¿Podrá el ecoturismo salvar los últimos bosques de Portuguesa?
La Asociación Civil Jabirú, formada por egresados de la UNELLEZ, con apoyo nacional e internacional adelanta un programa de formación en ecoturismo entre los habitantes vecinos al parque municipal Montaña Los Pozuelos, en el estado Portuguesa. Así funciona y a esto aspira
Aunque los llanos infinitos salpicados por reses blancas y las plantaciones agrícolas definen hoy el panorama, a principios del siglo pasado –dice Carlos José Díaz, gerente del grupo conservacionista Asociación Civil Jabirú– 80% de la superficie del estado Portuguesa eran bosques. En el municipio Turén, al sur de Acarigua, existió alguna vez el bosque más grande de los llanos. Hoy el lugar es conocido por sus plantaciones de girasoles. Declarado reserva forestal en 1950, para asegurar su explotación de manera sustentable, el bosque de Turén fue rápidamente arrasado por sus maderas valiosas como la caoba (Swietenia macrophylla). Con menos de 3% de su territorio bajo protección, dice Díaz, “el grado de deterioro” de los ecosistemas de Portuguesa es significativo.
Por fortuna, al norte de Suruguapo en el municipio Guanare, todavía persisten las selvas nubladas y los bosques húmedos pre-montanos en el parque municipal Montaña Los Pozuelos. Allí, la Asociación Civil Jabirú, una organización de naturalistas y entusiastas formada en 2003 por egresados de la Universidad de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), está capacitando a los habitantes de las comunidades de la zona –San José de la Montaña, San Juan de la Montaña, Fila de San José, San José de las Virtudes, El Coco y Córdoba– en un programa de “ecoturismo comunitario” para ser guías de aviturismo (ecoturismo de observación de aves), como guardaparques locales y como “parabiólogos”, es decir, asistentes de investigación para trabajar con científicos y estudiantes, como se ha hecho en Colombia, Costa Rica y las islas Galápagos, en Ecuador.
“Son los que mejor conocen del lugar, tanto las plantas como los animales, el comportamiento de estos, sus interacciones”, dice Díaz, quien es ingeniero especializado en planificación de recursos naturales renovables. Además de capacitarlos para ser guías del ecoturismo que se pueda desarrollar en el área, explica, se busca que los locales conserven los bosques naturales que interactúan con plantaciones de café y cacao en el área. El proyecto recibe el apoyo de organizaciones ambientalistas internacionales como Vitalis, Avezona e Idea Wild y también financiamiento de la Tennessee Ornithological Society para iniciar la segunda etapa de formación de parabiólogos.
La Asociación Jabirú espera lograr más en Montaña Los Pozuelos: con apoyo de la Embajada del Reino Unido, el equipo de la asociación ha estado investigando los ecosistemas y delimitando territorios para una propuesta de un nuevo parque nacional en Portuguesa, uno de los estados menos protegidos del país. Y es que Montaña Los Pozuelos es un verdadero laboratorio natural. “Es un área prioritaria para la conservación, para la supervivencia de la biodiversidad”, dice el ingeniero Luis Mieres Bastidas, miembro de la asociación.
Un laboratorio natural único
Abarcando selvas nubladas en zonas frías, entre los 1.000 y hasta los 100 mil metros sobre el nivel del mar, el parque nacional propuesto estaría en una suerte de “isla” en la Sierra de Portuguesa –que se distribuye entre Trujillo, Portuguesa y Lara– porque está rodeado del río Morador por un lado y el río Portuguesa por el otro. Estos ríos forman “pequeños cañones y unos valles muy alargados” que han permitido altos niveles de endemismo –o fauna y flora única de la región. Además, es un sitio de convergencia de las aves de los llanos, de los andes y de la Cordillera de la Costa.
La Asociación Jabirú ha reportado 381 especies de aves, aunque estiman que serían más de 420 especies. Incluso podría haber unas cinco o seis especies de aves endémicas que aún no han sido descritas, una afirmación basada en comparaciones de ejemplares documentados con las aves de la Colección Phelps en Caracas y del Museo de Ciencias Naturales de la UNELLEZ. “Son completamente diferentes”, dice Mieres. “Además, en el lugar se detectaron alrededor de 30 especies que son nuevos reportes para Portuguesa y probablemente para todo el oeste de la Sierra de Portuguesa” y cinco especies que no se conocían más al oriente de Trujillo y Mérida, explica. También, es un sitio al que llegan aves migratorias de Norteamérica.
La fauna de mamíferos es igualmente impresionante, rondando unas 105 especies que incluyen fauna amenazada o carismática como el jaguar, el puma, el oso frontino, el coatí y la nutria pequeña de río. “En el lugar se está representando entre 32% y 40% de la diversidad de aves de toda Venezuela y alrededor de 20% a 25% de la diversidad de mamíferos del país”, dice Mieres. Basados en documentación fotográfica, también podría haber entre tres y cinco especies endémicas de mamíferos por describir en Montaña Los Pozuelos. Lo mismo con los reptiles y anfibios, desde seis posibles anfibios endémicos (incluyendo tres especies de sapitos acollarados del género Mannophryne) hasta un lagarto Anadia identificado a partir de un ejemplar atropellado en una carretera.
