viernes, 27 de octubre de 2023

Hablemos de José Ramón Villarroel Marín, El Hijo del Huracán

 



Hablemos de José Ramón Villarroel Marín, El Hijo del Huracán
Escenarios como el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela y la Sala Ríos Reyna vieron pasar a El Hijo del Huracán, quien supo dejar en alto el gentilicio neoespartano, no solo en el galerón, sino en cada género juglar oriental.
Juan Ortiz

SOL DE MARGARITA   25 Oct, 2023 | José Ramón Villarroel Marín, conocido popularmente como Monguito y en el ámbito galeronístico como El Hijo del Huracán, nació un 2 de octubre del año 1964. Es el primogénito de José Ramón Villarroel —una de las figuras más importantes del galerón oriental, El Huracán del Caribe— y de Silvia Marín de Villarroel.

El matrimonio tuvo otros siete hijos: Miriam, Ramón, Grefabi, Silvia, Florimar, Rosanna y Maximiliano, con los cuales conformaron un hogar donde primó el amor, el respeto y una gran querencia por la cultura popular. Es necesario acotar que previo a esta unión, el patriarca tuvo otros tres hijos: Betsaida Villarroel, Freddy José y Yuraima.

Los inicios de El Hijo del Huracán

A la edad de 5 años, el pequeño Monguito sintió el llamado de la música. Su padre, al ver los dotes heredados por su hijo, decidió formarlo desde temprano en los diversos géneros orientales.

Pasaron los años, y la buena siembra, de la mano de la constancia en la práctica y la disciplina, hicieron del niño un portento en lo que al canto popular se refiere. Esta cualidad facilitó el desenvolvimiento de Monguito en la escuela Juan Bautista Arismendi de Juan Griego, donde empezó a estudiar su primer grado en 1970.

En dicha institución participó activamente en todos los actos culturales que se realizaban. El niño solía cantar las décimas y cuartetas compuestas por su padre, quien acostumbraba acompañarle en el cuatro.

Poco después, a los 9 años de edad, ya El Hijo del Huracán dominaba el instrumento de cuerdas típico de la región. Con tan solo una década de existencia, el muchacho había entendido que si quería seguir creciendo como artista era necesario aprender a ejecutar bien el cordófono heredado, para así poder defenderse por su cuenta al presentarse.

Tras haberse pulido con el cuatro, el inquieto José se dispuso a formar su propia agrupación. Esto ocurrió a sus 11 años, y el ensamble se llamó “Los Bravos del Valle”. El conjunto estaba conformado por jóvenes de su misma edad, amigos del pueblo. Tal fue la pericia y el nivel que alcanzaron, que al poco tiempo ya estaban tocando aguinaldos, polos, gaitas y demás formas musicales en las distintas emisoras locales, también en las fiestas patronales y en una que otra reunión privada —esto último, por supuesto, bajo la aguda supervisión de su padre, José Ramón Villaroel—.

La llegada a la secundaria y su primer gran reconocimiento

Habiendo culminado su primaria, El Hijo del Huracán pasó al liceo Juan de Castellanos. Allí estudió hasta tercer año en las mañanas, y luego culminó su bachillerato en el turno nocturno. Tal y como hizo en su anterior recinto, El Hijo del Huracán se integró rápidamente a todas las actividades relacionadas con el canto tradicional.

Fue así como los directivos le seleccionaron para participar en el primer Festival Estudiantil de Gaitas que se hizo en la Isla de Margarita, y el cual se llevó a cabo en el Liceo Francisco Antonio Rísquez. En dicho concurso pasó algo muy interesante: resulta que los demás liceos —influenciados por la cultura occidental del país— llevaron gaitas zulianas al evento, sin embargo, El Huracán del Caribe le preparó a su hijo una gaita margariteña. “Bueno, Juan, y con eso ¡nos los llevamos por los cachos!”, comentó Monguito, entre risas y nostalgia, “¡Y me acuerdo de la primera décima, escrita por mi papá, la cual decía”, continuó:

“Gracias a la invitación
que Rísquez nos ha brindado,
que es estímulo agregado
para nuestra educación.
Ese gesto y esa acción
nos hace sentir en vela,
nos alienta, nos consuela
y nos mantiene más duro,
porque somos el futuro
de mi patria, Venezuela”.

El sepelio de Augusto Ramos y la propuesta de Alberto “Beto” Valderrama Patiño

Tras culminar su etapa de educación media, Monguito pasó a estudiar a nivel universitario en la UNA y en la UPEL. Sin embargo, por circunstancias de la vida, no logró concretar su grado. No obstante, no deja de lado poder terminar esa etapa académica.

