Tercera guerra mundial: devastación fisiológica de China contra EEUU
Si damos por ciertas las acusaciones de las autoridades de EEUU, en cuanto a que proviene de China y de los cárteles de México el fentanilo que les llega, técnicamente éstos ya están alineados con Eurasia, con el Dragón Rojo, y sirven a sus intereses, contribuyendo al ataque contra la población
Mientras en Estados Unidos mueren cerca de 100.000 personas al año debido al fentanilo, y la mayor parte de esta mortífera droga llega por correo desde China, el gobierno del Dragón Rojo se lava las manos y arguye que combate al narcotráfico en todos sus frentes, lo cual es evidentemente una mentira, y hay que considerar a este opiáceo una de la principales armas de la tercera guerra mundial, usadas para devastar silenciosamente a los americanos.
Sólo dos gramos de fentanilo son capaces de matar a una persona, y muchos de quienes han muerto por consumir esta sustancia, lo hicieron sin saberlo, ya que se le añade a la cocaína, a la heroína, y a las metanfetaminas.
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En el suelo estadounidense, ya hay en este momento, el fentanilo suficiente para asesinar a los 300 millones de americanos que viven en el país gobernado por Joe Biden, y donde los funcionarios, intelectuales y activistas dictadorcitos woke imponen sus delirios en connivencia con el gobierno, fundaciones, las big tech y el mainstream media.
La Administración Biden ha estado presionando últimamente a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presidente socialista de México, amigo de todos los sátrapas de izquierda de Hispanoamérica, para que haga algo verdaderamente útil para detener la producción y distribución de fentanilo de los cárteles de la droga, hacia los Estados Unidos.
La fiscal de Florida, Ashley Moody, declaró que en 2021 que el fentanilo estuvo involucrado con el 77 % de las defunciones por sobredosis en adolescentes. “Muchas de estas muertes se pueden atribuir al uso de píldoras recetadas falsificadas mezcladas con fentanilo, provenientes de los cárteles mexicanos de la droga”, dijo sin rodeos.
Diversos políticos republicanos han estado criticando también a AMLO por su inacción ante los cárteles, a los que buscan reclasificar como grupos “terroristas”, con lo que el Ejército norteamericano podría coadyuvar al gobierno mexicano para combatirlos dentro de México.
Como era de esperarse, AMLO y otros jacobinos trasnochados, de inmediato se quejaron de “intervencionismo”, y de la necesidad de respetar la “soberanía nacional”, y todo eso que históricamente siempre alegan cuando se trata de Estados Unidos, pero nunca cuando se trata de China, o aún, de Rusia.
El senador Dan Crenshaw, exmilitar, de Texas, dijo a AMLO algo que millones de mexicanos pudiéramos haber dicho: “Todo lo que queremos es enfrentarnos finalmente a los poderosos elementos criminales que aterrorizan al pueblo mexicano, sobornan y amenazan a los políticos mexicanos y envenenan a los estadounidenses ¿Está en contra de eso, señor presidente? ¿A quién representas? ¿Los cárteles o el pueblo?”
La política de AMLO de “abrazos, no balazos” ha sido un fracaso, y además, de facto, es ilegal, al no ejercer acción legal contra los delincuentes, contra el crimen organizado.
Por su parte, la comunidad jesuita de México, y la Conferencia de Episcopado de México (CEM), han coincidido en que hay zonas del territorio mexicano que son controladas por el crimen, y no por el Estado.
Hace unos días AMLO envió una carta a Xi Jinping, cabeza del Dragón Rojo, en la que intentando quedar bien con el gobierno de Biden, le pedía al chino que hiciera algo más por combatir el tráfico de fentanilo desde el país asiático, hacia América.
China respondió que Estados Unidos no les había denunciado nada al respecto, y que no existía el tráfico ilegal de fentanilo. Afirmaciones muy al estilo del Partido Comunista de China, odiosas e increíbles.
Este lunes 10 de abril, AMLO reviró a China, diciendo que si no se producía y exportaba el fentanilo desde ese país, ¿entonces desde dónde? AMLO se está convirtiendo en un alfil de los intereses de Estados Unidos, presionado por Biden y también por los republicanos, en un tema tan delicado que representa la muerte de 100.000 personas al año.
AMLO, jugando al ingenuo, pidiendo apoyo a Xi Jinping para detener el tráfico de fentanilo, cuando todos sabemos que si China no detiene a los miles de delincuentes que envían esta droga a América no es porque no pueda, ya que tiene un registro facial de todos sus habitantes, que son cerca de 1300 millones, sino porque simplemente no quiere.
A China, en un plano geoestratégico, justo le conviene devastar la salud del pueblo norteamericano, porque esto es parte de la tercera guerra mundial, que a todas luces ya ha iniciada, sólo que no es un conflicto nuclear, hasta ahora, sino una suma de estrategias de destrucción psicológica, moral, fisiológica y biológica, del enemigo aún hegemónico.
No se puede dejar de pensar en el surgimiento del Covid en Wuhan, China, como una posible arma usada biológicamente con muchos objetivos, entre ellos, diezmar a la población occidental y recortar derechos humanos en China, logrando un mucho mayor control gubernamental y totalitario.
También, los globos espía que surcaron los cielos de EE. UU., no tanto recogiendo información que no se pueda obtener desde un dron, o desde un satélite, sino poniendo de manifiesto que el país de las barras y las estrellas ya es una hegemonía decadente, burlándose de sus sistemas aéreos de seguridad, con simples globos aerostáticos.
Y el fentanilo es una estrategia más, la más terrible. A todo esto hay que sumar las acusaciones de espionaje a través de TikTok, y la programación para minar la moral que hace esta red social, muy en contraste de lo que proyectan las redes sociales en China.
En el ámbito geopolítico, si damos por ciertas las acusaciones de las autoridades de EE. UU., en cuanto a que proviene de China y de los cárteles de México el fentanilo que les llega, técnicamente éstos ya están alineados con Eurasia, con el Dragón Rojo, y sirven a sus intereses, contribuyendo al ataque contra la población, y sumando a la tercera guerra mundial.
Todos contra el imperio occidental, comunistas y criminales, que al final son lo mismo, van de la mano para socavar los cimientos de la cristiandad, los valores y las instituciones, y este juego se extiende al sur de nuestro continente gracias al Foro de Sao Paulo, al Grupo de Puebla, la CELAC, el BRICS, y hasta la recientemente creada Internacional Feminista. Urgente el retorno de Dios a la cultura, y nuestro combate en todos los frentes, contra el mal en sus distintos rostros, en especial, el comunista.
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