Los principios propagandísticos del nazismo, aplicados por el castrismo
La propaganda política es una de las herramientas más eficaces con que cuentan los regímenes dictatoriales, particularmente si son del tipo totalitario.
LA HABANA, Cuba.- La propaganda política es una de las herramientas más eficaces con que cuentan los regímenes dictatoriales, ya sean de izquierda o derecha, y particularmente si son del tipo totalitario.
Joseph Goebbels, quien fuera el ministro de Propaganda del Tercer Reich en Alemania, elevó la propaganda a un nivel científico. Los principios enunciados por Goebbels han sido aplicados por el régimen castrista en Cuba de forma rigurosa desde hace 65 años. Veamos.
Simplificación del enemigo único al adoptar una idea única: El Gobierno cubano, de forma reiterada, señala al “gobierno imperialista de los Estados Unidos” como un “enemigo histórico de Cuba” y culpa de la mayoría de las dificultades padecidas por los cubanos al “bloqueo y las políticas anti-cubanas del gobierno yanqui”.
Método del contagio: Se basa en reunir a diferentes adversarios en una sola categoría. Significa que todo individuo, gobierno o país que se oponga a la izquierda, en cualquier lugar que esté, exponga otras teorías, o adopte otra postura diferente a la del régimen castrista y sus aliados, es un enemigo.
Principio de la transposición: Consiste en señalar errores o defectos iguales a los suyos a la otra parte, en una especie de contrataque. Este precepto lo aplican los castristas con frecuencia para señalar cosas negativas de cualquier otro país para hacer ver cómo en el mundo también hay problemas y obviar los propios. Por ejemplo, el Gobierno cubano hace un apabullante escándalo en contra de Israel por su ofensiva en Gaza, pero justifica la agresión de Putin contra Ucrania y nunca se refiere a las atrocidades cometidas por los rusos.
Goebbels decía: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. Es algo que hacen constantemente los castristas, expertos en crear cortinas de humo.
La exageración y desfiguración: Presentar cualquier hecho como una grave amenaza. El castrismo ha puesto esto en práctica infinidad de veces para crear miedo e intimidar al pueblo sobre lo que ocurriría si viniese de nuevo el capitalismo, por lo cual se perderían “los logros de la Revolución”.
Orquestación: Repetir hasta la saciedad una pequeña cantidad de ideas, pero siempre de manera diferente, aunque la concepción primaria de ellas no tenga variación y no presente ninguna duda. Esto se refleja en los lemas y consignas que se usan en los eventos y actos políticos, culturales u otros para reafirmar la ideología socialista.
Renovación: Implica la emisión constante de informaciones y argumentos nuevos a ritmo vertiginoso, de forma que cuando la parte contraria responda, las personas hayan olvidado estas cuestiones y así contrarrestar las acusaciones del enemigo. Para eso existe el Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista, que dispone de todos los medios de comunicación.
Verosimilitud: Se basa en construir argumentos a partir de fuentes diversas o informaciones fragmentarias y manipuladas.
Silenciamiento: Se basa en ocultar cuestiones inconvenientes y disimular o tergiversar las noticias que favorecen al adversario.
Principio de la transfusión: Se aplica a partir de algo existente con anterioridad, puede ser un mito nacional, odios y prejuicios tradicionales. Así se construye un argumento que esté arraigado en hechos del pasado. Por ejemplo, cuando presentan la revolución de Fidel Castro como la continuación de la lucha de los mambises por la independencia, y justifican el partido único con el Partido Revolucionario Cubano de José Martí.
Unanimidad: Tratar de convencer a las personas de que la mayoría piensa igual y es unánime en su apoyo al régimen.
Todas estas técnicas han sido ampliamente usadas por el régimen castrista desde 1959, no solo con destino interno, sino también para promover su imagen en el mundo.
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