A la edad de 16 años, ya José Ramón componía sus propias décimas espinelas. Para ese entonces, comenzando los 80, la presencia de El Hijo del Huracán y su agrupación era mucho mayor en la Isla de Margarita, al punto de que compartía tarima con grandes como Jesús Ávila y sus Cuerdas Espartanas, Tellito Rodríguez, Sol y Sereno, Perucho Aguirre e Ibrahim Bracho. En ese momento, ya Monguito contaba con otra agrupación, la cual llamó “Arimacoa”.

A la edad de 23 años, Monguito debió asistir al acto fúnebre de Augusto Ramos. Al tratarse de un emblemático cultor, la despedida fue una parranda, como las que merecen los grandes. Allí estaba cantando El Hijo del Huracán. Lo que no sabía José Ramón era que el maestro Beto Valderrama lo había venido escuchando todo ese rato, y quedó prendado con su dominio vocal.

Cuando culminó el sepelio, el maestro Beto se dirigió a Monguito y le dijo que si quería formar parte la Orquesta Típica —una de las agrupaciones más icónicas de Nueva Esparta—, y si, además, deseaba estudiar vocalización y teoría musical. El muchacho, sin dudarlo, dijo que sí. Fue así como El Hijo del Huracán comenzó su formación musical académica en la Escuela Modesta Bor. El encargado de pulir su desempeño vocal fue el gran maestro Isidro Spinetti. Con él estuvo 5 años.

En la Orquesta Típica, Monguito compartió con grandes figuras de la cultura margariteña, como Lucienne Sanabria, Crucita Márquez y Jennifer Moya. Con esta agrupación, José Ramón tuvo giras continuas durante seis años por el territorio nacional bajo la dirección del maestro Valderrama. A la par, El Hijo del Huracán daba fuerza y brillo a su faceta de galeronista.

El amor, el matrimonio y los hijos

Por esos años —1987, específicamente—, José Ramón Villaroel Marín se casó con Norinda del Valle Martínez Boadas. De esta unión nacieron tres hijos: Nórica Josil Villaroel Martínez (01/11/1987), Fabián Oscar Villaroel Martínez (24/01/1989) y Ángel José Villaroel Martínez (08/02/1991). Fabián se casó con Aliaris Ágreda y tuvieron a Fabián Daniel y a Fabiari Nazaret; Nórica se casó con Simón Ordaz y tuvieron a Josué David.

Los viajes artísticos al exterior

En ese periodo de su vida profesional como artista, El Hijo del Huracán tuvo la dicha de representar a Venezuela con la Orquesta Típica en el Festival del Caribe en Cuba. Si bien aún era un muchacho, tenía como 25 años, pudo cantar con glorias de la música venezolana, como Simón Díaz, Lilia Vera y Cecilia Todd.

En aquel escenario también estuvieron figuras de la talla de Yolanda Moreno, con sus danzas y el maestro cuatrista Freddy Reina. En el acompañamiento musical de la selección neoespartana estuvo el maestro Valderrama y sus hijos, y también Renán Delgado —gran amigo de Monguito—, quien para ese entonces tenía 19 años. El gran escenario de Santiago de Cuba también le dio el honor a El Hijo del Huracán de cantar con algunos de los grandes trovadores de Latinoamérica, provenientes de Puerto Rico, Panamá y México.

Los primeros discos de El Hijo del Huracán

Tiempo después, de regreso a su tierra, José Ramón se incorporó al proyecto musical «Un canto a la Virgen» (1990), bajo la dirección de Beto Valderrama. En la musicalización del disco participó también el maestro Alberto, conjuntamente con sus hijos, además de José Mota y Juan Rojas (padre). En las voces estuvieron Jorge León, Lucienne Sanabria y Crucita Márquez. Entre las canciones grabadas por Monguito para este LP se encuentran: “A la Patrona de Oriente” (un motivo guaiquerí de su padre), “La corocorera” (una jota, también de El Huracán del Caribe), un galerón (con décimas de su padre), una sabana blanca y un polo margariteño.

Monguito y su incansable pasión por la formación poético-musical

En aquel tiempo, José Ramón vio talleres sobre el arte poético, sus licencias, y las reglas gramaticales castellanas con el maestro José Elías Villarroel. Esto representó un antes y un después en su quehacer poético, pues le facultó el escribir con mayor finura las cuartetas y décimas espinelas, lo que a su vez le permitió enriquecer aún más su rol como juglar y sus aportes a la cultura neoespartana.

Aumento de la producción musical y su legado a las nuevas generaciones

Años más tarde, con una enorme experiencia acumulada, Monguito grabó su primer disco como solista: «La herencia del Huracán José Ramón Villarroel» (2001). Esta producción se llevó a cabo gracias a la dirección del maestro Erasmo Cardona y contó con canciones tanto del patriarca como del hijo. A este proyecto le siguió «Patria linda Venezuela» (2004), donde todas las canciones fueron compuestas por él.