La Asociación Jabirú espera poder describir estas especies una vez que inicien nuevas expediciones con el apoyo financiero de la Embajada del Reino Unido. El equipo de Jabirú incluso ha dado con una “nueva variedad de cacao”, asegura Díaz. Tras hacerle estudios de ADN con el apoyo británico, descubrieron que era “algo totalmente diferente a todo lo que hay en Venezuela y está más emparentado con un cacao que crece en México”.
La necesidad de un nuevo parque nacional en Portuguesa
Los últimos bosques de Portuguesa continúan amenazados por “la destrucción y fermentación” generados como consecuencia del avance de la frontera agrícola. Aunque en la zona es tradicional el cultivo de café bajo sombra -es decir, al cobijo de grandes árboles-, algunos agricultores promueven el cultivo de café expuesto al sol, “deforestando completamente lugares naturales que han sido utilizados desde hace más de 50 años para la producción de café bajo sombrado” y áreas de bosque natural, dice Mieres. La agricultura migratoria es considerada la principal causa de la deforestación en Venezuela según un estudio de deforestación de la ONG ambientalista Clima21.
También se ha registrado la caza de fauna silvestre para el consumo humano por parte de comunidades locales. Por ejemplo, la lapa, el picure, especies de venados, el paují copete de piedra y la pava negra. Según ambientalistas, la inseguridad alimenticia generada por la emergencia humanitaria compleja en Venezuela ha llevado a que algunas comunidades se vean forzadas a consumir fauna silvestre. Además, en el área existen situaciones puntuales de tala “de gente que está sacando madera de la zona para construir sus viviendas o para vender la madera porque es muy valiosa”, denuncia Díaz.
Según el informe de deforestación de Clima21, la extracción de productos básicos del bosque –leña para combustible, por ejemplo– es una de las principales causas de la deforestación en Venezuela: aumentando 41% en el período 2016-2020, en comparación al período 2001-2015.
“Como no hay una figura jurídica, no hay guardaparques, no existe personal trabajando allí, se facilita que la gente se introduzca y extraiga madera y fauna”, advierte Díaz. Por ello, la Asociación Jabirú ha sido tan insistente en su demanda de declarar Montaña Los Pozuelos como un nuevo parque nacional.
El área fue declara parque municipal en 2012 por la iniciativa cartográfica del grupo en apoyo al investigador Edgar Edwards Terán, que se había interesado en la zona. “Ahí empezamos a conocer el área, fuimos al sitio y nos dimos cuenta de que tenía un potencial para ser desarrollado”, dice Díaz, que en ese entonces logró conseguir fondos del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de Naciones Unidas.
La propuesta de parque nacional, presentada al Ministerio de Ecosocialismo en diciembre de 2021, abarca mucho más que el parque municipal: pasando de unas 3.000 hectáreas a 8.000 hectáreas e incluyendo parte del estado Lara. “Un parque municipal da protección, pero las alcaldías no tienen los recursos para llegar, hacerle seguimiento y monitoreo al área”, explica Díaz. Actualmente, el ministerio –que ha sido “receptivo”, según Díaz– está haciendo la revisión de la propuesta. De hecho, el equipo tuvo que reducir parte de la extensión sobre el territorio del estado Lara porque abarcaba varias zonas pobladas.
La protección del área también tiene un peso cultural y folclórico, explica Díaz. Por ejemplo, protegiendo especies emblemáticas del estado como la caoba y creando programas de educación ambiental para conocer las aves del estado, algunas que han dado su nombre a Guanare (por la gaviota guana-guanare, que vive en los ríos cercanos) o a la Virgen de Coromoto (zamuro o curumo). Montaña Los Pozuelos tiene -apunta Díaz- un peso mágico-religioso: ahí vivió el indio Coromoto con su familia, a quienes dice la leyenda se les apareció la Virgen María, y existen mitos locales en torno al oso frontino y el río Las Marías.
Con iniciativas como el programa de educación ambiental, el grupo siempre ha buscado “fortalecer las capacidades de las comunidades” sin renunciar a la conservación de la naturaleza, sobre todo las aves. “Nos dimos cuenta de que si no fortalecíamos a las comunidades que viven allí, que son las que protegen a las aves, no íbamos a hacer un trabajo muy eficiente”, dice Díaz. En unos años, quizás, llegarán observadores de aves extranjeros y serán guiados por los parabiólogos y guías de aviturismo de las comunidades locales –formados por Asociación Jabirú– de un futuro Parque Nacional Montaña Los Pozuelos.
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