Partido Comunista de Cuba, productor de miseria
Los gobernantes cubanos que participaron en el VI Pleno del PCC dejaron claro que su organización tiene “fuerzas infinitas” para controlar a la sociedad
CDMX, México. – El VI Pleno del Comité Central del PCC fue convocado para analizar el cumplimiento de los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”. De acuerdo con el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, de los 201 lineamientos, 13 están sin avance y 67 tienen un avance bajo, por lo que ambas categorías concentran cerca del 40 por ciento; mientras 110 tienen un avance medio (54,7 por ciento) y 11 un avance alto (5,4 por ciento). Los 13 lineamientos sin avance, señaló el ministro, se refieren a la producción de alimentos.
¿Por qué precisamente son los lineamientos dedicados a la producción de alimentos los que no se cumplen? Una constatación de este tipo haría dimitir a todo el Gobierno en cualquier país democrático. En otro país, con división de poderes, el Congreso destituiría a los gobernantes incompetentes.
El problema no es la crisis; es el modelo de control social
Mientras los campesinos cubanos dependan de las intermediarias estatales para comprar sus insumos, producir y comerciar, y el Gobierno mantenga el “encargo estatal” del 75 por ciento de la producción (el 100 por ciento en el caso del tabaco) a precios por debajo de la demanda y la oferta, la producción de alimentos y toda la producción nacional se mantendrán como misión imposible: esto es un escollo insalvable en las sociedades que pretenden un control social totalitario, como lo demostró el derrumbe del campo “socialista” en la antigua URSS y Europa del Este.
El encadenamiento de las empresas estatales y las privadas, según los Lineamientos de 2011, 12 años después, evidencian su absoluto fracaso. El modelo de control económico que propone el Partido Comunista de Cuba es un verdadero sinsentido económico, pero el VI Pleno del Comité Central sigue trasladando la responsabilidad de la crisis nacional al entorno internacional y al embargo.
Sobre las posibles soluciones a los 13 lineamientos sin cumplir, los gobernantes nada dijeron, más que la referencia a la “resistencia creativa” dentro del mismo modelo de control social, económico, jurídico, cultural y cívico.
Con relación a la inflación, el VI Pleno constató que no se ha logrado “estabilizar el sistema macroeconómico”, pero nada se dijo del cumplimiento o los resultados alcanzados con las medidas propuestas en el anterior pleno, celebrado en diciembre de 2022. Es decir, las medidas del PCC de diciembre de 2022 relativas a la inflación no han detenido la grave crisis.
Durante la reunión, los gobernantes cubanos tampoco aludieron a los más de 1.000 presos y presas políticas que el propio régimen mantiene en las cárceles, ni a la política represiva contra la libertad de expresión apuntalada, aún más, en el Código Penal y la próxima Ley de Comunicación Social.
El 1 por ciento de la población quiere controlar al resto de los cubanos
Con el tufo militarista habitual de los gobernantes cubanos, el VI Pleno no hizo rendición de cuentas a la ciudadanía sobre su trabajo; solo bajó las orientaciones a sus militantes (que no llegan al millón de habitantes).
Decir la cantidad de reuniones que tuvo el Comité Central desde diciembre pasado a la actualidad no aclara nada sobre los resultados. Temas como las Escuelas del Partido y el cambio de las denominaciones de las academias de las FAR y el MININT, o el trabajo ideológico de los militantes del PCC, no son inquietudes de la ciudadanía sometida a la miseria generalizada.
Por otra parte, el eufemismo de “sectores vulnerables”, utilizado por la dictadura en sus medios de difusión y en sus informes, oculta ante la ciudadanía y la comunidad internacional que el 72 por ciento de la población está muy por debajo del umbral de pobreza establecido por Naciones Unidas. El VI Pleno utilizó el mismo eufemismo para ocultar la pobreza en Cuba.
En plena crisis sistémica, el PCC pretende alcanzar todos los rincones del país para acompañar la miseria y el descontento extendido. El Partido apuesta a que los militantes expliquen la crisis y acompañen a la población. En otras palabras, según el Comité Central, lo que ha fallado es la comunicación del Partido con las bases de la ciudadanía.
El trabajo ideológico del PCC, según el presidente designado Miguel Díaz-Canel, debe hacer frente al intento de “colonización cultural” que viene desde el exterior. Este nuevo “enemigo cultural” no queda definido por los gobernantes cubanos.
Al iniciar el VI Pleno, el secretario del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, reiteró que “solo la renovada e indestructible unidad, el trabajo creativo e innovador, una mayor democracia partidista, participación y control popular, así como confiar en la capacidad de nuestras infinitas fuerzas, nos permitirá superar este momento crucial”.
Esta declaración de Morales Ojeda dejó claro el inmovilismo del Partido, algo que también fue constatado en las intervenciones de los gobernantes. Decir que el Partido tiene “fuerzas infinitas” es comunicar a la ciudadanía que el PCC seguirá con su modelo de control totalitario.
CUBANET
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