Más adelante, El Hijo del Huracán grabó dos discos de aguinaldos con su agrupación “Corazón de Pueblo”: «La tradición no está muerta» (2006) y «La parranda es mi alegría» (2009), en los cuales las letras y arreglos de los temas eran íntegramente de él. En los cantos y coros participaron sus hermanas y su sobrina Grecia Velázquez. Vale acotar que la participación vocal de Monguito fue de un 30% apenas —4 de los 12 temas—, pero estuvo presente en todo momento en lo referente a la producción.

Asimismo, en los años siguientes, grabó 4 discos más con el grupo Perlas del Caribe, del maestro Jesús Pollo Bellorín, de los cuales destaca la producción «Y volaron las palomas» (2010). Si bien la gran mayoría de las piezas musicales fueron del insigne Bellorín, Monguito también aportó algunas canciones. Aunado a esto, el artista también grabó un CD con la Fundación Bigott: «Tradición Musical de Nueva Esparta» (2010), allí cantó “Romance en la Bahía” (punto del navegante).

Las grandes tarimas donde ha estado El Hijo del Huracán

Escenarios como el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela y la Sala Ríos Reyna vieron pasar a El Hijo del Huracán, quien supo dejar en alto el gentilicio neoespartano, no solo en el galerón, sino en cada género juglar oriental.

Gracias al alcance que tuvo durante las múltiples participaciones en producciones musicales y en sus presentaciones en algunos de los espacios más importantes del panorama artístico nacional, José Ramón fue invitado a en varios programas de televisión, tanto en el espectro regional —Telecaribe— como en el nacional —Venezolana de Televisión— y también en cable.

Un cultor que no descansa: más de 4 décadas sembrando amor por lo nuestro

Hoy por hoy, José Ramón Villaroel Marín es tallerista certificado en el área de educación musical, específicamente en lo referente a cantos folclóricos. Él desempeña su labor en las instituciones dependientes de la gobernación del estado Nueva Esparta y en las escuelas de cantos tradicionales.

Este oficio lo ha ejercido formalmente desde sus 23 años de edad, por lo que lleva ya casi 4 décadas de servicio ininterrumpido sembrando en nuestros niños, jóvenes y adultos el amor por su música y sus tradiciones —aunque, de manera no oficial daba clases a los pequeños del pueblo desde los 15 años—. Es meritorio acotar que entre sus alumnos está José Ágreda, el Vengador del Serafín, otro baluarte de nuestra cultura.

Dos décimas de El Hijo del Huracán

Los poemas que se muestran a continuación fueron improvisados por El Hijo del Huracán durante un Galerón Campesino llevado a cabo en el Valle de Pedro González en 2009.}

I

El valle de mis amores
tiene playas tan hermosas,
y mujeres laboriosas
que al mapire dan honores.
Tiene recios pescadores
y una tradición pascuera,
el cacao, cual primavera,
la valla causa embeleso,
pero nada como un beso
de una muchacha vallera.

II

Campesino era mi abuelo,
Pin, Isaac y Melecio,
Cayetano, un hombre recio,
y otros que están en el cielo.
Pero Nicho, aquí, en su suelo,
le da lumbre a su figura,
Candito siempre en la altura,
Elio y su hermano Ramón,
ellos si sienten pasión
y aman la agricultura.

Una amena conversa con El Hijo del Huracán

Hace unas semanas tuve una conversación muy amena con José Ramón Villaroel Marín. Esto fue gracias a la intervención de Johan Sánchez, El Turpial Tacarigüero, quien me dio la idea de hacer esta nota y a quien agradezco enormemente el nexo que procuró.

Durante la charla, me permití hacer unas cuantas preguntas a Monguito para así saber más de su vida, de su labor y su percepción del entorno cultural en el que se desenvuelve. El maestro fue muy receptivo y amable, a continuación les comparto sus respuestas.

¿Puede darme algunas palabras respecto a su padre, El Huracán del Caribe?

Con respecto a mi padre, El Huracán del Caribe, solo diré las palabras más sinceras que mi corazón puede expresar a través de mi boca, de mi verbo: dedicación por el hogar, sacrificio, buena crianza y buenos principios.

Otra arista importante de la vida de mi padre fue su consagración a la maestría en su disciplina. Él se preparó con amor y constancia en todos los aspectos significativos propios de la música, el folklore y la cultura. Con respecto a los géneros tradicionales y a las composiciones poéticas, su entrega no fue menor. Mi padre estudió cada detalle, y mucho, eso pudo apreciarse en sus intervenciones en esos grandes eventos, en esos galerones donde se desenvolvía con autoridad.

