Agresión a Marcelo Duclos, prueba de la barbarie de la izquierda argentina
El periodista Marcelo Duclos, columnista del PanAm Post es la representación de toda y cada una de las personas que este miércoles quisieron ir a trabajar y no pudieron, que fueron agredidas, sus comercios dañados, quemados, solo porque un grupúsculo de personas quiso imponerse a través de las agresiones y de la barbarie.
Marcelo Duclos fue rodeado, insultado, escupido y golpeado este miércoles a las afueras del Congreso de la Nación. Su derecho al libre tránsito fue violentado, él mismo fue acorralado, vejado e insultado en más de una veintena de ocasiones por mujeres aprovechándose del discurso de género y la victimización pusieron en peligro la integridad de quien también estaba ejerciendo su trabajo. Todo por el placer de infundir miedo, de dañar a quien piensa distinto y que con argumentos enmarcados en el respeto, puede desarmar a aquellos que terminan pareciendo simples monigotes presos de la violencia como única arma para combatir en el terreno de las ideas.
Marcelo Duclos es columnista del Panam Post, biógrafo del presidente argentina Javier Milei, es un liberal clásico con más de 25 años de lucha en el terreno de las ideas, es músico y muchas cosas más, pero más allá de ello, Marcelo Duclos es la representación de toda y cada una de las personas que este miércoles quisieron ir a trabajar y no pudieron, que fueron agredidas, sus comercios dañados, quemados, solo porque un grupúsculo de personas quiso imponerse a través de las agresiones y de la barbarie.
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Esta agresión física y verbal a Marcelo Duclos, así como también al periodista Orlando Morales, que labora en el canal cordobés Antena 3, a quien le quemaron su auto, es una falta absoluta de respeto contra el sentir de una ciudadanía que votó no una, ni dos, sino tres veces por un cambio de rumbo y depositó su confianza en la figura de un hombre de la talla de Javier Milei, alguien que como la mayoría del país, se cansó de la política tradicional, de situaciones de esta naturaleza, una persona que no quiere ver episodios de odio como los que quedaron retratados, para que el mundo entienda quién es realmente el villano de la película.
El presidente Javier Milei ha querido desde el día uno entrar de lleno con la recuperación del país y lo que ha conseguido han sido palos en la rueda con un Congreso extorsionador, un Senado borracho de poder, unos gobernadores hambrientos de recursos e insaciables cuales hienas, quienes con ínfulas de señores feudales buscan un enfrentamiento para torcer el brazo una y otra vez de quien viene con mano de hierro a parar la perversión estatal que está llevando a Argentina a lo profundo de la fosa. Hoy la izquierda mostró los dientes, se dejaron ver sin pieles ni capas, agresivos, extorsivos, intimidadores y violentos, una y otra y otra vez violentos.
Estos incidentes que marcan un capítulo para el olvido en la historia argentina ocurren frente al edificio del Poder Legislativo. Hoy dos policías y tres gendarmes sufrieron heridas severas y debieron ser trasladados. Hoy las fuerzas de la Ley y el Orden volvieron a ser objeto de seres encolerizados, que solo atacan, destrozan, destruyen, queman. Eso es la izquierda argentina en su faceta más pura. En su elemento.
Es hora de detener a la izquierda argentina. Es momento de tomar estos sucesos que llevan más de seis meses pasando en el país y que sirvan como insumo, que sean la nafta, la gasolina de aquellos que quieren una Argentina que sea el faro de libertad del mundo. Es hora de recordar todo esto para prepararse e ir a las urnas en 2025 y sacar, con ayuda de la democracia, desde la médula a estos políticos de turno que tanto, tanto daño han hecho al país. Hoy fue Marcelo Duclos la víctima, con quien esta casa editorial se solidariza, mañana podrías ser tú o uno de los tuyos quien sea agredido. Por eso, las humillaciones y el irrespeto al sentir de un pueblo está prohibido olvidarlos y eso no es venganza, es simplemente justicia.
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