La lucha contra el mal, por María García de Fleury
María García de Fleury
La lucha contra el mal comienza en la familia y la razón por la que muchos jóvenes actualmente a menudo se vuelven malos es que viven sin la conciencia de la sacralidad de ser hijos.
El iniciar una relación de pareja, ser parte de ser una sola carne y un solo espíritu y luego separarse a causa de atracciones diversas, posteriormente unirse a otro, separarse de nuevo en parejas, familias, hogares, países distintos y con distintos es una tendencia en la actualidad. Por eso muchos padres e hijos padecen soledad, rechazo, celos, traición, abandono, infelicidad, además de depresión y tristeza. De esta catástrofe provienen la delincuencia y la maldad.
Esto lo afirma el padre Gabriel Amorth, uno de los exorcistas más reconocidos, ordenado en 1954, quien en 1986 obtuvo el cargo de exorcista de la diócesis de Roma. El padre Amorth tiene un libro llamado «Dios es más bello que el diablo», en el que habla de la maldad, pero más aún del bien.
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Para el padre Amorth el día de hoy es fundamental para redescubrir la relación filial con el padre celestial pero también con el padre humano terrenal, subrayando que la ausencia, el no conocimiento del padre humano abren una herida dolorosa en los hijos que los expone a desviaciones, a delincuencia y acciones verdaderamente malas. Del mismo modo debe recuperarse la relación con Dios al cual, según el padre Amorth, el fundamentalismo religioso de nuestro tiempo le hace un pésimo servicio, oscureciendo su benévolo y tolerante rostro materno y paterno. Muchas personas consideradas endemoniadas en realidad son individuos heridos, con muchas heridas en el alma, porque hacen referencia sólo a la ley de Dios sin ni siquiera haber saboreado su amor.
La invitación es a redescubrir en sí mismo, a pesar de los límites personales, la identidad, la dignidad y la sacralidad de ser hijos de Dios. Gracias a esta liberadora identidad de hijo amado por Dios, es como el padre Amorth logra enfrentar el diablo, habiendo recibido la fuerza y la gracia divina para someterlo con autoridad.
La manera para alejar al diablo de nosotros consiste en dejarse atraer por la bondad y la belleza que emanan del bien y de nuestro Dios y Padre. Dios está más presente, es más bueno, más bello y más atractivo que el diablo. Las noticias sobre Dios son buenas noticias y por lo tanto son mayormente ignoradas. Las del diablo, como son malas noticias, tienen más atención. El maligno existe, pero teme a nuestro Señor. La verdadera fe y la oración son posiciones formidables para defendernos en contra del demonio. Recordemos que el bien también existe en nuestros días, no siempre aparece ni tampoco es publicitado.
Especialmente todas las personas bautizadas están seguras, pues tienen mayor conciencia de ser amados por Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, protegidos por la Santísima Virgen María, por los ángeles y por los santos. Bauticemos a nuestros hijos, vamos a bautizarnos a nosotros si no lo hemos estado bautizado, porque recordemos que al bautizarnos nos hacemos hijos de Dios y estamos de parte del más fuerte, del más atractivo que es Dios y con ¡Dios siempre ganamos!
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