GLOBOS
Rodulfo González
He lanzado al
espacio globos verdes, amarillos, blancos, azules, rojos y lilas, a los que he
inflado, con el aire tomado de mis pulmones ya cansados por los estragos del
tiempo, para que lleven, cual mensajeros etéreos, mi discurso de paz, amor,
libertad, bienestar, justicia, igualdad, tolerancia, pluralismo, convivencia,
solidaridad, humildad, equidad , benevolencia y probidad a todos
los líderes del mundo, los de Oriente y Occidente, los que gobiernan y los que
quieren gobernar, y a los que manejan la economía privada.
Son epístolas
breves escritas en lenguaje universal para que sean entendidas por sus
destinatarios.
¡Viva la paz! Pero
no la paz de los sepulcros que aplican los tiranos, encubiertos o abiertos, que los hay a montón en pleno
siglo XXI. Y para que la paz ponga fin al negociado de los perros de la guerra
¡Viva el amor
en todas sus formas para que haya convivencia!
¡Viva la
libertad! Para que nadie pueda ser perseguido por sus ideas políticas o
religiosas.
¡Viva el
bienestar! Para desalojar el hambre y la miseria de todos los hogares del mundo
y para que por las calles no deambulen más niños abandonados que mendiguen y
roben para subsistir!
¡Viva la justicia!
Para que quien contravenga las convenciones sociales sean juzgados por
magistrados no venales, apegados a le ley y a la consciencia.
¡Viva la
igualdad! Para ponerle fin a las
odiosas discriminaciones en razón de las ideas políticas, religiosas, culturales,
étnicas y económicas.
¡Viva la
tolerancia! Para que todos nos aceptemos con nuestras debilidades y
fortalezas.
¡Viva el
pluralismo! Para finiquitar las odiosas prácticas del pensamiento único y la
negativa de espacio para las minorías.
¡Viva la convivencia¡
Para coadyuvar a la paz.
¡Viva la
solidaridad! Para poner fin a la indolencia.
¡Viva la
humildad! Para que los líderes sigan el ejemplo de Jesucristo y entiendan que
ellos están en el poder para servir y no para ser servidos.
¡Viva la
equidad! Para que los gobernantes repartan las riquezas públicas conforme a las
necesidades de la ciudadanía y no cometan latrocinio.
¡Viva la
benevolencia! Para que en el corazón del gobernante, en vez de odio haya amor;
en vez de venganza, perdón, y en vez de crueldad haya magnanimidad.
¡Viva la
probidad! Para que no haya corrupción en la administración pública.
No teman,
globos míos, ni a la distancia ni a la altura.
Sé que muchos
no llegarán a su destino.
Sé que muchos
líderes los recibirán y por su falta de raciocinio no entenderán el mensaje del que son portadores.
¿Habrá un líder
capaz de dar respuesta positiva a mi mensaje global?
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