15 de diciembre de 2023 |
¡Es viernes y tu buzón de correo lo sabe! Aquí tienes nuestras mejores lecturas de la semana, con eñes y acentos, que no encontrarás en otro lugar.
Por Elda Cantú Senior News Editor, Latin America |
Me encanta conducir.
Sin embargo, hace cinco años vendí mi coche y juré que, al mudarme a Ciudad de México, sería peatona, usuaria de transporte público o, si fuera necesario, pasajera de taxi.
Es que odio los embotellamientos. Cuando viví en Lima, Perú, pasé horas en el tráfico. (La ciencia dice que la congestión vehicular causa profundos efectos en la salud, por no hablar del impacto en la economía, los niveles de esmog y el cuidado de los niños).
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El tráfico en Ciudad de México un día de 2019 Luis Antonio Rojas para The New York Times |
Estar en un atasco es un pasatiempo involuntario para millones de personas en América Latina: ocho de cada 10 latinoamericanos vivimos en ciudades, muchas de las cuales están poco preparadas para gestionar los desplazamientos desde las viviendas —que suelen estar en las periferias— hacia los centros urbanos donde se ubican las escuelas, oficinas y polos económicos.
Bogotá intentó resolver este problema hace algunos años con resultados, en principio, deslumbrantes.
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En diciembre de 2000, la ciudad inauguró TransMilenio, un sistema de 12 líneas de autobuses rápidos inspirado en Curitiba, Brasil, que alivió la congestión. “Fue un milagro”, dijo Darío Hidalgo, uno de los primeros gerentes del sistema.
Pronto surgieron imitadores por todo el mundo que querían replicar la experiencia de desahogar los trancones para las multitudes, a bajo costo para los pasajeros y sin la construcción lenta que requiere, por ejemplo, un metro subterráneo. Otras ciudades han apostado por los vehículos eléctricos para, de paso, ayudar a cuidar el medioambiente.
Usuarios que esperan en una estación en Bogotá en abril de este año Felipe Romero Beltran para The New York Times |
Michael Kimmelman, crítico de arquitectura del Times, estuvo hace poco en Bogotá. Quería saber qué había pasado con aquel proyecto innovador que conoció en 2012. Habló con la alcaldesa y otros exfuncionarios. Se subió a un nuevo sistema de teleférico que ayuda a bajar y subir a los bogotanos que viven en los cerros. Atravesó la ciudad acompañando a María Victoria Vélez, una usuaria habitual del TransMilenio. Y se percató de que algunos de los viejos problemas habían vuelto y que había nuevos desafíos: de capacidad de los buses, pero también de voluntad política y financiamiento.
Recorre Bogotá con los usuarios del transporte público en el reportaje de Michael.
¿Cómo es tu traslado diario? ¿Sientes que va mejorando o empeorando? Nos gustaría conocer al detalle tu experiencia. Al final de la nota de Michael hay un formulario. Te invitamos a escribirnos y compartir la situación vial de tu comunidad.
P. D.: A propósito de soluciones a este problema, hace algún tiempo publicamos un interesante reportaje sobre una ciudad que ha apostado por las rotondas (glorietas, óvalos) como una forma de superar los atascos.
“Beacon Bloom”, una instalación en la rotonda de la calle 96 y Westfield Boulevard en Carmel, Indiana AJ Mast para The New York Times |
Si alguien te reenvió este correo, puedes hacer clic aquí para recibirlo tres veces por semana.
Rincón de los lectores
Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala, este mes en la capital de su país Daniele Volpe para The New York Times |
Recibimos algunos correos sobre la situación en Guatemala, a propósito de un reportaje reciente. Aquí presentamos dos de ellos, editados ligeramente por claridad y espacio:
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—Patricia Nieto y Sabrina Duque producen y editan este boletín.
Que tengas un fin de semana estupendo. Si te gustó este boletín, compártelo con tus amigos, colegas y seres queridos (y no tan queridos). Y por favor, cuéntanos qué te parece.
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