Barbería Zamora: un legado paternal de amor por el trabajo
El valor del trabajo fue una constante en la vida de los hermanos Fernández, los hijos de Antonio, un portugués que se hizo conocido en Guatire por prestar un buen servicio en la barbería Zamora. Esta es la historia de una familia que convirtió un oficio en un lenguaje de amor
El mejor legado de un padre hacia su hijo es proveerlo de bienestar, amor y educación. No obstante, hay casos excepcionales en los que esos valores pasan de generación en generación mediante el trabajo y pasión por un oficio. Ese es el caso de Antonio Fernández, un portugués que dedico su vida al trabajo de barbero y ahora sus hijos mantienen el legado en la barbería Zamora de Guatire.
Don Antonio Fernández era un sujeto amigable que llegó a Venezuela en la época de la crisis política del año 1958. En ese momento, Marcos Pérez Jiménez estaba cerca de ser derrocado, pero los migrantes europeos no paraban de llegar al puerto de La Guaira. Entre tantos, llegó Antonio con su deseo de progresar y abrirle camino a su familia en un país nuevo.
Para entrar al país, Antonio tenía que decir que ejercía algún oficio importante. Era la regla si querías quedarte. Según su hijo, también llamado Antonio, el joven barbero mintió diciendo que era un agricultor: «Pero jamás llegó a sembrar nada (se ríe)». O quizás sí: el amor por el trabajo.
Antonio padre se estableció primero en una barbería en Guarenas y finalmente echó raíces en Guatire, donde fundó la barbería Zamora en el año 1963 y hasta el día es la elección de los vecinos por prestar un servicio impecable para todos en el municipio que el local honró mediante su nombre.
La barbería: un amor de padre a hijo
Ernesto Fernández, otro de los hijos de Don Antonio, cuenta que su papá les dio todo, pero además les enseñó desde pequeños el arte de la barbería. Sin embargo, no fue hasta que ellos estuvieron mayores que tomaron sus sillas como barberos en el negocio familiar.
Desde niños les gustó la faena y cada hijo aprendió a su modo siendo testigos de la mística y empeño de Don Antonio.
Hoy por hoy son ellos, Victor, Antonio y Ernesto, los tres hijos del barbero que llegó de Portugal buscando una vida mejor.
Ernesto, el hijo menor de Antonio tiene dos hijos: una niña y un niño. A ambos desea enseñarles este dedicado oficio, el cual siente que es una herramienta que les puede servir en la vida: «A mi papá no le gustaba que tuviera el cabello largo en mis años de adolescencia. Tener un buen corte hablaba del buen servicio que prestaba», cuenta como anécdota.
Al entrar a la barbería Zamora lo primero que te recibe es un reconocimiento de la alcaldía del municipio. El gobierno local quería enaltecer los años de buen servicio y el sentido de pertenencia en la comunidad.
Hace siete meses, lamentablemente, Antonio Fernández falleció, pero el recuerdo de su trabajo se mantiene en la mente de los guatireños que alguna vez entraron a la barbería. Algunos cuentan que incluso en tiempos de Covid-19, Antonio abría con medidas de seguridad la barbería para cortar el cabello de sus clientes más fieles.
Uno de ellos es Ángel «Machile» Delgado, quien comenta que prácticamente vio nacer y crecer a los hijos de Antonio y cómo este los motivaba a que aprendieran el oficio.
Machile describe a Antonio como el «hombre orquesta» por todo lo que hacía: «Fue futbolista y logró armar un equipo de fútbol en el pueblo de Guatire, ahí reunió a muchos inmigrantes europeos que comenzaban a radicar en el municipio Zamora. Además tenía destreza como músico, eso lo aprendieron sus hijos también».
«Yo toda la vida me corté el caballo con Antonio Fernández. Y ahora es Antonio Fernández hijo quien me corta el cabello. Así será hasta que Dios decida», dice Machile.
¿Dónde ubicar la barbería Zamora?
En la barbería Zamora se pueden conseguir cortes de cabello entre 4 y 5 dólares. Trabajan de lunes a sábado y se ubican en la avenida Bermúdez de Guatire. Cuando se le pregunta a los hijos por qué alguien debe visitarlos, responden casi igual: «Porque aquí los atenderemos como papá nos enseñó: bien».
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