La selva curandera de Antonio Briceño
Biólogo y fotógrafo, durante 8 meses estuvo inmerso en la selva capitalina. De ese trabajo sale la exposición La selva curandera, que se puede disfrutar hasta el 25 de junio
Uno de los fotógrafos más relevantes de nuestro país es, sin duda alguna, Antonio Briceño, no solo por la gran calidad de sus imágenes sino porque se destaca como activista del medio ambiente, miembro fundador de Provita y por dedicarse a temas ecológicos y a defender los derechos de minorías étnicas.
Su trayectoria ha sido muy interesante. Se graduó como biólogo en la UCV y, posteriormente, realizó un postgrado en Arte Digital en la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España. En su cuerpo de trabajo podemos constatar ambas disciplinas, las cuales maneja como un virtuoso.
Su profunda sensibilidad hacia la naturaleza se hace cada día más evidente, sobre todo en su actual exposición La naturaleza curandera, donde la selva es el tema principal una vez más, rindiendo homenaje a la Madre Tierra.
La idea de la exposición surgió con el tarot que creó durante la cuarentena, época en la que se quedó atrapado en su casa en Caracas (en ese momento estaba viviendo en Barcelona, España), así que se dedicó a fotografiar cada una de las especies florales de las plantas de su mágico jardín .
De allí también surgió la idea de fotografiar la selva como protagonista en este caso, ya que siempre había estado manejada como telón de fondo en sus fotos y retratos de las diferentes etnias indígenas que ha ido documentando.
La primera parte de la exhibición se llama Dicotomías, en la que fotografió la selva de Samambaya, gracias a Gonzalo Denis quien, generosamente, le permitió acceder a ella. Se trata de dípticos que reflejan polaridades como lo sencillo/ complejo, alto/bajo, entre otros. Realizó 20 dípticos y de allí surgió la necesidad de continuar fotografiando selvas impresionantes que están en Caracas.
Este mundo onírico se ve reflejado en sus fotografías y los diferentes estados como Neblina, que es una poética serie de imágenes luminosas realizadas en Topotepuy, en las que la vegetación abigarrada de palmas y helechos arbóreos se difuminan bajo un velo de neblina que arropa la cumbre de El Volcán.
La noche se hizo en Granjerías, es la serie más enigmática. Consiste en imágenes superpuestas de la selva y el misterioso cielo nocturno, un derroche de belleza que asombra y deslumbra generando preguntas y sensaciones cargadas de misterio. Por último, tenemos Selva, fotografiada en El Topito. Es una serie que rinde homenaje al pintor del siglo XIX Ferdinand Bellermann, compuesta por imágenes superpuestas que desdibujan la lujuriosa vegetación de la selva nublada, una serie poética en todo sentido.
Es todo un trabajo muy complejo que fue realizado durante ocho meses, inmerso en la maravillosa selva.
Hablando de los guardianes de la selva, entes protectores que hacen vida en ella, Antonio se conmovió mucho con la noticia de la aparición de los niños que durante 40 días estuvieron extraviados en la Amazonía colombiana y, de esa manera, corroboró su teoría de que estos espíritus protectores están allí presentes.
“Cuando estoy en la selva, me encuentro en una suerte de vientre materno”, asevera Briceño.
Para esta exposición La selva curandera, no hubo un curador per se, ya que él mismo hizo la selección de las imágenes y mantuvo el control del montaje. Adicionalmente, le pidió a María Teresa Boulton que le escribiera el texto que acompaña a la misma.
“La fuente principal de la naturaleza es la espiritualidad y siento que estoy actuando como chamán a través de cada una de mis imágenes”.
La selva curandera es una maravilla de exposición que no pueden dejar de apreciar, una muestra sutil y contundente, a su vez, que nos permite y ofrece la posibilidad de soñar a través de la contemplación de imágenes evocadoras y poéticas. Está en la Sala Reto, Casa Hacienda La Trinidad Parque Cultural, de martes a domingo desde las 10:00 am hasta las 5:00 pm hasta el proximo 25 de junio.
@titinapenzini
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