El Huracán del Caribe era un improvisador incomparable, el mejor de todos según los comentarios de la gente y de los doctos en la materia; el hombre más grande con el que hemos contado con respecto al canto del galerón; el cultor popular más completo que ha tenido la Isla de Margarita y el oriente. Y aquí solo repito lo que he escuchado.

Me lo dijo Luis Mariano una vez, que para él el gran cantautor del oriente era José Ramón Villarroel, porque todos ellos eran cantantes, compositores, y poetas por separado, uno que otro dominaba dos oficios, pero mi papá era todo eso y, además, era galeronista. Y, pues, ninguno de ellos tenía este último dote. “Y no se trata solo de que fuera galeronista, José Ramón, sino que era el mejor de todos”, me dijo Luis Mariano. Entonces, las palabras que te puedo decir son esas.

¿Cuáles fueron sus inicios? ¿A qué edad comenzó en los cantos tradicionales?

Mis inicios en los cantos tradicionales se dan a muy temprana edad, de la mano de mi padre, por supuesto. A los 5 años comencé a cultivarme en las distintas formas musicales y su interpretación.

Ya a los 7 años, al estar en la escuela y las maestras notar mis dotes, me auparon a participar en todos los eventos culturales que se hacían. Allí estaba yo en cada acto: que si el Día del Árbol, el Día de la Conservación, el Día de la Madre, el Día del Padre, las programaciones propias del fin de curso.

En ese periodo debo rescatar que aprendí a tocar cuatro a los 9 años, gracias, también, a mi padre. Desde allí, mis habilidades se potenciaron, puedo decirte que a partir de ese instante comenzó a desarrollarse mi yo compositor.

¿Cuándo decidió que los cantos tradicionales y la difusión de la cultura en general se convirtieran en su oficio?

Tomé la decisión desde muy corta edad. Esto ocurrió cuando me di cuenta de la grandeza de nuestra cultura y folklore; y no fue raro que un niño entendiera aquello tan temprano, no, pues gracias a El Huracán de Caribe los cantos tradicionales rodeaban mi vida y se impregnaron en mí hasta lo más profundo de mi corazón y mi alma.

Fue así como en aquella llegada reciente a esta existencia me dediqué por completo al estudio y la divulgación de la música margariteña y oriental, aprovechando que tenía allí para mí al que considero el mejor y más digno ejemplo de maestría en la materia.

Con 18 años, ya tenía mi propia agrupación, con la que visitaba los caseríos y me presentaba en cuanta fiesta nos invitaran, e, incluso, viajé por el oriente del país en varias giras. En este proceso de entrega traté de no descuidar la academia, así que me formé en talleres de arte poético, licencias y reglas gramaticales con grandes sabios y maestros.

Aún recuerdo aquellos aguinaldos pascuales junto a mi padre, los cuales eran impulsados por Pedro Bellorín e Hildemaro Sosa en sus programas radiales.

A los 24 años, gracias a mi entrega y dedicación, fui seleccionado entre un nutrido grupo de cultores para formar parte del área de Educación musical de la Dirección de Educación del Estado. Desde ahí me enamoré más del oficio, pues se me dio una gran y loable responsabilidad: inculcarles a los niños el conocimiento sobre los cantos tradicionales y la riqueza musical margariteña.

Pero no me quedé solo en eso, sino que apliqué todo lo aprendido en los talleres y encuentros con los maestros respecto a la poética, las licencias y reglas gramaticales. De eso ya van 36 años. Una vida, Juan, una vida entregada a procurar que nuestra infancia preserve el amor por nuestras costumbres y tradiciones.

Puedo cerrar esta intervención diciéndote que vivir de la música fue la mejor decisión que he tomado, aun y cuando lo hice de niño. Toda mi vida, en sí, la he vivido netamente de la música, de más nada; y hoy, mirando hacia atrás lo recorrido, te puedo decir que no hubiese imaginado otra manera de vivir la vida sino de la música, mi hermano querido.

Inspiración: además de su padre, ¿cuáles galeronistas le llevaron a querer ejercer el oficio?

Si bien mi padre fue mi gran inspiración, y mis pasos fueron guiados por su sabiduría, su constancia y su amor por la música, sí tengo a otros galeronistas a los cuales admiro.

Algunos siguen vivos, otros ya están en otro plano muy especial. A muchos los conocí cantando, y los oí siendo yo un niño; entre ellos están: Luis Marín, El Rayo de Margarita; José Faría, Anjá, mi maestro Anjá; Andrés Rodríguez, El Gallo de Quiriquire y Cheché López Marín, El Látigo de Cagigal. Ellos fueron parte de esos grandes que me inspiraron a convertirme en galeronista.

