Uppaz son una política de «terrorismo de Estado» para callar descontento en comunidades
Analistas coinciden en que las Uppaz son «más de lo mismo» pero con otro nombre: colectivos usados para realizar trabajos de inteligencia en las comunidades que ya en 2014 y 2017 fueron usados para amedrentar. Destacan que la estrategia del gobierno es prevenir el descontento que pueda surgir en la carrera a las presidenciales, sobre todo si se mantiene la negativa de levantar la inhabilitación a María Corina Machado
En vísperas de la llegada de un año electoral, el gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado incorporar a su estructura comunitaria las Unidades Populares para la Paz (Uppaz). Con la supuesta premisa de «desarrollar la capacidad de combate en el método táctico de resistencia revolucionaria” y “fomentar la capacidad para movilizar al pueblo de manera consciente para la defensa de la revolución». Las Uppaz se suman al compendio de colectivos que sirven a las líneas de la dirigencia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) comunidad adentro.
Desde el gobierno de Maduro, una vez más se reitera la teoría de que sectores de la oposición tienen «planes violentos» contra el país y que las Uppaz deben «combatirlos». No obstante, la hipótesis es rebatida por defensores de derechos humanos como Marino Alvarado, director del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
«Desde que Maduró llegó al poder se ha empeñado en organizar grupos civiles que contribuyan con las labores de inteligencia y se conviertan en perseguidores de gente que pueda tener una opinión contraria o que salga a la calle a defender derechos», dice Alvarado TalCual.
De acuerdo con la orden de Gobierno, las Unidades Populares para la Paz serán coordinadas por el Consejo Especial por la Paz (Cepaz), que estará conformado por un equipo base, dirigido por Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
También estará integrado por Remigio Ceballos, ministro de Interior y de Justicia; Marcano Tábata, comandante de la milicia; Elio Estrada, comandante de la Guardia Nacional (GN); Rubén Santiago, comandante de la Policía Nacional Bolivariana (PNB); Francisco Ameliach, diputado de la AN-2020; Pedro Infante, primer vicepresidente del Parlamento; y Nahum Fernández, jefe de Gobierno de Caracas.
Terrorismo de Estado
Para el analista político Nicmer Evans, la administración de Nicolás Maduro busca minimizar las posibilidades de participación de los sectores de oposición en las zonas populares. Asevera que lo que hace el Gobierno no es más que generar profundizar las políticas de «terrorismo de Estado».
Destaca que un objetivo es prevenir las manifestaciones que el gobierno calcula podrán generar como consecuencias de problemas políticos. «El gobierno sabe que pueden gestarse alteraciones como consecuencias de las elecciones y el descontento que se pueda generar porque se prohíba la inscripción de candidatos».
El politólogo señala que la advertencia que hizo el gobernante asoma que los grupos serán un nuevo eslabón de amedrentamiento a cualquier oposición que se haga a su gobierno en las comunidades. «Maduro ubica a las Uppaz en un tema político, aun cuando la justificación que plantean es de seguridad ciudadana». Subraya que son una forma de consolidar las organizaciones parapoliciales.
Aclara que la creación de estas unidades, lejos de intentar levantar los números de apoyos o popularidad de cara a las presidenciales, busca atentar con cualquier indicio de crecida opositora en las comunidades.
Nicmer Evans asocia estas estructuras a las extintas Cuadrillas defensoras de la Paz (Cupaz), un grupo colectivo creado por el gobierno en 2012 y que ahora, en plena promoción de las Uppaz, asevera que se salieron de las manos, debido a que aunque fueron creadas con un fin en específico, algunos líderes de cuadrilla asumieron, de manera deliberada, en el control de estaciones de servicios, de programas sociales entre otros.
El propio Diosdado Cabello ha dicho en actos públicos que las Cupaz se desvirtuaron, y terminaron siendo grupos que pretendían hacerse con el control de estaciones de gasolina, por ejemplo, para controlar la distribución del combustible.
TalCual pudo conocer que tras el lanzamiento de las Unidades Populares para la Paz (Uppaz) a los líderes de consejos comunales en Paraita, en el estado Vargas, les ordenaron identificar a motorizados chavistas que estén prevenidos para atender lineamientos de la Uppaz. Desde la sala situacional de la entidad la orden dada a los voceros fue que se conformaran a estos grupos con personas meramente chavistas.
Teresa Salazar, de la comunidad Cielo Abierto, señala a TalCual que cumplir la orden de la sala es complicado. Comenta que el alegato le da la gente es que trabajan todo el día, o preguntan si por estar a disposición de los mandatos del Gobierno se les va a pagar.
