Bernardo Arévalo superó trabas de la Corte y asumió como presidente de Guatemala
En horas de la mañana, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala suspendió el partido Movimiento Semilla, del cual Arévalo es presidente, pero la medida fue revocada por el nuevo Congreso que legislará en el período 2024-2028
Después de una jornada repleta de trabas e intentos por frenar su investidura, Bernardo Arévalo fue juramentado como el nuevo presidente de Guatemala durante la madrugada del lunes 15 de enero.
«Nunca más el autoritarismo. El pueblo de Guatemala ha demostrado su sabiduría, e instituciones como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral han protegido el deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia», dijo el mandatario en su primer discurso presidencial.
La transición de poder estuvo plagada de contratiempos, pues el Ministerio Público y algunos parlamentarios que culminaban sus períodos intentaron impedir que asumiera el cargo, a pesar de haber ganado las elecciones presidenciales con un apoyo de más de 60%.
El apoyo popular de Arévalo fue importante para que pudiese concretar su investidura. Los intentos por interrumpirla desataron protestas en la capital, por lo que durante el día se presentaron enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la policía que intentaban cercar el acceso al Palacio Legislativo, en el centro de Ciudad de Guatemala.
Más de 10 horas tardó el inicio de la investidura, mientras que se llevaba a cabo una disputa en el Congreso, donde también se intentaba impedir la toma de posesión de los nuevos legisladores para el período 2024-2028.
En horas de la mañana, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, máximo tribunal del país, había dictaminado que el Movimiento Semilla, partido del presidente, quedaba suspendido. La medida surgió de una orden penal del pasado 12 de julio por un supuesto caso de firmas falsas en la fundación del Movimiento Semilla en 2018.
Pero poco antes de la investidura, el nuevo Congreso de Guatemala revocó la suspensión del Movimiento Semilla, con 93 votos de los 160 diputados que componen el Organismo Legislativo.
El nuevo mandatario guatemalteco acabó recibiendo la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Samuel Pérez Álvarez, elegido también en el cargo este domingo, debido a que el mandatario saliente, Alejandro Giammattei, se ausentó de la ceremonia argumentando que debía entregar su puesto a más tardar antes de la medianoche del domingo y por ello envió al Congreso los símbolos institucionales por medio de su secretaria.
Arévalo de León y Pérez Álvarez son dos de los fundadores del Movimiento Semilla, el partido nacido de las manifestaciones contra la corrupción registradas en el país centroamericano durante 2015 y que culminaron con la caída del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015), actualmente en prisión.
«Es gracias a los jóvenes de Guatemala, que no perdieron la esperanza, que hoy puedo hablarles en este podio», proclamó el académico y líder político, quien agradeció a los pueblos indígenas por defender la democracia de Guatemala.
Arévalo ingresó al Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, donde se desarrolló la ceremonia de investidura, al son del concierto para violín y orquesta «La Primavera», del compositor italiano Antonio Vivaldi.
El presidente recién investido ha prometido la llegada de una «nueva primavera», como la que protagonizó el Gobierno de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, entre 1946 y 1951, en una de las Administraciones de más desarrollo para el país centroamericano.
Acompañado de su esposa, Lucrecia Peinado, el presidente caminó en medio del recinto teatral entre aplausos y sonrisas, pese a las más de diez horas de retraso de la ceremonia.
El nuevo gobernante llega al poder con un discurso anticorrupción, al igual que su partido, nacido precisamente de las manifestaciones de 2015, que dieron paso a la caída del presidente Otto Pérez.
*Con información de EFE y DW
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