¿Cuáles fueron las presentaciones que más lo marcaron?

Las presentaciones que más me han marcado, con honestidad y con el corazón en la mano te lo digo, fueron unas que tuve en Lechería, pues allí compartí algunas de las grandes glorias de la música venezolana, como: Ismael Querales, Lilia Vera, Cecilia Todd, Un Sólo Pueblo, Los Vasallos del Sol, Hernán Marín, Rafael Montaño, el Señor de Macarapana, Simón Díaz, Cheo Hurtado, Reinaldo Armas, Ignacio Rondón y María Rodríguez. Estar presente en la misma tarima con personalidades de la música de ese calibre es una de las dichas más grandes que ha podido tener este servidor.

Los viajes al exterior también fueron buenos, y de ellos tengo gratos recuerdos, como la presentación en Santiago de Cuba con El Cuarteto, Beto Valderrama y Lucienne Sanabria.

No puedo dejar por fuera Los Galerones del Mes de Mayo, en los cuales compartí con parte de los grandes repentistas de Venezuela. Hablo de tres o cuatro noches seguidas de cantos, aquello fue una fiesta inolvidable del folklor.

Esas fueron las presentaciones que más me marcaron.

Motivación: ¿qué lo lleva a seguir cantando y componiendo?

Lo que me lleva a seguir cantando y componiendo es el amor que siento por mi tierra, por mi gente, por mi folclor, por mi música, por nuestros jóvenes. Estos aspectos para mí son fundamentales, son esa base que me impulsa a continuar dándole un vivo y buen ejemplo a la juventud, para que sepan valorar, saber y sentir la gran riqueza musical, cultural y folclórica que tenemos aquí en la Isla de Margarita.

¿Qué me inspira?, simple: todos los aspectos de la vida.

FOTO: CORTESÍA

Con la gran Cecilia Todd / FOTO: CORTESÍA

¿Cómo describe esa pasión que lo lleva a seguir subiendo a la tarima y darlo todo?

Ese es un sentir que no tiene nombre, ni descripción específica. Cada vez que me subo a un escenario me entrego por completo, y estoy convencido de que lo que estoy haciendo es lo que me gusta y lo que enaltece lo que somos. Por eso me afinco en cada poema y entonación, dejándome llevar por los instrumentos y la forma musical del momento, para que la gente que está abajo escuchando se lleve siempre el mejor mensaje.

¿Talleres, cursos, estudios, maestros?

He participado desde joven en muchos talleres, más que todo relacionados con el arte poético, sus licencias, y la gramática castellana. También recibí clases de técnica vocal avanzadas. Como complemento, poco a poco, a medida que el tiempo de mi vida iba pasando, me he dedicado a la investigación sobre mi rama, y he obtenido información muy valiosa que he sabido transformar en conocimientos que me han ayudado a darle más finura a mis versos y estrofas.
También he procurado nutrirme individualmente respecto a la interpretación, la vocalización, y sobre el saber de todo lo que tiene que ver con la ejecución de los instrumentos con que se acompañan los cantos tradicionales neoespartanos. Un cantante de galerón no solo debe dominar su rol de repentista, no, él también debe entender lo que sucede detrás, el lenguaje de los ejecutantes. Quien domina esto logra una armonía más sublime en escena. Este saber lo heredé de mi padre, no en vano él procuró que de niño aprendiera lo necesario del cuatro.

Premios recibidos en su trayectoria

He recibido una gran cantidad de reconocimientos y premios, los cuales no voy a traer a la luz. Ahora bien, hay un galardón en particular que creo que es el más grande que puedo recibir, y está conformado por varios elementos. Me refiero, Juan, al aplauso sincero, al valor y la importancia que me pueden dar como cultor popular de la Isla de Margarita, Oriente y Venezuela, que me respeten y que las emisoras se dediquen a promocionar mi música, y que cada vez que suene una canción mía digan con emoción: “Ese tema es de José Ramón Villarroel, un cultor popular y compositor neoespartano del cual nos sentimos orgullosos”. Reitero, ese el mayor lauro que yo puedo recibir y que he recibido; eso es lo más grande y más valioso para mí, ocupar un espacio perenne en la memoria de nuestra gente, como lo hizo mi padre.

Una frase que le identifique

La frase que más me identifica a mí surge cuando alguien me pregunta “Monguito, ¿cómo estás tú?, y yo le digo “Yo estoy bien de más, gracias a Dios”. Esa es mi frase preferida, porque, primero, me siento bien en todos los aspectos, y, segundo, estoy dando a demostrar que lo bien que me siento es gracias al poder que tiene Dios sobre mí y que él es quien me ha dado todo lo que tengo.

