Régimen iraní pisotea nombre de Mahsa Amini y asegura que murió por causas naturales
Según el texto emitido por el "Comité Especial para Evaluar los disturbios del año 1401", Amini, quien fue detenida por la "policía de la moral" bajo la acusación de incumplir la ley del hiyab y luego falleció en un centro de reeducación, debido a una insuficiencia orgánica múltiple, no por lesiones físicas.
El régimen de Ebrahim Raisí vuelve a mofarse de la ciudadanía iraní con un nuevo y escueto informe. En el documento que se publicó este domingo se asegura que la muerte en 2022 de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, fue por causas naturales, tras ser detenida por no llevar el velo islámico adecuado. Esta conclusión se hace pública luego de dos años de disturbios que marcaron al país persa, dejando al menos 202 muertes.
Según el texto emitido por el “Comité Especial para Evaluar los disturbios del año 1401“, Amini fue detenida por la “policía de la moral”, bajo la acusación de “incumplir la ley del hiyab”, y luego falleció en un centro de reeducación, debido a una insuficiencia orgánica múltiple, no por lesiones físicas.
En concreto, se explicó que cuando Amini fue trasladada a este centro de reeducación “para enseñarle lo necesario al respecto (sobre el velo)”, se cayó de repente al suelo. “Lamentablemente murió debido a una insuficiencia orgánica múltiple causada por una hipoxia cerebral” y “no a causa de golpes a la cabeza u órganos vitales”, indicó el informe gubernamental, que concuerda con la autopsia oficial realizada en octubre de 2022.
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La muerte de esta joven, en circunstancias rodeadas de hermetismo, originó una rebelión en el país que exigía más libertades y el fin del régimen islámico. Sin embargo, el informe atribuyó este descontento a influencias extranjeras y apuntó contra Estados Unidos, Israel, Alemania, Inglaterra, Francia y Canadá como factores desencadenantes de las protestas y no a la opresión.
Asimismo, se mostraron cifras incongruentes con organizaciones internacionales que estuvieron monitoreando el conflicto de primera mano. Un ejemplo de esta afirmación es que en el documento se indica que 202 personas murieron, de las cuales 90 estaban involucradas en supuestos “actos terroristas”, mientras que 112 eran transeúntes o fuerzas de seguridad. Se abrieron casos contra 34000 personas, pero 22000 fueron amnistiadas por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí. Hasta ahora, 292 personas siguen en prisión por actos criminales violentos durante las manifestaciones.
El informe gubernamental se publicó tres días antes del año nuevo iraní y sigue a la denuncia de la ONU sobre crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen iraní durante la represión de las protestas, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, violaciones y torturas.
Como era de esperarse, la dictadura en manos de Raisí rechazó enérgicamente este informe de la ONU.
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