El
28 de enero de 2019 José María León Cabrera, de New York Times, reportó que un altar en la memoria de la
mujer embarazada que fue asesinada el 19 de ese mes en Ibarrra y un video del
feminicidio constituyeron el disparador de una ola de persecución contra los
migrantes venezolanos en esa ciudad.
-QUITO
— El domingo 20 de enero de 2018, una turba irrumpió a la fuerza en un pequeño
conjunto residencial en Ibarra, una ciudad ecuatoriana a dos horas de la
frontera con Colombia, para desalojar a inmigrantes venezolanos. “Cuando nos
asomamos por el balcón vimos que venía gente corriendo, tal vez mil personas”,
dice Rafael Aular, un veterinario de 30 años que vive hace año y medio en la
ciudad de poco más de doscientos mil habitantes. Aular dice que él y los otros
cinco hombres que estaban en el departamento (junto a dos mujeres y un par de
niños) empezaron a trancar las puertas, pero todo sucedió muy rápido. “De una
patada tumbaron el portón”, recuerda.
Luego
señaló:
-Daniel
García, un comerciante de 25 años que vive en el departamento, dice que después
del golpe escuchó a la muchedumbre entrar. “Gritaban: ‘Mátenlos, hijueputas,
asesinos, les vamos a sacar la madre’”, recuerda. Otro inquilino llamado Jesús
Sánchez escuchó que una voz ordenaba desde la vereda: “Sáquenlo, sáquenlo para
quemarlo”. En distintos puntos de Ibarra, grupos similares invadieron y
saquearon residencias y hostales donde vivían grupos de venezolanos.
Seguidamente
precisó:
-Estos
ataques fueron el clímax de un fin de semana enrarecido por la violencia y la
xenofobia en Ecuador. La noche anterior, un video que mostraba a un hombre
asesinando a puñaladas a una mujer embarazada había conmocionado al país. La
filmación se propagó en redes sociales con un detalle incendiario: el asesino
era venezolano. Según la ministra del Interior de Ecuador, María Paula Romo, el
sujeto actuó por celos. “Es un femicidio, es violencia machista”, dijo vía
WhatsApp. Pero en las redes sociales y en muchos medios no era un problema de
violencia de género, sino de pasaporte. Al mediodía siguiente, el presidente
del Ecuador, Lenín Moreno, publicó un tuit en el que anunciaba la “conformación
inmediata de brigadas para controlar la situación legal de los inmigrantes
venezolanos en las calles, en los lugares de trabajo y en la frontera”.
Y
a continuación señaló:
-La
ministra Romo, sin embargo, cree que las palabras de Moreno no incitaron las
reacciones. “El asesinato de una mujer embarazada transmitido en vivo, con
cerca de veinte millones de reproducciones, me parece la única explicación del
lamentable brote de violencia de ese día”, apuntó. Javier Arcentales,
especialista en movilidad humana de la Universidad Andina Simón Bolívar, cree
que las declaraciones de Moreno fueron un grave error. “Juntó dos problemas
—violencia contra las mujeres y xenofobia— al culpar a una nacionalidad
específica por un asunto de inseguridad”.
(La
ONU estimó que en 2019 el éxodo venezolano superaría los cinco millones de personas. Hasta finales
del año pasado, cerca de tres millones habían salido del país para escapar del
hambre, la violencia y la hiperinflación. Según datos oficiales, al Ecuador han
entrado cerca de un millón de personas desde 2017. Uno de cada cinco se han
quedado en el país.)
A
juicio de Arcentales, “Ningún Estado estaba preparado para recibir este nivel
de migración”. Agregó que “El saqueo de
Ibarra es una de las expresiones más reciente de una xenofobia que ha explotado
ya en Brasil y en Perú.
(En Chile también sufrieron un
horrible ataque de xenofobia contra los venezolanos. Se les agredió físicamente
y sus enseres e improvisados lugares de albergue fueron destruidos, olvidando
que millares de chilenos se refugiaron en Venezuela durante la dictadura de
Augusto Pinochet, tratándoseles amistosamente. Un ministro de Salvador Allende,
Orlando Letelier, por dilgencias del entonces gobernador del Distrito Federal,
Diego Arria, previas instrucciones del presidente Carlos Andrés Pérez, logró su
libertad, estableciéndose en Venezuela, marchándose posteriormente a
Washington, donde esbirros del gorilla chileno lo asesinaron a mansalva)
Arcentales
también aseguró que “Los brotes de violencia son la explosión de una xenofobia
contenida”.
Cabe
destacar que en ese país existe la Fundación Chamos Venezolanos en Ecuador
Venezolanos en Ecuador, dirigida por
Egleth Noda, médico cirujano ortopédico y traumatólogo de la (UCV),
quien migró a Ecuador, específicamente a la ciudad de Quito. Sin embargo, un
robo marcó su llegada al país, por lo que tuvo que comenzar su estadía sin su
pasaporte y título universitario.
Así
se lee en una nota publicada en el portal El
Diario el 26 de octubre 2020.
