El chavismo tiene tres capitales:
· Carisma
· Petro dólares
· Armas
El carisma se murió, y en este momento no hay un solo líder del chavismo con mayor popularidad que Nicolás Maduro, y éste no supera el 30% de aprobación. Así que no hay manera de que a fuerza de relatos, discursos y promesas, se pueda mantener u popularidad o apoyo a su plan de gobierno.
La petrochequera disminuyó bastante. Atrás quedaron los días de producir petróleo a menos $8 el barril, venderlo en más de $100, calcular el presupuesto del estado en $40, y quedarse con el sobrante para comprar voluntades, votos, diplomacia, ensayos políticos, caprichos y corrupción, mucha corrupción. Antes con dólares del petróleo incluso importaban el 80% de la comida que consumía el país, cuando antes era autosuficiente en carne, café, azúcar, arroz, leche y otros rubros.
Al caer los precios del petróleo, tienen literalmente a un sector de la población buscando comida en la basura y a otro esperando que le repartan una bolsa de comida insuficiente cada mes.
Sin embargo los ingresos petroleros que aún quedan sí sirven para mantener engrasado el aparato más pequeño del Estado, sus oficinas de propaganda en las embajadas y consulados en el exterior… y a la Fuerza Armada.
Así que las armas, junto al blindaje de instituciones como el TSJ y el CNE, son el respirador artificial de Maduro. Ese capital aún está intacto. Hay armas orgánicas, en manos de cuerpos militares y policiales, que pueden ser usadas contra la población en cualquier momento. Ya han sido usadas e incluso con armas reglamentarias han asesinado a manifestantes con tiros a quemarropa en la cara o la nuca. Igual se usan para los operativos militares contra población civil llamados “OLP” y que generan una gran cantidad de civiles muertos sin derecho al debido proceso o al uso proporcional de la fuerza.
A esas armas oficiales se les suman las armas no regulares en manos de colectivos, grupos de choque y guerrillas pro gobierno, que en realidad funcionan como fuerzas paramilitares y también sirven para el control de la población. Se han usado para contener y dispersar manifestaciones.
De esas variables depende que el gobierno de Nicolás Maduro se mantenga o no en el poder: de sus incentivos para aplicar más o menos fuerza contra la población, ahora que son una clara minoría electoral y no desean medirse nuevamente.
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