Lula avanza entre venganzas y favores
El senador Sergio Moro ha sido amenazado con acabar su mandato como consecuencia de una acción judicial. Por otra parte, la izquierda ha asegurado con varios de sus voceros que el expresidente Bolsonaro sería encarcelado
Roderick Navarro PANAM POST
Suceder el liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva es una complicación que tiene el Partido de los Trabajadores (PT). Lula se encuentra en una edad avanzada y actualmente el PT no se encuentra en su mejor momento de popularidad a pesar de que el tercer mandato del líder comunista lleva apenas un año recién cumplido. El mayor articulador del PT, José Dirceu, a reaparecido con el mensaje de que Lula será de nuevo candidato presidencial en el 2026. Para ese entonces, el Presidente tendría 81 años.
Ante esto, las fuerzas políticas de izquierda se reorganizan a lo interno con sus líderes nacionales y locales. El avance de Lula ocurre en Brasilia reorganizando la estructura de poder que controla desde el gobierno. En principio, ha colocado dos nuevos magistrados al Supremo Tribunal Federal: el abogado personal de Lula, Cristiano Zanin, y uno de sus amigos cercanos, el ex ministro de justicia, Flavio Dino; y por otra parte, ahora coloca como ministro de Justicia a quien lo sacó de la cárcel cuando era un magistrado del STF, Ricardo Lewandowski, de 75 años de edad.
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Al mismo tiempo, su fuerza política lleva adelante lo que sería una reforma educativa radical mediante la Conferencia Nacional de Educación, la cual propondrá un cambio revolucionario en el sistema educativo nacional. Aquí sólo participan los movimientos izquierdistas, por lo que está previsto que sean incluidos elementos como la sexualización de la educación infantil, un fuerte componente de ideología de género, indigenismo, ambientalismo y la revisión de la historia. Hasta el momento, la derecha no ha realizado un planteamiento alterno a esta iniciativa, y se espera que la oposición en el Congreso realice alguna acción para evitar esta reforma tan sensible.
Al mismo tiempo, Lula avanza con su promesa de venganza. Desde el Poder Judicial hay una agenda de persecución a los diputados federales de oposición más relevantes, y ahora se suma una nueva acción contra los hijos de Bolsonaro. Sin respetar el debido proceso, el Poder Judicial es el brazo que censura y judicializa a quienes se oponen con mayor efectividad al gobierno. Esto crea un ambiente de miedo y terror que en Venezuela hemos llamado de terrorismo judicial, en referencia a la creación de instrumentos judiciales para la violación sistemática y radical de los derechos humanos de quienes ejercen sus derechos políticos.
El senador Sergio Moro ha sido amenazado con acabar su mandato como consecuencia de una acción judicial. Por otra parte, la izquierda ha asegurado con varios de sus voceros que el expresidente Bolsonaro sería encarcelado, también por una acción judicial. Si esto ocurriese, se podrían esperar movilizaciones de masas a las afueras de los recintos donde tengan a estos actores políticos, como acto de solidaridad y respaldo de la población.
En cualquier caso, el país sigue empeorando con Lula. Según el último informe de la ONG Transparencia Internacional, el país cayó al puesto número 104 de 180 naciones. Por otra parte, Fernando Haddad, ex candidato presidencial y exalcalde de São Paulo, indicó que el déficit fiscal es de 230 billones de reales, mayor que en la época de la pandemia.
En octubre serán las elecciones locales, lo que es catalogado por algunos especialistas como un termómetro para las elecciones de 2026. En São Paulo, la alcaldía más importante del país, los excandidatos presidenciales Guilherme Boulos, un extremista de izquierda, y el padre Kelmon, sacerdote de la iglesia católica ortodoxa, se enfrentan a la reelección del actual alcalde de centro, Ricardo Nunes. Esto tendrá un impacto en el reacomodo de las fuerzas políticas del país en adelante.
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