El FMI tampoco “la ve” ni entiende nada
Para el organismo de crédito internacional, el plan del gobierno argentino funcionó mejor de lo que esperaban. Sin embargo, los resultados eran absolutamente previsibles. También se mostraron preocupados por la situación social, pero equivocan el destinatario de su mensaje y preocupación.
En Argentina muchos se muestran sorprendidos por cuestiones que eran absolutamente previsibles: que el peso iba a mejorar considerablemente su rendimiento, que el riesgo país mermaría, que la inflación iba a bajar drásticamente, y que, incluso, los precios bajarían. Tan descolocados quedaron en el kirchnerismo, que ya comienzan a aparecer las insólitas voces que advierten que “algo de inflación es bueno para mantener la actividad económica”.
Claro que estas no son las únicas críticas que enfrenta el presidente Javier Milei. Desde los economistas que hasta hace poco eran considerados como “ortodoxos”, se cuestiona la existencia de un supuesto “atraso cambiario”. Este argumento fue destruido durante la tarde de ayer, en el marco de una presentación del jefe de Estado ante un grupo de importantes empresarios.
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Pero entre los que se sorprenden por los resultados previsibles de las políticas implementadas está también el Fondo Monetario Internacional. Desde el organismo de crédito se mostró sorpresa por la recuperación de la economía argentina, pero también se llamó la atención sobre el tema social. Sin embargo, equivocan el destinatario de sus advertencias.
Con respecto a la primera cuestión, Julie Kozack, vocera del FMI, reconoció que el plan de estabilización “está obteniendo mejores resultados de lo esperado”. La funcionaria hizo referencia al “rápido cambio” en materia de reservas internacionales” y la “rápida reducción de la inflación, especialmente en la última medición mensual”. Resulta llamativo que un espacio vinculado a la economía se sorprenda porque el plan adecuado muestra los resultados predecibles. Sorpresa hubiera sido que Alberto Fernández mejorara la situación o que Milei esté fracasando en sus objetivos. Nada de lo que pasa es inesperado, sino todo lo contrario.
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Sin embargo, si se trata del FMI, el error conceptual no puede estar ausente. De la misma manera que Kozack reconoció los logros obtenidos, advirtió al gobierno que, ahora que las metas fueron cumplidas, se trabaje fuertemente en el gasto social. La vocera del Fondo solicitó que, en Argentina, “la asistencia social sea suficiente y esté bien orientada para proteger a los más vulnerables, y también para garantizar que la carga de la consolidación fiscal no recaiga desproporcionadamente en los trabajadores”.
Por un lado, vale recordar que el presidente manifestó durante toda la campaña que no pensaba reducir la asistencia social. También señaló que incluso, su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, sería la única que puede incrementar sus partidas. Lo que sí está haciendo el gobierno es auditar los fondos que se reparten a las entidades, ya que se encontraron serias irregularidades, por ejemplo, en las mal llamadas “organizaciones sociales” que regentean comedores y merenderos.
La advertencia del FMI tendría que tener como destinatarios a los senadores de la oposición, que piensan ir en contra de la Ley Bases, que propone comenzar a generar crecimiento genuino, en lugar del círculo vicioso de la asistencia social. Desde el Fondo reconocen que se están limpiando los graves desajustes, pero señalan al gobierno como el responsable de cuidar a los que menos tienen. Claro que esto debe ser así (y el Poder Ejecutivo lo tiene muy claro), pero resulta curioso que nada digan sobre la histórica votación que tendrá lugar en la Cámara Alta próximamente, donde se puede conseguir la herramienta, no para paliar el hambre, sino para conseguir empleo, mejorar los salarios y crecer económicamente.
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