Como cantor, ¿cuál ha sido el género musical más retador y por qué?

Creo que el género más retador para mí es la gaita margariteña, pero solo en improvisación. Cuando la letra ya está lista, la domino con facilidad. Pero cuando se trata de improvisar, sí que se hace complicado. Esto responde a la velocidad propia de esta forma musical, es muy volátil y trepidante; sin embargo, lo logro.

Ahora, no te creas, cada vez que llega el momento, me pongo nervioso, pues es un reto intelectual grande, sin embargo, lo asumo y lo hago, pero siempre salgo victorioso es gracias a Dios.

Del resto, las demás manifestaciones musicales de nuestra isla, como el galerón, el punto del navegante o el punto cruzado, se me hacen fáciles. Claro, este don me lo ha dado Dios y los años de práctica.

¿Cómo ve el panorama cultural neoespartano en torno a los cantos tradicionales? (Reflexiones en torno a su enseñanza, a los espacios dispuestos para las mismas y los maestros dados a la labor)

El panorama con respecto a los cantos tradicionales lo veo positivo por una parte y negativo por otra, y te voy a decir el porqué. El aspecto positivo es que los cultores que están activos tienen un conocimiento vasto y grande sobre todo lo que tiene que ver con los cantos tradicionales, las reglas gramaticales y el arte poético, además, son cantantes, intérpretes, improvisadores y facilitadores de gran maestría. Eso tiene un valor inconmensurable.

Ahora bien, la parte negativa es que no veo ningún relevo reciente, y eso me tiene muy preocupado. O sea, hay muchos muchachos que cantan la música margariteña, pero no la están escribiendo, no son improvisadores y la gran mayoría no sienten amor hondo por lo nuestro. Esto lo digo con seguridad, porque lo veo a diario.

No se trata solo de cantar, interpretar y ejecutar nada más, no, hay que tener una gran pasión y un gran amor, y eso se ve poco, mucho, pero mucho menos que antes. Sí, es triste, pero opino que pocos jóvenes están preocupándose por cultivarse y convertirse en grandes cultores a futuro.

Y con respecto a los maestros y los espacios, sí hay grandes maestros, como no, nobles capacitadores que están llevando su enseñanza a través de todas esas casas de la cultura para que los niños reciban el conocimiento adecuado y se conviertan en cultores populares. Sin embargo, ahí no se queda todo, lo que ocurre en casa es importante también, el papel de los padres al inculcarle a esos niños jóvenes el amor por la música es clave. Nosotros formamos, pero es en el hogar donde todo ese que se enseñó se canaliza y consolida.

Cómo ve la actualidad de los jóvenes en la improvisación y en el canto de galerón

Estos muchachos que están haciendo vida activa actualmente aquí en la Isla de Margarita tienen una gran capacidad de improvisación y están bien preparados, porque ellos han asumido el reto seriamente. Claro, vamos a hablarte de jóvenes desde los 50 para abajo, porque ya yo paso de 50.

Por ejemplo, allí tenemos a Maximiliano Villarroel, Ernesto da Silva, José Ágreda, Joan Sánchez, Carlos Quijada, Felipe Suniaga y Leonardo Figueroa. Ellos, hoy por hoy, son ejemplo a seguir, por su constancia y dedicación. Cada uno, por supuesto, con sus dones y talentos particulares que Dios le dio, porque es el Padre que los otorga, pero todos con un mismo norte: dar lo mejor por nuestra cultura galeronística.

¿Qué está haciendo el Monguito ahorita?

Estoy haciendo lo que siempre he hecho desde que afronté el gran deber como hombre que quiere su tierra, ese gran objetivo que me planteé de querer amar, valorar y enaltecer la música margariteña.

Tengo mi grupo activo como siempre, solo que ahorita le cambié el nombre a “Musicalidad”. Con ellos actuó constantemente en eventos alrededor de la ínsula. Igualmente, mantengo mi faceta de formador a través de la Dirección de Educación del Estado. Por ende, sigo yendo a las escuelas a impartir el conocimiento a los niños para que tengan una idea y una visión más clara de lo que son los cantos tradicionales en sus tres aspectos fundamentales: el interpretativo, el de la composición poética y el de la ejecución.

En eso es que estoy inmerso, con amor y entrega, haciendo lo que me gusta, chico: cantando, componiendo, escribiendo y enseñando; y, por supuesto, siempre demostrando a la gente que Nueva Esparta es la región del oriente de Venezuela más rica en cuanto a los géneros tradicionales se refiere.

¿Cuáles son los planes a futuro?

