La trampa de la dolarización de facto en Cuba
El régimen cubano permitió que BANDEC y FINCIMEX habilitaran tarjetas en dólares desde este miércoles. Al no ser oficial la dolarización, la distorsión de la economía sigue siendo el pan de cada día. Esta aparente flexibilización obedece a la necesidad de la dictadura de atrapar los dólares en su sistema financiero
Siguiendo los pasos de Venezuela, el régimen cubano se acerca a una dolarización de facto de su economía. Atrás han quedado tanto la defensa de las monedas locales en estos países como símbolo de una supuesta soberanía como la aversión por la divisa estadounidense y todo lo que tenga que ver con el satanizado imperio norteamericano. Sin embargo, esto no se traduce precisamente en un aumento del poder adquisitivo de la población sometida a más de seis décadas de racionamiento de alimentos y de servicios públicos.
Así como los venezolanos han terminando adoptando el dólar como moneda de pago en cualquier establecimiento –sin que haya habido una dolarización oficial que se refleje de igual manera en los salarios–, los cubanos avanzan en la misma dirección, empujados por un régimen que necesita mejorar su acceso a recursos para seguir manteniéndose en el poder, para lo cual simplemente otorga ciertas concesiones financieras que le benefician.
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Las tarjetas prepagadas en dólares que fueron habilitadas desde este miércoles 24 de enero es el último anzuelo de la dictadura para aumentar el control sobre las divisas que circulan en Cuba permitiendo una aparente dolarización de facto de la economía. ¿Se está liberando el mercado cambiario y corrigiendo las distorsiones de más de seis décadas de comunismo? Por supuesto que no.
Una trampa extendida
El escritor cubano Ernesto Pérez Chang explica en su más reciente columna publicada en Cubanet que “no se trata, al parecer, de que le hayan llegado las horas finales a la MLC (moneda libremente convertible) —así como no hace mucho vimos al CUC (peso cubano convertible) marcharse repentinamente— sino de que la trampa ‘atrapa dólares’ la han extendido y perfeccionado para asegurarse de que todo billete que traspase los límites de los espacios aéreo, marítimo y virtual de la Isla se quede atrapado en el ‘sistema'”.
Y es que tanto el Banco de Crédito y Comercio de Cuba (BANDEC) como la Financiera Cimex S.A. (FINCIMEX), perteneciente a la corporación cubana del mismo nombre, habilitaron esta semana sus tarjetas prepagadas para pagos en dólares que, según cuestiona el Directorio Cubano, “prácticamente se centrarán en la posibilidad de adquirir combustible en las nuevas gasolineras en divisas”.
La inevitable dolarización en Cuba
Así como el régimen chavista mantuvo por casi dos décadas un control de cambio que tuvo que levantar para finalmente permitir una dolarización de facto cuando incluso se habían penalizado las transacciones con moneda extranjera en la nación sudamericana, el ministro de Planificación y Economía de la dictadura cubana, Alejandro Gil Fernández, parece haber dado marcha atrás a sus palabras, puesto que en 2020 había negado la posibilidad de implementar una dolarización en Cuba. De esta manera, el peso cubano comienza a quedar como pieza de museo, tal como ha ocurrido con el bolívar venezolano.
Sin embargo, al no ser oficial la dolarización, la distorsión de la economía sigue siendo el pan de cada día tanto en Cuba como en Venezuela. “Más que una sagaz medida financiera es una válvula de alivio de presión para los desbalances derivados de las fallas de la planificación centralizada en Cuba”, explica el economista cubano Pedro Monreal en su cuenta de X.
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