Primarias 2023: el tamaño de nuestra esperanza, por Ángel R. Lombardi Boscán
Contra todos los pronósticos, contra el saboteo del propio régimen y contra el saboteo de algunos de los integrantes de las oposiciones, en su mayoría cohabitadores y otros mercenarios, las primarias del 22 de octubre de éste año 2023 fue todo un éxito. Hacer unas elecciones limpias bajo el protagonismo de la sociedad civil y con una participación de más de 2 millones de venezolanos, en su mayoría, diezmados y maltratados por una revolución con vocación para destruir tiene a todos asombrados.
Además, se legitima una nueva candidatura unitaria de toda la oposición alrededor de María Corina Machado que obtiene un 93% de todos los votos, es decir, no fue electa, sino aclamada. El próximo evento electoral, las presidenciales del año 2024, encuentra a una oposición renovada y con nuevos bríos. Y sin estar atada a los cogollos partidistas sino como representación de una ciudadanía que asumió todo el protagonismo principal en éste proceso.
Ahora toca no caer en triunfalismos excesivos ya que la opción por la democracia se enfrenta a una voluntad de poder anti-democrática. La diferencia entre un gobierno y un régimen radica en que el primero sabe que tiene los días contados y le tocará entregar si pierde una elección; en cambio un régimen no se plantea ni entregar el poder y mucho menos perder. Si para ello tiene que transgredir la Constitución o cometer fraude eso es sólo un procedimiento de manual en que ya varias veces ha incurrido. Su sostén no es la legalidad sino la fuerza.
Hay una lectura asociada a la confianza. El domingo 22 de octubre la gente votó con entusiasmo y esperanza. Comprende e intuye que el camino es el civilizado para salir del manicomio rojo. Aspira a contribuir a que Venezuela vuelva por los derroteros de la modernidad política. Se sacudió el desánimo y el miedo: armas principales del régimen para hacer de los venezolanos almas muertas.
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Otro mito que se cayó es el del CNE. Votar sin el Plan República, sin el CNE de Maduro y sin ver los puntos rojos no tiene precio. ¡Es la Gloria Cívica! Lo mejor del 22 octubre, día histórico sin la menor duda, es que la gente fue a votar sin que fuera arreada como ganado. Sin que los militares y sus armas nos estén intimidando. Sin la capta huella vigilante que delata y manipula a favor del régimen quien y como vota. Se vivió la democracia de verdad o por lo menos uno de sus capítulos más significativos, el de unas elecciones libres, y que el régimen tenía coaptado.
El voto manual demostró ser más efectivo y seguro que el automatizado que ya hoy es motivo de una gran desconfianza. Las maquinitas tramposas del CNE como franquicia del PSUV y algunas organizaciones partidistas cohabitadoras que pidieron la colaboración del CNE en las primarias ya hoy también revelan su misterio. El régimen les repartía los pellejos, una o tres gobernaciones y otras tantas alcaldías, desde una votación retorcida. Y ellos felices aceptaban la trampa.
Si María Corina Machado es inteligente, y lo es. Y si se deja asesorar muy bien por gente buena y competente, su liderazgo pudiera llegar a ser histórico y no de medio pelo. Ahora toca solidificar la UNIDAD. Incluso estableciendo puentes hasta con el mismo chavismo dispuesto a negociar una transición ejemplar.
«María Corina Machado es puro sentimiento del pueblo que ve en ella la esperanza del cambio»: es lo que más se escucha entre los ciudadanos sin importar el estrato social o si están afuera o dentro del país. Lo que Chávez representó como fenómeno político hacia un pueblo desencantado en el año 1998 se está reeditando con María Corina Machado en éste 2023 y 2024, aunque me atrevo a decir que con mayor fuerza.
Al PSUV sólo le queda el apoyo de algunos militares que le dieron la espalda a la Constitución. La mayor parte de los militares quieren tener un orden institucional al servicio de todos los venezolanos y no en exclusividad de una parcialidad política despótica y hoy sin pueblo. Volver a la democracia y a una vida social cuerda.
Hay un mensaje también de reconciliación y paz que recae en María Corina Machado, que por los vientos que soplan, pudiera constituirse en la mujer venezolana con mayor impacto en la historia de Venezuela. Mujer y madre que simboliza la reunificación de la familia venezolana dispersa por el mundo. La que ayudaría a sanar las heridas de un tejido social roto por diseño y con la única intención de dañar para perpetuarse en el poder.
El tamaño de nuestra esperanza es hoy inmenso. Hay alegría otra vez en nuestros corazones y el optimismo es la más grande fuerza social para quebrar una voluntad de poder que se manifiesta como atentado hacia sus propios dirigidos.
Soñar con un cambio político liberador en el corto y mediano plazo refuerza nuestra moral y nos permite a volver a creer como ciudadanía que sí es posible. Todo dentro de la Constitución, nada fuera de ella.
Ángel Rafael Lombardi Boscán es Historiador, Profesor de la Universidad del Zulia. Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ. Premio Nacional de Historia. Representante de los Profesores ante el Consejo Universitario de LUZ
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