Buscar las herramientas, los mecanismos para que los entes gubernamentales tomen seriamente nuestros asuntos folclóricos, y se den cuenta de que apoyar a los cultores populares es un deber que no debe quedarse rezagado, porque si desaparecemos, la identidad musical tradicional de nuestra región se va con nosotros.

Los cultores populares no pedimos mucho, solo el justo reconocimiento por nuestra entrega y dedicación. Muchas veces no nos acercamos a las comunidades a dar clases y talleres por falta de dinero para el pasaje, o gasolina para el carro. Ese tipo de contingencias no deben pasarnos más, nuestra labor es tan digna como la de cualquier servidor público. Nosotros somos la memoria viva de nuestra región, sangre que canta, que declama nuestra historia.

Si bien yo hago mi trabajo por pasión y por amor, como todos los demás cultores, creo justo que se nos den nuestros debidos honorarios, pues todo jornalero es digno de su salario, como reza en la palabra.

Unas palabras a los jóvenes que quieren entrar al mundo de los cantos tradicionales

Tal y como dije anteriormente, los muchachos deben tener presente que la dedicación, la responsabilidad, el respeto y los valores son primordiales para todo cultor. Quien desea asumir el compromiso de convertirse en un cultor popular debe tener claro de que así como se trata de un sitial de servicio, es también un lugar de gran compromiso, pues sobre sus hombros recae el mantener las tradiciones musicales vivas.

Recuerde que cada persona tiene una misión en la vida, y esta, lamentablemente, en algún momento termina. Pero, si quien se va cumplió cabalmente lo encomendado, los que vienen detrás seguirán, honrosos su labor. Y así, hasta que Dios lo permita. En este caso, la misión de nosotros los cultores es preservar nuestras tradiciones e inculcarlas con amor y sembrarlas en los corazones de aquellos a quienes formamos. Cuando nos toque partir, como ocurre con todos los hombres, ustedes deberán ocupar nuestro puesto. Si entienden esto desde un principio y pueden asumir con entereza el rol, pues, entonces están en el camino correcto, y su tierra los honrará con mantenerlos vivos por siempre en la memoria de las generaciones venideras.

Unas palabras a la gente de su Isla de Margarita

Asuman el hecho de que nuestros valores poético-culturales son inmensamente grandes y deben ser respetados dándoles el sitial debido. En los hombros de los cultores populares recae una responsabilidad social enorme: preservar las tradiciones y enseñarlas a las nuevas generaciones. Si el mismo pueblo no se encarga de dar el valor debido y enaltecer a su cultura y los que trabajan por ella, el futuro no se pinta nada bien.

Todo margariteño debe sentirse orgulloso de su cultura, debe valorar sus tradiciones, sus cantos, su folclor, porque si no aprecian eso, entonces no estiman lo que les hace ser: su identidad.

Gracias, mi hermano Juan Ortiz, por haberme tomado en cuenta para esta nota en tu columna, y haber asumido ese reto de saber más de nuestros cantos tradicionales, su poesía, su música, de nuestro folclor margariteño y de aquellos que hacen posible que esto que nos identifica como pueblo no se pierda. Que Dios te bendiga.

El Hijo del Huracán: un heredero digno, de altura

Ha sido un inmenso honor hacer esta columna. Quiero repetir mi agradecimiento a Johan Sánchez, El Turpial Tacarigüero, por servir de puente para con el maestro José Ramón y lograr los propósitos principales planteados: escribir una biografía completa y conocer de su propia boca todo lo abordado en torno a nuestra cultura.

Al maestro Monguito: gracias por su paciencia y disposición al momento de responder las preguntas y dar la información pertinente respecto a su vida. Valoro mucho su tiempo.

Basado en una de las reflexiones de El Hijo del Huracán sobre las condiciones actuales de muchos cultores, y las carencias por las que a veces pasan, quiero hacer un llamado a las autoridades presentes a que tomen cartas en asunto. Siento hondamente lo expuesto por el maestro, porque también lo viví; fui y sigo siendo cultor del estado, pese a que en estos momentos me encuentre lejos de nuestra tierra. Es necesario que nuestros cultores dispongan de honorarios justos que les permitan llevar el sustento a sus hogares y tener para poder trasladarse a sus sitios de trabajo, y que sus pagas lleguen a tiempo. Tal y como lo dijo Villaroel: los cultores son la memoria viva de las tradiciones de nuestro pueblo, son la sangre de nuestro folklore, y su trabajo vale, y mucho. Sin ellos, la identidad cultural regional moriría.

Desde aquí, desde este rincón Transeúnte, bendigo a El Hijo del Huracán y a su familia, y pido a Dios que le siga fortaleciendo y proveyendo para que siga su labor muchos años más.

