva dijo que revirtió “un escenario atroz”, aunque los números demuestran que las expectativas económicas bajaron a partir de que este asumió la presidencia. Otro dato quedó plasmado por O Globo: Lula da Silva se ha estado quejando las últimas semanas de no poder usar el Palacio de Planalto, ya que estaba en refacciones.
El episodio demuestra que el presidente brasileño se asemeja sin disimulos a sus homólogos izquierdistas, quienes profesan el socialismo y un discurso de odio contra las clases media y alta, mientras se rodean de lujos.
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