Otro de los problemas que se presenta en Pariata es que «no todo el mundo es chavista».
Lo mismo pero con otro nombre
Lo dicho por Evans coincide con lo que señala Marino Alvarado, director de exigibilidad de Provea. En entrevista a TalCual subraya que las Uppaz son «más de lo mismo» pero con otro nombre: colectivos usados para realizar trabajos de inteligencia en las comunidades. Recuerda que ya en 2014 y 2017 fueron instaurados colectivos con tareas similares.
«Más allá de los patriotas cooperantes, ha creado grupos colectivos que él mismo (el gobierno) ha armado, dando financiamiento y los ha usado cuando ha considerado necesario para reprimir hasta las protestas sociales»
Alvarado recalca que la creación y accionar de estos grupos incluso ha sido denunciado por organismos defensores de derechos humanos. «Los colectivos del oficialismo están siendo investigados por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad», agrega. El vocero de Provea considera que si en el país hubiera una “contraloría seria” ya se hubiera investigado el uso de recursos del Estado para financiar a estos grupos.
«Las Uppaz son la continuidad de crear grupos paramilitares para reprimir. Estos pasos que da el gobierno de Maduro da más motivos para que la CPI investigue», añade Alvarado.
Mientras Alvarado destaca que son grupos civiles que tienen como tarea actuar contra la población disidente, el politólogo Nicmer Evans, reitera que estos colectivos deberán servir a la administración de Maduro como un mecanismo de control para prevenir alteraciones por descontento político y social
Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV, ha señalado que las Uppaz tienen la tarea de unificar las estructuras del PSUV con los diferentes organismos de seguridad del estado, crear un sistema para la paz que otorgue seguridad a la nación, garantizar la seguridad y la paz en cada comunidad y calle del país y organizar la fuerza motorizada revolucionaria para acciones rápidas e inmediatas.
«Quien opere por su cuenta no será jefe de las Uppaz, porque una de las cosas debe ser la disciplina. Aquí hay un mando que lo tiene directamente nuestro presidente, quien ha designado una instancia que es el Consejo para la Paz (Ceppaz), desde donde damos las instrucciones», dijo Cabello en un acto de juramentación en el estado Mérida.
En ese evento fue que admitió que las Cupaz se desvirtuaron y lejos de dar soluciones a las comunidades se convirtieron en un problema. Ante lo expuesto por representantes del gobierno, Evans y Alvarado están de acuerdo con que Maduro busca callar el descontento que ya existe.
Las extintas Cupaz
Las Uppaz se conformarán en las 46.542 comunidades del país. El gobierno ha recalcado que quien no actúe con disciplina quedará fuera. La cadena de mando en las unidades estará encabezada por el mandatario Nicolás Maduro, el Consejo Especial de Paz, los cuadrantes de paz, la milicia y las organizaciones del pueblo.
«Ya hicimos un ejercicio y surgió la Cupaz con muchos errores. Ya esas no existen porque no estaban arraigadas en el territorio, sino en pequeños grupos», dijo Diosdado Cabello desde el estado Carabobo, durante un acto de juramentación el 27 de octubre.
Las Cupaz fueron un grupo conformado por civiles armados que cubren sus rostros, milicianos, integrantes de consejos comunales y Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), Guardia del Pueblo y militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Las Cupaz con el avanzar de los años protagonizaron escenas de amedrentamiento e incluso disputas por el poder. En mayo del 2021 protagonizaron un enfrentamiento con militares en la estación de servicio Los Mangos, en La Florida, Caracas.
En un video publicado en redes sociales, hombres pertenecientes al colectivo Cupaz, se evidenció que los integrantes de las cuadrillas llegaron a la estación con la intención de hacerse cargo de las operaciones, pero al no lograr imponerse ante efectivos de la Guardia Nacional que custodiaban la gasolinera, procedieron a cerrar el acceso a la estación.
«Vamos a matarnos uno por uno» dice uno de los miembros del Cupaz a los militares, quienes dispararon varias veces al aire para intentar dispersar a los integrantes del mencionado grupo.
En 2022 se reportó en medios de comunicación que integrante de Cupaz en la zona asesinaron a alias “Piraña” en el urbanismo Ciudad Betania 2 en Ocumare del Tuy.
De acuerdo con los reportes, una patrulla de las Cupaz rondaba el sector y un supuesto grupo de antisociales la atacó. “Las Cuadrillas de Paz, adscritas al partido de gobierno PSUV, han instaurado su mando en esa zona catalogada como “Roja” para dar una mayor estabilidad al Urbanismo” reseñó el medio Aporrea, citando a residentes de la zona.
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