A los interesados en contratar al maestro José Ramón Villaroel Marín, El Hijo del Huracán, pueden llamar a este número: 0424-8425474.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Etiquetas

Noticias de Venezuela Politica Noticias de Nueva Esparta Opinion Derechos Humanos en Venezuela Presos Politicos Dictadura en Venezuela Nacionales Noticias Nacionales Perseguidos Politicos DDHH Internacionales Noticias Estado Nueva Esparta Noticias Regionales Crisis Humanitaria Crisis Economica Cultura Noticias Internacionales Nicolas Maduro Estado Nueva Esparta Economia Crisis Social Turismo en Isla de Margarita IAPOENE Resolucion 008610 Chavez Manifestaciones en Tachira FILCAR 2015 Leopoldo Lopez Libertad de Prensa Maria Corina Machado SEBIN corrupcion Carnavales 2015 Maduro Movimiento Estudiantil UNIMAR Deportes Diosdado Cabello Hugo Chavez Libertad de Expresion 4 de febrero de 1992 Gobierno de los EEUU Isla de Margarita MUD OEA Turismo Fundacion UDC Lilian Tintori Inseguridad en Venezuela ONU Primero Justicia Barack Obama Estado Sucre Golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 INEPOL Mesa de la Unidad Democratica dictadura Capriles Radonsky Cumana Defensor del Pueblo España Jony Rahal Voluntad Popular Henrique Capriles Radonski Lista Falciani Nelson Bocaranda PNB Secretario General de la OEA Swiss Leaks 12 de Febrero Colombia Cristina Fernandez Escolta de Diosdado Cabello lo acusa en Washington de narcotráfico Historia de Venezuela Jesus Chuo Torrealba Marianela Salazar Municipio Antolín del Campo CAMPO Noticias de Uruguay Pedro Leon Zapata RUNRUNES Rodriguez Torres TSJ Tarek William Saab Autorizan uso de armas mortales contra protestas en Venezuela CENCOEX Cartel de los Soles Caso HSBC Escolta denuncia a Diosdado Fidel Castro HSBC La Asuncion Manifestaciones en Caracas Municipio Mariño PODEMOS España Partido PODEMOS Sebastiana sin Secretos Teodoro Petkoff dictador historia Alberto Nisman Argentina CADIVI CNE Caricatura Chavismo Devaluacion del Bolivar Estado Merida FARC Guerra Economica Helicoide Inflacion en Venezuela Leamsy Salazar Luisa Ortega Diaz Manifestaciones en Merida Maxidevaluacion Municipio Gomez Ocho militares del anillo de seguridad de Maduro también huyeron Padrino Lopez Simon Bolivar UCAT UCV democracia 12F Alcaldia de Mariño Asamblea Nacional Blanqueo de Capitales Empresas de Maletin Estado Bolivar Farmatodo Fernando Luis Egaña Gobierno Español Golpe de Estado al Presidente Maduro Guayana HRW Hiperinflacion Human Rights Watch Indice de Miseria Investigacion Jorge Giordani Juan Carlos Monedero Juangriego Marta Colomina Megadevaluacion Ministerio Publico Ministro de la Defensa Municipio Diaz Municipio Tubores Noticias de Argentina Noticias de Colombia PDVSA Pedro Claver Cedeño Periodista Eladio Rodulfo Gonzalez Pollo Carvajal Porlamar Reporteros sin Fronteras SIMADI Tabare Vasquez UCAB UDO Universidad de Oriente Venezuela Primero en Indice de Miseria 2014 AD Accion Democratica Alberto Barrera Tyszka Andres Oppenheimer Autoritarismo BCV BID Banco Central de Venezuela CNP Carnaval de Carupano Carnaval del Mar Carnavales de El Callao Censura en Venezuela Cesar Miguel Rondon Convenio Cambiario 33 Corte IDH Cupo Viajero DECLARACION DE TBILISSI DISCURSO DE ANGOSTURA Educacion Efemerides Efemerides de Margarita Empresas Basicas Fiscal General de la Republica GNB Hugo Carvajal Iglesia Venezolana Laguna de La Restinga Monedero Municipio Marcano Nelson Mandela Noticias de Chile Operacion Jerico Oscar Arias Pedro Llorens Pensamientos de Simon Bolivar Puerto Libre RSF RSF 2015 Rodolfo Marcos Torres RupertiGate SICAD SIDOR Salvador Allende Sistema Cambiario Sistema Marginal de Divisas Tasa SIMADI Tribunal de la Haya UNES UPEL Víctimas inocentes del 4 de Febrero de 1992 William Brownfield Wilmer Ruperti