Primarias antichavistas: las mezquinas razones que generan división y retrasos
¿Primarias con CNE o sin CNE? Este dilema es el mayor obstáculo que ha impedido que el proceso de inscripción de candidaturas empezara este miércoles, como se había pautado inicialmente. La Comisión Nacional de Primarias aplazó la fecha para el 5 de junio
Faltan menos de cinco meses para la celebración de las primarias en las que se escogerá al candidato antichavista que enfrentará a Nicolás Maduro en las urnas el próximo año, y ya se empieza a registrar un retraso en el cronograma como consecuencia de las diferencias y divisiones entre los precandidatos, que no han podido iniciar el proceso de inscripción este miércoles –como estaba pautado inicialmente–, debiendo esperar dos semanas más para ver si consiguen llegar a un consenso en cuanto a la polémica participación del oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) en la organización de la consulta interna opositora.
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Y es que Comisión Nacional de Primarias anunció este martes que el inicio del periodo de postulaciones fue pospuesto para el 5 de junio, manteniéndose el 23 de junio como fecha de culminación, lo que significa que habrá un tiempo más corto para esta fase del proceso. Las razones de este aplazamiento no fueron informadas. Sin embargo, hay un punto de divergencia que es ampliamente conocido.
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El dilema del CNE
¿Primarias con CNE o sin CNE? Este dilema es el mayor obstáculo que ha impedido que el proceso avanzara este miércoles. Por un lado, María Corina Machado –favorita en las encuestas por amplio margen– lidera la cruzada en favor de una elección interna sin la intervención del organismo electoral, pues no en vano lo considera un “perverso” instrumento del régimen. En su defecto, propone realizar unas primarias autogestionadas por la ciudadanía para incentivar la confianza del electorado opositor y, por ende, la participación y legitimación del candidato que resulte vencedor. Otro aspirante que comparte la postura de la coordinadora nacional de Vente Venezuela es Andrés Velásquez, abanderado de La Causa R.
El cuestionamiento de ambos es válido. El CNE pone como condición para brindar asistencia técnica en las primarias el uso de las cuestionadas máquinas captahuellas, pero la Comisión Nacional de Primarias ha exigido prescindir del sistema de reconocimiento biométrico para proteger la identidad de los electores opositores, ya que la famosa lista Tascón –que expuso a los firmantes del revocatorio de 2003 contra Hugo Chávez– sentó un mal precedente que naturalmente aviva los temores a represalias del régimen.
En la otra acera están Henrique Capriles, de Primero Justicia, y Manuel Rosales, de Un Nuevo Tiempo, quienes se han manifestado a favor de la participación del CNE, argumentando que la elección presidencial será organizada inevitablemente por este organismo. Para ellos pasa a segundo plano la necesidad de una participación masiva en las primarias.
Una razón mezquina
Pero, ¿qué hay detrás de estas dos posturas? Todo indica que más allá de estas razones habría intereses particulares. El periodista venezolano experto en la fuente electoral, Eugenio Martínez, asegura que las posiciones de los candidatos tiene más que ver con “la motivación a votar de la base” de cada uno de ellos. Así, por ejemplo, sostiene que la base de María Corina Machado está integrada mayoritariamente por ciudadanos descontentos con la dirigencia opositora, la cual se desmotivaría si el ente electoral al servicio del régimen participa en el proceso. Mientras que en el caso de Capriles y Rosales “su base electoral no tiene en el CNE un estímulo para dejar de participar en las primarias”.
Esto indicaría que los aspirantes a los que no les incomoda el CNE están sacando sus cuentas más en función de desmotivar la participación de los electores que se inclinan por la opción de Machado, quien además de liderar los sondeos de opinión se vería beneficiada con una asistencia masiva a las urnas el 22 de octubre y además es la favorita de los venezolanos en el exterior, quienes finalmente sí podrán votar en las primarias antichavistas en 77 ciudades del mundo.
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