Huida, sueños y medallas: Santiago Ford, el atleta cubano que eligió un nuevo camino en Chile
Santiago Ford salió de La Habana fingiendo que iba de vacaciones y no regresó. Tenía motivos. “Era un sueño desde niño triunfar y lograr una medalla panamericana. No lo logré por mi país natal, sino por uno que me abrió las puertas”, reconoció en entrevista con PanAm Post. A sus 19 años decidió dejar la isla por decepción.
Llegar a la meta sin ver a sus padres en las gradas aplaudiéndole es una tristeza que arrastra el atleta cubano Santiago Ford, quien es medallista de oro del Team Chile en los Juegos Panamericanos 2023. El joven alcanzó su primera presea dorada en la prueba de decatlón profesional, luego de huir hace cinco años de la dictadura castrista. En suelo austral tuvo la oportunidad de obtener ese logro representando a la nación que le dio cobijo.
Ford salió de La Habana fingiendo que iba de vacaciones y no regresó. Tenía motivos. “Era un sueño desde niño triunfar y lograr una medalla panamericana. No lo logré por mi país natal, sino por uno que me abrió las puertas”, reconoció en entrevista con PanAm Post. A sus 19 años decidió dejar la isla por decepción.
“Me desmotive mucho en la escuela. Siempre quise seguir mi carrera deportiva porque sabía que no lo iba a poder lograr”.
Por ello, despegó legalmente de Cuba en un vuelo hasta Guyana. De ahí, recorrió un periplo que incluyó Brasil y Perú hasta llegar a la frontera minada de Chile. La cruzó solo, deshidratado, con diez dólares escondidos en su teléfono y una mochila.
Sabe que su odisea convertida en hazaña exterioriza el sentir de la generación más pequeña que habita la isla. Al respecto, Ford recalcó lo siguiente: “La juventud en Cuba no es la misma de hace 10, 15 o 20 años. Ya está más actualizada y tiene ganas de seguir y salir adelante. Las cosas no están bien. Se pasa trabajo. El cubano joven compara la vida de un joven como él en otro país y ve que sí se puede, que puede tener futuro y triunfar en la vida. Son las cosas por las cuales uno piensa y busca nuevos horizontes”.
Sin embargo, el medallista de origen cubano enfatiza que principalmente en Cuba, en su opinión, el mayor miedo es la censura, el no poder hablar sin temor y poder expresarse.
Una oportunidad de oro
Ford proyectó y gestionó el suyo. “Conocí unos profesores chilenos, renuncié al equipo nacional, me dieron la baja y tenía la decisión tomada”, explica. No lo hizo de la noche a la mañana, sino que fueron ocho meses, “en ese tiempo fui ahorrando, mi familia me apoyó y pude llevar a cabo el viaje”.
La travesía fue larga y la izquierda chilena castigó su fuga en el Senado para evitar su nacionalización por gracia a sólo nueve meses de los Juegos Panamericanos 2023. Ni el senador comunista Daniel Núñez, ni el socialista José Miguel Insulza votaron en la sesión.
Si bien la maniobra no sirvió, Ford admite que en Cuba impera “el miedo a la censura”. Incluso, sostiene que “la situación es complicada y ruda”, pero “a los 19 años veía más allá de lo que estaba pasando”.
Relata que los deportistas cubanos están obligados “a coger el podio más alto porque si se llega de cuarto o quinto lugar no es bien recompensado. No es algo que llame la atención cuando en otro país del mundo se reconoce igual ese esfuerzo. Tengo compañeros acá que fueron finalistas en los Panamericanos y los conoce el país entero”.
Realidad frustrante
Cuba sólo tendrá 20 cupos en los Juegos Olímpicos 2024. Aunque no lo atribuye a un castigo del régimen a la juventud en Cuba por las constantes deserciones, la falta de una delegación masiva no lo sorprende. “No me toma de sorpresa porque en los últimos cinco años ha ido disminuyendo la participación de las delegaciones cubanas, tanto en juegos olímpicos como campeonatos internacionales. Ahora se vio en los Juegos Panamericanos que hubo menos participantes que en los juegos de Toronto y Lima”.
No hay condiciones ni económicas ni políticas. “Todos sabemos la necesidad que hay de comida, de implementos y para prepararse y estar a primer nivel para competir con los mejores deportistas del mundo. Faltan muchos recursos para competir de tú a tú. Seríamos los mejores del mundo y no habría la necesidad de quedarse en otros países” declara.
Incluso con la realidad clara se confiesa frustrado. “Mi corazón está divido en dos pedazos, un pedazo es mi señora y mi hijo y mi otro pedazo son mis padres que están allá”.
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