 8 de diciembre de 2023 |
¡Es viernes y tu buzón de correo lo sabe! Aquí tienes nuestras mejores lecturas de la semana, con eñes y acentos, que no encontrarás en otro lugar.
Por Patricia Nieto |
En un año marcado por dos guerras con enormes repercusiones, elecciones clave en América Latina y España y climas extremos que derivaron en catástrofes, la música ha sido motivo de gozo.
Eras, la gira de Taylor Swift, causa furor en toda América; cantantes como Bad Bunny, Karol G y Shakira consolidaron su lugar en la cultura pop y el corrido tumbado, un subgénero de la música regional mexicana, se convirtió en un “fenómeno global”.
Este año, artistas como Peso Pluma, Grupo Firme y Natanael Cano, considerado el pionero del subgénero, irrumpieron en el firmamento pop como estrellas internacionales y su música llegó al top 10 de Billboard.
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A lo largo del año, Elda Cantú, editora en el buró de México y autora de este boletín, siguió de cerca el auge de los corridos tumbados y sus ramificaciones culturales. Hace unos días publicó un reportaje sobre esta música y algunas aristas controversiales. Para saber más, le hicimos unas preguntas.
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| Peso Pluma en un concierto en Ciudad de México el mes pasado Aurea Del Rosario/Associated Press |
Patricia: Como alguien que nació y creció en la frontera mexicana, seguramente el corrido te es familiar. Pero el corrido tumbado es mucho más reciente. ¿Cómo lo definirías?
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Elda: Los corridos tradicionalmente han sido canciones que cuentan las historias del norte y la frontera de México. Te diría que los tumbados mezclan este subgénero regional con influencias de trap, rap, hip-hop, reguetón. Así que han vuelto más urbana una tradición de provincia, surgida en el campo en el siglo XIX.
En los tumbados es posible reconocer los orígenes en los instrumentos. Las melodías son pegajosas, y los artistas de esta nueva ola hacen un trabajo estupendo con las guitarras, los metales. Parte de lo que me intrigaba era cómo han logrado darle relevancia global y actualidad a una música del folclore que estuvo marginada. “Son historias muy particulares y sonidos muy particulares y, al mismo tiempo, logran ser universales”, me dijo Camilo Lara, músico y productor musical. “Todos están bailando solas”.
En tu reportaje hablas de cómo los corridos tumbados ampliaron considerablemente su audiencia y visibilidad en el mundo. Pero en México se ha abierto un debate más complejo.
Los tumbados son herederos de los narcocorridos, surgidos en la década de 1970. Relataban hazañas de traficantes y a veces de policías, y se les acusó de glorificar al crimen. Esto pasa ahora. Hay ciudades que intentan limitarlos, sobre todo en zonas donde opera el narcotráfico. Dicen que se hace apología del crimen y que no promueven la paz. El mismo presidente de México ha criticado las letras y los artistas.
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| Un investigador forense inspeccionaba la escena de un crimen en Celaya, el año pasado Alejandro Cegarra para The New York Times |
Pero verlo solo con esta óptica sería muy pobre, me dijeron varios expertos, pues a menudo el arte es la expresión de una realidad complicada y no la causa de un problema. Y una realidad es que México vive inmerso en la violencia del narcotráfico desde hace casi dos décadas. Es la edad que tienen estos artistas y muchos de los fans.
Lara también dijo que en momentos difíciles para México, “la cultura ha podido ser nuestro salvavidas”, algo capaz de unir y causar orgullo.
En la nota, un chico te dice: “literal somos ellos”, refiriéndose a los artistas más conocidos de los tumbados. ¿Por qué ha resonado tanto entre los jóvenes esta música?
A algunos creo que les llama la atención cómo lucen los artistas, sus edades, los temas que tratan, pero algunos también viven en comunidades donde el peligro y la violencia son cotidianos. Otros encuentran la estética es más atractiva que en los corridos tradicionales: ropa deportiva, marcas de lujo, tatuajes.
Iván Nuño y Joe Rodríguez, socios de una empresa que, entre otras cosas, hace supervisión musical para series de televisión y han trabajado con algunos de estos artistas, dijeron algo más: que los tumbados tienen un elemento de autenticidad que remite a las raíces y al origen y por eso emociona y conecta de manera muy potente con el público.
