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Destacado Suscriptor, Esta semana le traeremos una serie extraordinaria de artículos basados en los recientes debates de los reconocidos filósofos James Orr y Stephen Hicks, llamado "Conservadurismo vs Liberalismo". Para nosotros aquí en destacadas en un debate necesario, pronto estos artículos se publicarán también en EL POLÍTICO para que estén a disposición de todos los no suscriptores. Equipo Destacadas El camino más directo hacia los fundamentos políticos es preguntarse: ¿Qué deben hacer los gobiernos? Los diferentes "ismos" -liberalismo, socialismo, fascismo, etc.- responden a esta pregunta basándose en sus valores más preciados, sosteniendo que el propósito del gobierno es alcanzar esos valores. Sin embargo, las sociedades son complejas y creamos muchos tipos de instituciones sociales -empresas, escuelas, amistades y familias, equipos deportivos, iglesias/sinagogas/mezquitas/ Así que la siguiente pregunta es: ¿Qué tiene de único el gobierno, tanto en términos de qué valores es responsable de alcanzar, como de cómo debe hacerlo? Un gobierno es una institución social que se distingue por dos rasgos: (1) sus principios se aplican a toda la sociedad, y (2) se promulgan mediante la fuerza física o la amenaza de la fuerza física. Es decir, los gobiernos reivindican y practican la universalidad y la coacción. En estos dos aspectos, el gobierno se distingue de otras instituciones sociales, como las empresas, las asociaciones religiosas, los equipos deportivos, etc., que son particulares y voluntarias. No todo el mundo en una sociedad hace negocios con una determinada empresa, se afilia a una determinada asociación religiosa, practica un determinado deporte o participa en un determinado grupo musical. Y cuando un miembro de una de esas instituciones sociales no está de acuerdo con alguna de sus normas o las incumple, lo más que puede hacer esa institución es desvincularse de ese miembro. Un gobierno, por el contrario, reclama y promulga la autoridad para aplicar sus normas a todos los miembros de una sociedad. Además, reclama y promulga la autoridad para utilizar la fuerza física contra quienes infringen sus normas: confiscación, encarcelamiento, ejecución. Es una institución universal de coacción. Por consiguiente, las preguntas clave a las que hay que responder cuando se define el papel adecuado y basado en principios del gobierno son: ¿Qué principios son tan importantes que todos los miembros de la sociedad deben respetarlos y vivir de acuerdo con ellos? ¿Qué principios son tan importantes que puede utilizarse la fuerza física contra quienes los violan? Es decir, la cuestión del poder gubernamental requiere una profunda reflexión moral. Y eso es lo que pone a los diversos "ismos" en conflicto entre sí, ya que el liberalismo, el socialismo, el fascismo, etc., aportan a su política valores, jerarquías de valores y justificaciones filosóficas de sus valores diferentes, a menudo fundamentalmente diferentes. La respuesta liberal a las cuestiones de valores es, por supuesto, decir que la libertad es el valor político supremo. Por liberalismo entiendo la filosofía social que hace fundamental la libertad del individuo en todos los ámbitos de la vida -artístico, religioso, económico, sexual, político, etc.-. Las reivindicaciones políticas clave del liberalismo son que todos los individuos tienen derecho a la libertad y que todos los individuos deben respetar las libertades de los demás. Este es el elemento de universalidad. Cualquier individuo que viole la libertad de otro puede ser sometido a la fuerza física. Este es el elemento de coacción. La justificación del poder social único del gobierno se basa, pues, en el valor de la libertad. Todos los demás valores que deben alcanzarse socialmente, dice el liberalismo, deben ser perseguidos por instituciones particulares y voluntarias. El trabajo de las empresas particulares es perseguir la riqueza con aquellos que eligen asociarse con ellas. El trabajo de las instituciones religiosas particulares es perseguir el culto con aquellos que eligen hacerlo de manera similar. La misión de los deportes consiste en superar retos físicos con quienes deciden participar en ellos. El trabajo de las asociaciones musicales es perseguir valores estéticos con aquellos que eligen interesarse. Y así sucesivamente. La mayor parte del trabajo de la sociedad, según el liberalismo, debe ser realizado fuera del sector político por instituciones particulares formadas voluntariamente. El trabajo del gobierno, por el contrario, consiste en utilizar su poder universal y compulsivo al servicio de un valor: la protección de la libertad de los individuos cuando persiguen los