Lo que pierde el gobierno de Petro con la continuidad de Benedetti como embajador en Venezuela
Los últimos hechos han dejado al canciller desautorizado, al presidente en deuda y a la opinión pública en incertidumbre
La ausencia de información precisa sobre la continuidad en el cargo de embajador en Venezuela de Armando Benedetti tiene a la opinión pública en un estado de asombro e incertidumbre. Esto ha alimentado una serie de rumores que en nada benefician al gobierno.
Cuando fueron divulgados los audios en los que el embajador hace graves aseveraciones a Laura Sarabia, entonces jefa de Gabinete, el presidente Gustavo Petro se movió con rapidez en dos escenarios: en la Casa de Nariño ordenó a los funcionarios evitar comentarios y él anuncio el retiro de los dos para evitar afectar la marcha del gobierno.
No era para menos. Entre otras cosas, en la charla él le dijo a ella: “Si hablo nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos». El jefe del Estado, entonces, se mostró categórico.
“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implica esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza que se van a alterar los procesos de investigación”. Esto sostuvo Petro en la ceremonia de ascenso de subtenientes del Ejército en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova en plena ebullición del escándalo.
«Después del escándalo que protagonizó Benedetti era importante que su salida fuera rápida, igual que la de Laura Sarabia”, dice Daniela Garzón, analista de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares.
“Al prorrogar el tiempo de permanencia de Benedetti muestra que el tema no ha sido suficientemente importante para el gobierno, y preocupa que siguen sin avanzar las investigaciones en torno a las afirmaciones sobre la financiación de campaña de Gustavo Petro», agrega ella.
La permanencia de Benedetti en el cargo
La permanencia en su cargo provoca además dos hechos distintos pero relacionados: desautoriza al canciller Álvaro Leyva y crea un ruido en las relaciones con Venezuela, país con el que ahora extrañamente hay dos embajadores.
Según el decreto 1002 de 2023, Benedetti pidió que le dieran más tiempo para poder hacer la entrega del cargo, «debido a la multiplicidad de asuntos pendientes, que incluyen temas administrativos, presupuestales, de organización e implementación relacionada con la reapertura de la embajada y todos aquellos que se relacionen con el cargo diplomático”.
En este proceso, ¿cuántas veces ha ido Benedetti a Venezuela para hacer estas gestiones? En ese país informan que no ha regresado a Venezuela desde que estalló el escándalo, hace más de un mes. El único viaje público que se le vio a Benedetti fue a Estambul en Turquía para ver la final de la Champions entre el Manchester City y el Inter de Milán.
“El gobierno pierde credibilidad en su mensaje”, dice el analista Andrés Segura. “Se formó toda una telenovela alrededor de los escándalos que al final para la opinión pública termina dónde empezó. Se deja abierto para interpretaciones de la oposición que marquen la línea en el debate público”, dice este experto en comunicación política.
“El sacrificio en opinión que implica esta decisión muy posiblemente se justifica con que procesos centrales para el gobierno y algunos funcionarios que pueden fluir más fácilmente con Benedetti”, agrega Segura.
En efecto, el canciller Leyva le nombró reemplazo apenas horas después de su renuncia y ahora la extensión del cargo diplomático mantiene, temporalmente, los procesos penales de Benedetti en la órbita de la Fiscalía y no en la de la Corte Suprema.
Nueva investigación por compra de votos
Precisamente, el pasado viernes, cuando se suponía que salía oficialmente del cargo de embajador, la Corte notificó de la compulsa de copias para una nueva investigación en su contra por supuesta compra de votos en las elecciones para Congreso de 2018.
Con la decisión de la Cancillería también se frena la posesión de Milton Rengifo como nuevo embajador de Venezuela, a pesar de que fue nombrado el 6 de junio, el mismo día en el que se aceptó la renuncia de Benedetti.
Este trato a Venezuela sorprende al figurar como un acto principal en la negociación con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN. «No parecen preocuparle al gobierno las relaciones con el gobierno venezolano que son cruciales para el avance en la mesa con el ELN», dice la analista Garzón.
Por su parte, analistas políticos como Gabriel Cifuentes consideran que este caso ya ha creado tanto daño en el gobierno que es difícil que la herida sea más profunda, el gobierno no pierde mucho más de lo que ya perdió.
Colombia en la palestra pública
“El golpe asestado por Benedetti con sus explosivas declaraciones y con la filtración de los audios, ya puso al gobierno en la palestra pública, cobró el puesto de la mano derecha del presidente y desencadenó la delicada investigación sobre las chuzadas, el abuso de poder, la posible financiación irregular de la campaña. El daño ya está hecho”, concluye.
A Rafael Piñeros, también experto en análisis político, le preocupa el impacto que tiene esta decisión sobre el manejo de la política exterior del país. “Los ciudadanos votaron por el cambio y ese cambio implicaba que la Cancillería no fuera politizada, sino que se hiciera con un manejo técnico y profesional. En este caso, vemos que se está manejando de la misma manera a como se hizo en gobiernos anteriores y que en ese momento la oposición tanto criticó”.
Mientras las opiniones van y vienen, el canciller Leyva y el presidente Petro guardan silencio. El daño ya está hecho, insiste el analista Cifuentes. Hay un pacto de silencio, agrega el también analista Aurelio Suárez.
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