Amenazas entre Evo Morales y Luis Arce quiebran al oficialismo en Bolivia
Desde el Movimiento al Socialismo (MAS) tildan de "traidor" al presidente y lo acusan de querer envenenar a su predecesor. El Ejecutivo lo niega
La guerra está declarada entre el expresidente boliviano Evo Morales y quien fuera su delfín, el actual mandatario, Luis Arce. Con la creciente rivalidad, los ánimos políticos están caldeados en el país latinoamericano y las consecuencias incluso podrían trastocar al Movimiento al Socialismo (MAS) de cara a las elecciones del año 2025.
Aunque todavía falta para dichos comicios, las fricciones son suficientes para demostrar que las cosas van de mal en peor entre los representantes del oficialismo. Hace pocos días la dirigencia del MAS acusó de “traición” a Arce, mientras que el propio Morales advirtió a sus seguidores que hay que “cuidarse” del mandatario. No sin antes asegurar que desde el Gobierno organizan un ataque en su contra en complicidad con “la derecha y el imperio”.
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Las disociaciones abundan en un país que de por sí padece profundos problemas. El tan prometido “proceso de cambio” decantó en numerosas falencias como el debilitamiento de las instituciones, la deficiente gestión económica, el narcotráfico, así como la falta de diálogo que se evidenció en una reciente pelea a los golpes entre parlamentarios durante una sesión de la Asamblea Legislativa.
La cereza del pastel son los dardos que ahora se lanzan Morales y Arce. El expresidente del país insiste con que “el Gobierno se dedica a dividir (al MAS), como los Gobiernos neoliberales”.
Evo habla de envenenamiento
Entre los planes de Morales, está concretar la expulsión del partido de todos a los que considera traidores, apuntó el portal El Debate. Tanto Arce como su vicepresidente David Choquehuanca, forman parte de esa lista.
La disputa tiene más actores, como el vicepresidente el MAS, Gerardo García, quien tildó a Arce del «peor enemigo del partido». En respuesta, la ministra de la Presidencia boliviana, María Nela Prada, dijo que “el único veneno es la división” y los “intentos de fraccionar el movimiento popular”. Es que, por si fuera poco, sobre el actual presidente pesan acusaciones de su rival, respecto a que supuestamente quiere envenenarlo.
El vaticinio de dicho portal es claro: “La revolución dentro del MAS y el control de los órganos del partido en manos de Evo Morales anticipan una etapa de cuchillo entre los dientes por la supervivencia de unos y otros. De telón de fondo está el dominio de las redes de narcotráfico, una corrupción rampante, las ansias de Evo de recuperar el poder y el temor o recurso del expresidente de aparecer muerto, como si fuera un accidente o un suicidio”.
Las reuniones de Arce
Tanto Morales como Arce buscan fuerzas entre la militancia oficialista. El actual presidente se reunió con su gabinete y congresistas, mientras el exmandatario hizo lo propio con seguidores en un evento público. Así, indirectamente se envían mensajes de músculo político. Mensajes de Twitter también les sirven para lanzar señalamientos.
La ministra de la Presidencia aprovechó el término de la reunión de Arce para decir que desde el Ejecutivo rechazan todo “interno y externo de desestabilización” y que “el enemigo principal” no está en las filas del MAS, sino que es la “derecha fascista”.
Pero este escenario que atraviesa la política boliviana no es algo de llegó de sorpresa. Evo habría sentido la “traición” de su delfín desde el mismo día de la investidura. El motivo es que el actual presidente “no mencionó su nombre durante su discurso ni se dejó seducir por los nombres que le ponía encima de la mesa su mentor para formar Gobierno”, agregó el mencionado medio.
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