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Por Elda Cantú Senior News Editor, Latin America |
Cuando Sherri Willis-Prater tuvo a su bebé, creyó que había cruzado la meta. “Ya no tengo que preocuparme por nada”, recordó haber pensado. |
Willis-Prater estaba por volver a su trabajo cuando casi se desploma al subir las escaleras de su casa. Su corazón funcionaba a menos del 20 por ciento de capacidad. Había desarrollado insuficiencia cardiaca tras el parto. |
El caso de Willis-Prater ilustra un problema del que se habla poco: el subregistro de la mortalidad materna. |
Muchas personas creen que “el trabajo de parto y dar a luz son las partes más difíciles del embarazo”, escribió nuestra colega Roni Caryn Rabin, pero estudios recientes cuestionan esta idea y “han descubierto que durante el año posterior al nacimiento todavía sigue habiendo un riesgo considerable” para las mujeres, incluso en los países más desarrollados. |
Sucede que el periodo más letal para las madres viene después del nacimiento del bebé, dice el reportaje de Roni. Sobre todo porque cada vez más mujeres tienen condiciones preexistentes al embarazo como diabetes, hipertensión y sobrepeso. |
Las cifras han provocado un llamado para que se haga un monitoreo médico posterior al parto más exhaustivo y se brinde más apoyo a las madres recientes durante lo que se ha denominado el “cuarto trimestre”. |
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Los desafíos después del parto no son solo físicos. Se estima que una de cada ocho nuevas madres en Estados Unidos sufre depresión posparto, una condición que, según escribió la reportera Dana G. Smith, “no se ha diagnosticado ni investigado lo suficiente”. |
La mitad de las mujeres que sufren problemas mentales tras el embarazo no reciben atención, pues hay desconocimiento, pocos recursos y estigma en torno al tema. |
La primera dificultad es saber distinguir los cambios hormonales naturales de las mujeres en puerperio de una condición más prolongada y grave. La buena noticia es que cada vez hay más opciones de tratamiento para aliviar los síntomas. |
“El campo de la salud mental materna por fin empieza a cobrar relevancia”, dijo la fundadora de una clínica que ofrece atención ambulatoria intensiva a mujeres con depresión posparto. |
Cuando se habla de la necesidad de brindar soporte a las madres para conciliar la vida laboral y familiar, de equilibrar la distribución de labores de cuidado y de crear oportunidades de crecimiento profesional tras el parto, se asume que el asunto de la salud materna está resuelto. Sin embargo, es importante dejar de pensar que ese camino ya está recorrido. |
“Me gustaría que a todas las madres las enviaran a casa con una caja de chocolates y un tensiómetro para recalcar que al ser madres no dejan de ser pacientes”, dijo Aryana Jacobs, una mujer que desarrolló una peligrosa crisis hipertensiva luego de un parto por cesárea y un embarazo sin complicaciones. “Su cuerpo se está recuperando de algo muy fuerte”. |
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Rincón de los lectores |
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La semana pasada los animamos a que comentaran un ensayo de opinión en el que el autor, Simone Stolzoff, reflexionaba sobre el trabajo “por amor” al oficio. El problema, argumentaba, va en dos sentidos: el amor no paga las facturas y ver el trabajo solo como una vocación puede fomentar condiciones de explotación laboral. |
Aquí seleccionamos algunos de sus comentarios, editados por claridad y espacio: |
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P. D.: ¿Tienes planes de viajar en avión? Una sobrecargo ofrece consejos de etiqueta para hacer el trayecto más agradable. Y sí: al asiento de en medio le tocan los dos descansabrazos. |
—Patricia Nieto y Sabrina Duque producen y editan este boletín. |
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