Maduro avanza con su huida hacia adelante para boicotear las elecciones
"Los acuerdos de Barbados están heridos de muerte, los declaro en terapia intensiva", dijo Nicolás Maduro con un desbordado cinismo tras haber recibido de EEUU un alivio temporal de sanciones y el premio mayor: la liberación de Álex Saab. Ahora el régimen desempolva la vieja excusa del magnicidio para evitar cumplir con su parte del trato que pasa por el levantamiento de las inhabilitaciones para la celebración de unas elecciones libres
Sin sorpresas, Nicolás Maduro pateó los acuerdos de Barbados y puso en duda la celebración de las elecciones presidenciales que corresponden este año y, según se había convenido con la oposición, se convocarán para el segundo semestre. El cuento de la conspiración y el supuesto magnicidio –viejo libreto chavista y castrista empleado por estos regímenes cada vez que están en aprietos– ha sido la excusa perfecta para alejarse de la ruta electoral.
- Lea también: Nueva persecución en Venezuela: ¿un montaje de Diosdado Cabello?
- Lea también: Chavismo completa sus fichas para impedir elecciones libres
“Hoy, los acuerdos de Barbados están heridos de muerte, los declaro en terapia intensiva, los apuñalearon, los patearon”, dijo el dictador Nicolás Maduro con un desbordado cinismo que no hace más que ratificar su talante autoritario. Estas declaraciones las ofreció en un encuentro con alcaldes y gobernadores, entre los que se encontraba Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, quien suena como escogido por Maduro para ser su “rival” en unas elecciones que le sirvan para dar al mundo una imagen de aparente normalidad democrática tal como las arregló en 2018.
Todo a cambio de nada
Y es que el régimen había recibido todo sin dar nada a cambio. Estados Unidos no solo le concedió un alivio temporal de sanciones al petróleo y el gas venezolano sino que le entregó a Miraflores su trofeo más preciado: Álex Saab. El hombre señalado por Washington como testaferro de Maduro se encontraba preso en territorio estadounidense a la espera de juicio por el delito de conspiración para lavado de dinero por unos 350 millones de dólares y fue liberado no porque se hubiese comprobado su inocencia sino porque la Casa Blanca decidió hacer un canje por estadounidenses tomados como rehenes por Caracas.
Además de la liberación de los presos políticos, EE. UU. pedía la celebración de elecciones presidenciales libres en Venezuela, es decir, sin inhabilitaciones. En un intento por ganar tiempo y fatigar a los afectados –entre estos la ganadora de las primarias María Corina Machado– el régimen puso las condiciones, pero una vez que la abanderada de la oposición –contra todo pronóstico– se sometió a las reglas de la justicia chavista, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) simplemente no dio respuesta al recurso de amparo interpuesto desde el 15 de diciembre y la dictadura optó por huir hacia adelante.
Nueva ola de represión
Es así como haciendo uso de la Fiscalía se anunció una serie de detenciones y se emitieron otras órdenes de captura contra políticos, periodistas, exmilitares y defensores de derechos humanos por el supuesto delito de “traición a la patria”, desempolvando el libreto de la conspiración y el magnicidio. Ya son cinco coordinadores regionales de Vente Venezuela –el partido de Machado– que han sido secuestrados por la dictadura como parte de esta nueva ola de represión que promete arreciar para impedir la celebración de las elecciones que el chavismo perdería por una abrumadora diferencia, según muestran todas las encuestas.
Simulando la intención de “salvar los acuerdos”, Maduro citó a Jorge Rodríguez, delegado chavista en las negociaciones, para manifestar que está dispuesto a continuar dialogando pero “sin cartas escondidas, sin planes macabros”. A esto agregó una frase que no convence en Estados Unidos, pues Washington ha calificado como “no creíbles” sus más recientes acusaciones en las que incluye a la CIA: “Sin planes siniestros para atentar contra mi vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario