San Justino y Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Aunque el 1 de junio se celebra la fiesta de San Justino, quién dedicó su vida al saber y a la búsqueda de la verdad y a quién se le reconoce como más importante entre los padres de la iglesia defensores del cristianismo en el siglo II, hay países que celebran el jueves después del domingo de Pentecostés la fiesta de Jesús, sumo y eterno sacerdote. Esta celebración fue introducida en España en 1973 y la celebran también en Venezuela, Colombia, Chile, Perú, Puerto Rico y Uruguay .
Fue la Congregación de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, congregación femenina de vida contemplativa cuyo carisma consiste en pedir por la fidelidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales, quiénes impulsaron esta fiesta después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
El carisma de las Oblatas es valorar al sacerdocio en su inmensa grandeza y para eso hay que penetrar muy dentro del corazón de Cristo para poder conocer lo que es el sacerdote, que aunque sea una criatura mortal sujeta a pasiones, con defectos, fragilidades, mezquindades humanas; desde el momento en que participa en el sacerdocio de Cristo queda hecho otro Cristo, queda impreso en su alma el ser de Cristo único, santo, eterno.
Al ordenarse, el sacerdote es otro Cristo y las Oblatas dedican su vida a ver en en el sacerdote la grandeza del sacerdocio de Cristo, se centran en lo que es el sacerdote en el misterio de la salvación y en que como criatura pueden alcanzar los más altos grados de santidad.
Celebrar la fiesta de Jesús como Sumo y Eterno Sacerdote es vivir lo que Cristo enseñó en la Última Cena, estando aún reciente la traición de Judas, sin embargo cuando Jesús dijo su oración sacerdotal: «Padre por ellos ruego, por estos que me distes, porque son tuyos, !Oh padre santo! guarda en tu nombre a estos que tú me has dado a fin de que sean una misma cosa así como nosotros lo somos, no te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del mal», en ese momento Jesús estaba pidiendo que Dios los santificara en la verdad.
Celebrar la fiesta de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, es hacer presente que los sacerdotes son fuente de vida de la Iglesia, son los dispensadores de los misterios de Dios, son los instrumentos escogidos por Cristo porque son ellos quienes participan del único y eterno sacerdocio en el tiempo y en el espacio.
Es un día para orar por la santidad de los sacerdotes y seminaristas, porque la santidad no se improvisa y si Dios los ha llamado desde toda la eternidad para colaborar estrechamente con él, l nosotros como creyentes debemos ayudarlos orando por su santificación.
Hoy primero de junio día en que se celebra a San Justino, quien se dedicó a defender las verdades reveladas por Dios y se comprometió a tal punto con Cristo que no dudo en entregar su vida en el martirio, oremos por los sacerdotes porque ellos entregan su vida por el amor a Cristo, porque saben como San Justino y otros millones de otras personas, que es con Dios con quién siempre ganamos.
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