valores que han elegido. Por decirlo de forma negativa, no es tarea del gobierno proporcionarnos amistades y vidas románticas y familiares enriquecedoras, ni empleos bien remunerados o satisfacción espiritual, ni conocimientos científicos o experiencias estéticamente sublimes. Es nuestra responsabilidad personal buscarlas y crearlas por nosotros mismos, individual y/o socialmente como parte de instituciones voluntarias. La tarea del gobierno es sólo proporcionar el espacio de libertad para hacerlo. Para proteger las libertades, los gobiernos liberales diseñan una red de elementos institucionales. Especifican las libertades religiosas, los derechos de propiedad, los derechos de libertad de expresión, las libertades para dedicarse a actividades comerciales, la libertad artística y otras. Establecen policías, tribunales y prisiones para investigar a quienes violan las libertades de los demás y para reprimir a los culpables de hacerlo. Y, lo que es más singular entre las filosofías políticas, los gobiernos liberales imponen limitaciones explícitas al alcance y al poder del propio gobierno -especialmente teniendo en cuenta las lecciones históricas de abusos a menudo terribles del poder gubernamental- para disminuir el riesgo de que el propio gobierno viole las libertades. Sin embargo, los defensores de otras filosofías políticas no están de acuerdo, y el debate está servido. ¿Es realmente la libertad el valor político más importante? ¿Qué hay de la seguridad, la prosperidad, la igualdad, la justicia, la paz, la eficacia o la pureza espiritual? ¿Es la libertad compatible o está en tensión con ellos? En cualquier caso, ¿por qué priorizar la libertad? El radicalismo del liberalismo suele resultar desalentador para sus oponentes. En parte, esto se debe a que el liberalismo es relativamente nuevo en la historia de la humanidad, tras milenios de tribalismo, feudalismo y muchos tipos de autoritarismo. Fuertes elementos del liberalismo tuvieron un éxito efímero en la Grecia y la Roma clásicas, más recientemente en algunos Estados italianos y bálticos del Renacimiento, y podría decirse que en algunos otros lugares. Sólo en los últimos siglos el liberalismo se ha convertido en un contendiente importante en la teoría y en la práctica, y sólo en algunas partes del mundo. Además, aparte de la resistencia de las formas tradicionales de política, el liberalismo se enfrenta a la formidable oposición de otros recién llegados, como los socialismos modernos, los fascismos, los autoritarismos jerárquicos actualizados y los sistemas que intentan mezclarlos. Los socialismos y los fascismos rechazan fundamentalmente que el liberalismo dé prioridad a los individuos y, en su lugar, hacen del colectivo el valor supremo, sosteniendo que los individuos y sus bienes pertenecen a su colectivo preferido. En consecuencia, concluyen que el gobierno debe desplegar su poder compulsivo universal para utilizar a los individuos y sus bienes en nombre del colectivo. Los autoritarios jerárquicos rechazan fundamentalmente que el liberalismo dé prioridad a la libertad y, en su lugar, hacen de la posesión del poder en sí el principal valor político. O argumentan que algunos individuos son más merecedores del poder, ya sea por sus diferentes dotes naturales o sobrenaturales y/o por su éxito en la lucha por adquirirlo. En consecuencia, sostienen que el poder compulsivo universal del gobierno puede y debe utilizarse al servicio de los valores que decidan sus poseedores. Aunque todos los "ismos" reconocen que el gobierno es una institución social con un poder único, difieren en los valores que justifican el uso por parte del gobierno de su poder único. Es decir, la política depende de creencias filosóficas más fundamentales sobre la moralidad, la naturaleza humana y el sentido de la vida. El liberalismo cree en el individuo y en su necesidad fundamental de libertad para buscar el sentido de su vida. Otros "ismos" devalúan al individuo y/o niegan la importancia de la necesidad de libertad de cualquier individuo. El liberalismo ha tenido un éxito rotundo en el mundo moderno, pero las sociedades son complejas y unos cuantos siglos es poco tiempo para teorizar, experimentar e institucionalizar la política. Así pues, el liberalismo es un proyecto en curso. No está en contra de conservar los logros políticos de generaciones anteriores, algunos de los cuales son ahora tradiciones, siempre que esos logros estén justificados por sus efectos de mejora de la libertad. Y está comprometido con la reforma continua o la abolición total de cualquier tradición política antiliberal que siga existiendo. Es un trabajo en curso. | Selección del editor
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