Élite cubana compró 315.000 dólares en pavo a Estados Unidos
Cuba registró entre enero y noviembre de 2023 un incremento de 2199 % en la importación de pavo de EEUU en comparación con el mismo periodo de 2022. Más de 70 % de esa compra se produjo en el mes en que se celebra el Día de Acción de Gracias. Mientras tanto, el racionamiento de alimentos básicos se acentúa en la isla y muchos cubanos aseguran que desayunan y cenan mango para sobrevivir
José Gregorio Martínez PANAM POST
En los últimos 20 años, los cubanos han visto una reducción en sus cartillas de racionamiento en las porciones de café de 207 gramos en 2003 a tan solo 20 gramos en 2023, y las de azúcar han pasado en el mismo periodo de 1,6 kilos a 700 gramos, lo que equivale a una disminución de 90 % y 53 %, respectivamente, de acuerdo con una reciente investigación de la agencia EFE. Adicionalmente, la producción de arroz no alcanza para satisfacer una cuarta parte del consumo nacional y quienes logran comprarlo dejan 60 % del salario mínimo en cinco libras, la producción de frijoles solo llega a un tercio de la población y la carne de cerdo escasea, pues su producción ha caído 87 % en los últimos cinco años, según el Observatorio Cubano de Conflictos, que en un artículo de julio pasado alertaba que “Los cubanos están ya al borde de la hambruna”. Pero las cifras de importación de alimentos muestran una realidad distinta que solo viven unos pocos.
Contradiciendo el relato del “bloqueo” y las sanciones estadounidenses que por décadas ha usado el régimen castrista como excusa para intentar ocultar el fracaso del socialismo, las más recientes cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) muestran que Cuba compró a este país entre enero y noviembre de 2023 carne de pavo por un valor de 315.000 dólares, lo que representa un aumento de 2199 % en comparación con el mismo periodo de 2022, cuando la cifra fue de apenas 14000 dólares. ¿A qué mesas han ido a parar esos pavos? Esta es sin duda la pregunta que se hará la gran mayoría de los cubanos que se acuesta con el estómago vacío o sobrevive comiendo mangos, si –burlando la censura– logra tener acceso a esta información. La respuesta es bastante obvia.
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Mientras la élite cubana –con los nietos de Raúl Castro a la cabeza– disfruta de lujos y excentricidades impropias del comunismo, 52 % de la población en Cuba tiene acceso a “dos comidas o menos al día” y 51 % de los hogares tienen problemas para comprar los productos más esenciales para sobrevivir, según publicó en agosto el Diario de las Américas citando un informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos elaborado en 2022. A esto se suma una encuesta de CubaData realizada ese mismo año a un total de 16006 cubanos durante ocho meses (un promedio de 2000 por mes) que arrojó que 70,8 % de los entrevistados está ingiriendo menos alimentos que nunca antes en su vida y que hay días en que “apenas prueba bocado”. Muchos cubanos sobreviven comiendo mango. “Comemos mango en el desayuno y mango por las noches, gracias a eso sobrevivimos; cuando se acabe el mango, veremos qué pasa”, dijo un jubilado en un reciente reportaje del Diario de Cuba.
El Día de Acción de Gracias de la élite cubana
Llama la atención que de esos 315.000 dólares en pavo comprado a EE. UU. el año pasado, 223.000 –es decir poco más de 70 %– corresponde a noviembre, mes en el que en la potencia norteamericana se celebra el Día de Acción de Gracias y el pavo es el plato principal en la mesa en esta fecha. También es un alimento muy consumido en diciembre, según se puede observar en las cifras de 2022, cuando la importación de este producto fue de 502.000 dólares. Esto indica que muy probablemente el monto total de 2023 se incremente significativamente cuando el USDA sume las cifras del mes pasado. Este detalle genera incluso una preguntas que supera cualquier ironía: ¿Celebra la élite cubana la tradición estadounidense del Día de Acción de Gracias?
El régimen castrista intenta sincerar precios luego de décadas de ineficientes y corruptos controles estatales. Ahora, los cubanos que no cuentan con suficientes ingresos para cubrir su alimentación deberán pagar un incremento de 500 % en el precio del combustible, 700 % en boletos de trenes y 300 % en billetes de avión y autobuses interprovinciales, así como 25 % en las tarifas de un servicio eléctrico que no funciona, pues los apagones en la isla son el pan de cada día. En medio de este panorama, la cifra total de importación de productos agroalimentarios estadounidenses sigue en ascenso hasta llegar a 292,1 millones de dólares entre enero y noviembre de 2023, lo que equivale a un aumento de 4 % con respecto al mismo periodo del año anterior, sin que en los hogares cubanos esto represente algún alivio.
El negocio de las Mypimes
Cuba no solo aumentó 2199 % la compra de pavo a EE. UU. sino también se observa un incremento de 2991 % en la adquisición de ganado y carne de res, 1328 % en la compra de café y productos derivados e, irónicamente, 999 % en la importación de azúcar, cuando Cuba llegó a ser el mayor productor y exportador de este producto. ¿Quién hace todas estas negociaciones con Estados Unidos? El sector privado en Cuba es un espejismo. Fue apenas en 2021 cuando la dictadura, a través del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), aprobó las primeras 32 pequeñas y medianas empresas privadas (Mypimes) en más de seis décadas de comunismo y control absoluto del Estado.
Sin embargo, las Mypimes no son más que otra farsa del castrismo para importar alimentos desde EE. UU. y otros países, vía Panamá, ya que estas son controladas por una “élite con acceso a la divisa, la mayoría radicada en el exterior o a la sombra del poder”, según revela una investigación de Cubanet. Los productos importados, en su gran mayoría, no llegan a la población. Por lo general se quedan en la élite que ostenta el poder y su círculo cercano. Cuando se trata de comida puede que incluso se pudra en los almacenes en la isla –tal como ocurrió en Venezuela con el sonado caso “Pudreval”–, ya que, de acuerdo con la información revelada por el medio cubano, el negocio es importar, mientras las empresas estatales cubanas cobran por la intermediación y la logística 20 % del total importado.
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