25 años de un hito en la historia de la cultura neoespartana
SOL DE MARGARITA 26 Jul, 2023 | Cada tiempo tiene sus retos. Hace 25 años no era fácil imaginar que en el 2023, un joven margariteño estaría dirigiendo al mismísimo Ricky Martín en un concierto sinfónico en Europa, tal y como ocurrió hace pocos días con nuestro joven maestro, Yuram Ruiz, quien de esa forma marca el hito de haber dirigido tan especial espectáculo.
En aquel entonces, año 1998, otro hecho marcaba una hazaña distinta; un grupo de 25 jóvenes pertenecientes a la Coral UDONE Inocente Carreño, habíamos emprendido el camino de coronar el sueño de ser la primera agrupación coral del oriente venezolano en obtener premios en Europa.
Comenzamos preparándonos para participar en el XVI Festival Internacional de coros de Cantonigros, en la provincia de Catalunya, España en el que participaban 47 grupos corales de 25 países.
Éramos un coro joven, pero ya teníamos la experiencia de haber realizado 4 giras internacionales en los últimos 5 años: Argentina 93, República Dominicana. 94, Cuba 95 y México 97. De esas giras, sólo Argentina había sido un concurso, pero había sido nuestra primera vez y eso privó a la hora de lograr un premio.
En el mes de febrero de ese año, cuando todo apuntaba a que los próximos meses iban a ser de mucho trabajo, recibimos una invitación para participar en otro certamen que se celebraba en España, con apenas una semana de diferencia: el XLIV Certamen de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, Provincia de Alicante.
Aquella invitación trastocaba los planes trazados hasta entonces, ya que no se trataba de competir en un certamen sino en dos, y, al ser de características musicales distintas, nos obligaba a tener que trabajar un repertorio adicional en apenas cuatro meses.
No era fácil decir que no. Torrevieja nos ofrecía cubrir todos los gatos de traslado, alojamiento y comida, desde finalizado el Festival en Catalunya, hasta que así lo hiciera el de Alicante, además, ese festival, era transmitido a todo el mundo por la Televisión Española, una difusión que sabíamos no podíamos conseguir de otra forma.
La respuesta fue sí y, a partir de ese momento, hubo que duplicar los ensayos de manera de poder abordar ambos repertorios y mantener la aspiración de lograr algún premio. Sabíamos que era un riesgo porque al distraer los esfuerzos la maduración de las obras estaba en veremos.
Sería largo relatar los esfuerzos para conseguir los recursos que implicaron movilizar 25 personas desde Margarita hasta España, pero no podría dejar de mencionar a mi hermano y gran aliado a bordo de ese sueño; mi compadre Robert Natera, coordinador general durante los últimos 10 años de la CUIC.
Fuimos a España. Llegamos a Barcelona vía Holanda; cantamos en Cantonigros y estuvimos muy bien; eran más de 40 grupos de muchas partes del mundo.
En la noche de premiación tuve el honor de subir al escenario a recibir el Premio Festival Internacional de Cantonigros. Lo habíamos logrado, teníamos en nuestras manos el primer premio ganado por un grupo coral del oriente venezolano en Europa.
Salimos hacia Alicante. En la vía nos ocurrió que nos topamos con Óscar D'Leon, quien andaba de gira por esos mundos. Le cantamos algunos temas en aquella estación de carretera. No dejábamos de llorar. Ni él, ni nosotros.
Llegó la hora de Cantar en Torrevieja. El coro estaba cansado, ya teníamos más de 10 días de haber llegado a España y en ese momento se extraña el hogar, la comida, tantas cosas.
Había que darlo todo. El premio de Cantonigros era bueno pero no era un premio de posición (1°, 2° o 3°). Habíamos venido buscando eso. Además, si no había premios no aparecías en la transmisión mundial. Había que lograrlo.
En la noche de la premiación, una vez que se comenzaron a entregar los premios de posición, la sensación era extraña. Podía ser que sí, pero también podía ser que no hubiese ningún premio en Torrevieja.
La presentadora, una chica de la Televisión Española, anuncia. "Tercer lugar de Habaneras. Coral Universitaria Inocente Carreño" de la Isla de Margarita, Venezuela.
Lo habíamos logrado. Dos festivales y dos premios. Pero este tenía sabor a Gloria.
Los grupos corales funcionan si cada quien hace lo que tiene que hacer. Basta que alguien haga algo indebido, y el trabajo de todos se viene abajo. Fue el logro de un equipo, la fuerza de la sinergia de quienes lo entienden.
Sería largo nombrar a todos los integrantes, sin embargo lo hago en una persona que para entonces había evolucionado de haber sido un menor de edad que viajó a Argentina en el 93, hasta ser el director asistente en el año 98. Mi estimado colega Luigi Bellomo, quien hoy hace carrera en Madrid, España.
Este relato hace parte de la historia de la música neoespartana, pero nunca la he leído de alguien que no seamos nosotros mismos.
La UDO tiene una deuda, en ese sentido, con aquel grupo de estudiantes. Ojalá algún día alguien lo reseñe como uno de los acontecimientos culturales más destacados de nuestra universidad.
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