Fuiste a conciertos de Peso Pluma y Cano, ¿viste algo que profundizara tu comprensión del fenómeno?
Me sorprendió ver muchísimos niños y adolescentes. Y que el ambiente en ambos era bastante familiar. Hablé con mamás afuera del concierto de Natanael Cano en el Auditorio Nacional que llevaron a sus hijos a ver a su ídolo; para algunos era su primer concierto. En el de Peso Pluma conocí a una familia que había ido a festejar los cumpleaños del hijo de primaria y la hija universitaria. El papá me dijo que estaban ahí para apoyar los gustos de los chicos.
Creo que la clave está en la música y el poder que tiene para generar emociones. Estos artistas, que son muy jóvenes, además tienen un gran carisma. Su dominio del escenario y las redes sociales los vuelve atractivos pero a la vez cercanos.
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| Natanael Cano en julio del año pasado Isaac Esquivel/EPA, vía Shutterstock |
Entiendo que escuchaste muchos corridos tumbados para la preparación de este reportaje. ¿Hay algo inesperado que descubrieras al repasar las letras?
En ellas hay menciones a armas, carros deportivos, artículos de lujo, champán. También hay cierto ingenio para mencionar en clave las drogas, las balaceras y a personajes conocidos del narcotráfico. “Las generaciones cantan de acuerdo a lo que les ha tocado ver”, me dijo la profesora Graciela Flores. Y estas generaciones “están reflejando esta realidad compleja, mostrándonos parte de su mundo a través precisamente de las letras”.
Dentro del alardeo y la presunción, hay letras que hablan de desamor, de amor y de una ética de trabajo que es un tema recurrente: ganar riquezas, lograr éxito y prestigio a través del esfuerzo, aunque sea ilícito, y sobreponerse a las adversidades.
Por ejemplo, “El rescate” de Marca Registrada y Junior H es una conversación por radio entre alguien que está acorralado por la policía y el líder de un grupo armado, que al final va a sacarlo de la situación. Y alguien puede escuchar ahí un trasfondo de crimen, pero para otros hay un elemento de camaradería que es conmovedor.
Si tuvieras que presentarle el género a un neófito de los corridos tumbados, ¿qué canciones le recomendarías escuchar?
¡Qué difícil! “Ella baila sola” y “AMG” son dos de los éxitos que se escuchan por todas partes. “Lady Gaga” es favorita de muchos fans (la promocionó el boxeador Mike Tyson). Cuando estaba reporteando llegué a una serie de HBO llamada Vgly, en donde aparecen varios artistas de este y otros géneros urbanos nuevos que no conocía.
Te invitamos a leer el reportaje de Elda y a comentarlo. Nos gustaría saber qué piensas de los corridos tumbados y sobre sus letras e influencia.
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Por si te lo perdiste
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| Barcos dañados arrastrados hasta la orilla este mes en Acapulco, México. Jose Luis Gonzalez/Reuters |
A 44 días de que Otis, el huracán más intenso registrado en la costa del Pacífico mexicano, arrasara con Acapulco, la comunidad aún no se recupera.
Según cifras oficiales, la tormenta provocó la muerte de 50 personas, muchas de ellas tripulantes de yates y otros barcos. Treinta más siguen desaparecidas.
En noviembre, nuestros colegas Zolan Kanno-Youngs y Emiliano Rodríguez Mega visitaron el club de yates de Acapulco, donde algunas personas buscaban cualquier pista sobre el paradero de sus familiares.
Ahí se encontraron con Maura Castro, hija de Felipe Castro de la Paz, el capitán de un famoso yate. “La embarcación se perdió. Yo lo sé. Pero yo quiero el cuerpo, por lo menos, de mi padre”, les dijo.
Su búsqueda terminó el fin de semana pasado, cuando el cuerpo de Felipe fue encontrado bajo un barco cerca del club de yates.
“Lo encontramos. Ahora su cuerpo descansará en paz. El mar fue su vida y él así decidió entregarse a él”, le escribió a Emiliano en un mensaje de texto. “Mi capitán regresó”.
—Sabrina Duque produjo y editó este boletín.
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