Si tienes espíritu aventurero, sigue los pasos de la Virgen María. Su vida es una verdadera aventura de fe. Ella puso todo en manos del Señor y se abandonó. Tanto en la cueva como en Egipto, como en Nazaret, como en el Gólgota, Ella confió y caminó. Con Ella la aventura está asegurada.
En todo lugar, toma ejemplo de la Virgen María y da a Cristo al mundo. No importa dónde te encuentres. La primera vez que María presentó a Jesús, fue en un establo, a los pastores. Lo que importa es que vivas en caridad y comunión, porque solo así Cristo estará en ti. Si llevas a Jesús a los demás, tu vida será una perpetua fiesta de Navidad.
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