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No es una hipérbole decir que millones de ojos vieron los centros electorales de todo el país el patriótico día del referéndum sobre el Esequibo vacíos de toda vaciedad. Un domingo decembrino gris, silencioso y somnoliento. Era el comentario entre jugadores de dominó y señoras haciendo sus escuálidos mercados. No hay nadie, ni en Caricuao ni en Petare. Tampoco en La Lagunita. Iguales noticias llegaban de los cuatro costados del país.

Fracasó pues rotunda y aparatosamente el tal evento electoral, mostrando de pasada lo poco que le queda de sus fastos de antaño al chavismo, ya en fase de entumecimiento. La sorpresa mayor fue cuando el inhabilitador Elvis Amoroso, más bien asustado, leyó el primer boletín electoral y resulta que habían más de 10 millones de votos, que no de votantes. Jorge Rodríguez, que nos tiene acostumbrados a sus «verdades», dijo que era una votación nunca vista. Y tiene razón: nadie vio filas, ni carreras, ni apretujones. Fue una desolación total.

El estado anímico de la gente más que de sorpresa fue el de una sonrisa burlona: «No saben qué inventar”, sin muchos más comentarios. La farsa se cae por sí sola.

Ha habido reacciones, sí. Algunos políticos han repetido, con variantes, la misma letanía, millones de ojos no pueden equivocarse. La opinión tempranera de Henrique Capriles interpretó que si había 10 millones de votos era el resultado de multiplicar 2 millones de votantes por las 5 preguntas (5 votos), lo que indica que la abstención fue de 90% del Registro Electoral. Pero, en verdad, ni siquiera se puede creer a partir del boletín inicial de Amoroso que hubo 2 millones de votantes.

Las agencias noticiosas incluyen ahora 2 cifras, los 10 millones de votos iniciales convertidos ahora por obra y gracia de Amoroso en 10 millones de votantes en un segundo anuncio. Es decir, en esta versión mejorada e inflada habría votado la mitad del padrón electoral. Puertas adentro del chavismo lo que se impuso es la línea de «si vamos a mentir, que sea en grande». No pueden mostrar ni una foto de filas de votantes, ni de aglomeración en los centros de votación. La página oficial del Consejo Nacional Electoral no muestra resultados desagregados. ¿Por qué será?

El 22 de octubre una multitud votó en las primarias opositoras y María Corina Machado reunió 92% de los votos. Ahora un porcentaje similar de votantes se quedó en sus casas. El régimen se dedicó a contar ausencias y la suma le dio 10 millones de votos o votantes invisibles.