Sacerdote Alberto Reyes: “Déjennos ser un pueblo libre y próspero”
Reyes ha sido una voz activa en la lucha por la libertad religiosa y la dignidad humana en medio de un contexto de pobreza y represión.
MIAMI, Estados Unidos. – En una reciente entrevista con EWTN Noticias, el sacerdote cubano Alberto Reyes Pías criticó una vez más el sistema vigente en la Isla, al que ha acusado de provocar la actual crisis.
Con un ministerio centrado en Esmeralda, un municipio de Camagüey marcado por “la tristeza, la migración y las carencias”, según la corresponsal de EWTN en Cuba, Reyes Pías ha sido una voz activa en la lucha por la libertad religiosa y la dignidad humana en medio de un contexto de pobreza y represión.
Su trabajo en las periferias de la sociedad cubana lo ha llevado a enfrentarse directamente con la miseria y los mecanismos de represión del Estado. “En Maisí yo vi niños durmiendo en cartones. Cosa que no había visto nunca”, reveló el sacerdote.
Reyes Pías, quien se describe a sí mismo más como una persona miedosa que como valiente, ha encontrado en su fe la fuerza para “huir hacia adelante” y no dejarse paralizar por el temor. Esta valentía espiritual lo ha llevado a ser crítico con la realidad cubana, que contrasta con la imagen idílica promovida por la propaganda estatal. “Esta es una Cuba que pasa hambre y eso es una realidad: La gente pasa hambre”, afirmó.
El sacerdote también recordó las protestas del 11 y 12 de julio de 2021, las cuales interpreta como una clara señal del rechazo popular al sistema comunista actual. Estas manifestaciones evidenciaron, según Reyes, el clamor por libertad y un cambio de sistema en la Isla.
Reyes también se refirió a cómo el país había sido engañado con la promesa de una restauración democrática tras la Revolución de 1959, para luego instaurarse una dictadura que persiste hasta hoy. “Fuimos engañados y se instauró una dictadura, que es una cárcel que dura hasta hoy”, lamentó.
En su lucha, el religioso ha enfrentado “actos de repudio” y amenazas, aunque sostiene que continúa haciendo lo que considera su deber. Su visión para el futuro de Cuba incluye una sociedad que “acepte a Dios y se lance por caminos de prosperidad y paz”.
“Déjennos ser un pueblo libre y próspero, porque no hay derecho de mantener a este pueblo en la miseria en que está”, clamó.
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