-Luego
de varios meses de trabajo en una peluquería canina y algunos encuentros
fortuitos,-explicó- Egleth pudo ejercer
nuevamente su profesión como jefa de emergencia de un hospital. Y aunque han
pasado cuatro años desde que Quito se convirtió en su nuevo domicilio, su
acento caraqueño se distingue en su hablar. Pero esto no siempre fue así.
La
venezolana relató que durante su estadía en la institución médica quiso cambiar
su acento porque sentía resistencia en sus pacientes cuando ellos notaban su
lugar de origen. No obstante, tal y como ella lo asegura, un hecho cambió la
historia de su vida en Ecuador.
“Yo
en ese momento me di cuenta de que mis títulos podían desaparecer, que me
podían robar mi pasaporte y que me podían quitar todo lo que yo tenía, pero que
mi identidad cultural era lo único que realmente me pertenecía”, cuenta.
Esa
misma noche, Egleth pensó en crear una red de apoyo. El primer paso fue buscar
a enfermos venezolanos en los hospitales de la ciudad en compañía de otros
médicos. Uno de sus amigos le sugirió crear un grupo de WhatsApp para estar más
organizados y, para sorpresa de la doctora, en una semana eran 800 voluntades
con el deseo de colaborar.
Igualmente
destacó:
-Desde
entonces, nació la Fundación Chamos Venezolanos en Ecuador. Actualmente,
cuentan con nueve programas que brindan apoyo a la comunidad migrante en el
país, que van desde la donación de colchones y ropa para el frío hasta la
realización de actividades escolares que le faciliten a los menores la
reinserción en el sistema educativo de Ecuador. Algunos de los nombres de estos
programas son: Abrígame, Saludable, Mercado nutricional, Aula móvil y
Tradiciones.
Y
volviendo a los hechos de violencia en Ibarra, el periodista de Nueva York Times a lo anteriormente
mencionado agregó:
Muchos
venezolanos se fueron de la ciudad tras el brote de xenofobia. El primer día
después de que las turbas salieran a buscar venezolanos se fueron cuarenta de
ellos, según Egleth Noda. “Son los que vivían en plazas y parques. De ellos, se
dispersaron treinta que nunca llegaron a Quito”. Dice que no sabe dónde estén.
Entre las diez personas que llegaron el lunes a la sede de Chamos Venezolanos
en Ecuador, había tres mujeres embarazadas. El martes llegaron trece, incluida
una niña de 4 años. Noda dice que siguen recibiendo mensajes desde Venezuela de
gente que busca a sus familiares asentados en Ibarra y de los que no saben hace
días.
Igualmente
apuntó:
-Jesús
Sánchez, uno de los hombres que vivió el saqueo y vandalismo en el conjunto
residencial donde vivía, es uno de los que se marcharon de Ibarra. Dice que si
no hubiera sido por unas vecinas que, a gritos, le exigieron a la policía que
hiciera algo, el domingo 20 de enero la turba podría haberlos matado. Sánchez
se ha ido a Quito, donde espera juntar suficiente dinero para comprar un pasaje
e irse del Ecuador, aunque no a Venezuela. Unos días antes, aún en Ibarra,
recordando la noche del domingo, dijo que jamás se habría imaginado que algo
así hubiese sido posible: “Ibarra era una ciudad muy tranquila”.
Estos ataques xenofóbicos contra los venezolanos también fueron registrados
por Wikipedia, la enciclopedia libre
en los siguientes términos:
Así quedó una de las
residencias de venezolanos en Ibarra
después de ser atacada.
Foto: José María León Cabrera
-El 20 de enero de 2019 fue
asesinada a puñaladas en la ciudad de Ibarra, provincia de Imbabura, Diana
Carolina Ramírez Reyes, mujer ecuatoriana de 22 años, que se encontraba con un
estado de cuatro meses de embarazo. El perpetrador, un hombre extranjero de
nacionalidad venezolana, quien fue su pareja, antes de cometer el acto fatal,
la tomó por rehén por cerca de 90 minutos mientras era acorralado por efectivos
de la Policía Nacional del Ecuador.
Luego de hacerse público lo
acontecido, que generó conmoción a nivel nacional, manifestantes en defensa de
los derechos de las mujeres salieron espontáneamente a repudiar el hecho, a
través de las redes sociales y en las calles, sumado a otros, que se
manifestaban con gritos xenófobos protestando en contra de los inmigrantes
venezolanos en general.
Asimismo registra:
-Han sido difundidos por internet
diversos vídeos y fotografías de ciudadanos ecuatorianos agrediendo física y
verbalmente a venezolanos, además de la vociferación de gritos y vitoreos
antivenezolanos, el desalojo forzado e injustificado de venezolanos desde sus
viviendas, llegando incluso a la quema de sus pertenencias.
Producto del mismo acontecimiento,
el 21 de enero se realizaron manifestaciones en contra de la violencia de
género en algunas ciudades ecuatorianas, como en Cuenca y Quito.
El Presidente de Ecuador, Lenin
Moreno, luego del femicidio de Diana Ramírez, anunció como medida la creación
de brigadas especializadas en el control de inmigrantes ilegales, además de
exigir a los ciudadanos venezolanos un certificado apostillado de antecedentes
judiciales para quienes deseen ingresar al país y permanecer en él.
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