Señal de la cruz
Demos gracias al Señor por los dones que nos ha dado la Virgen María, y particularmente por todo lo que nos da para degustar en el santuario de Laus deseado por ella. Estamos aquí en su casa, porque ella pidió a Laus de su Hijo la conversión de los pecadores. En Laus, María nos abre a las gracias de las que su Hijo quiere colmarnos. Dando gracias por los consuelos recibidos, aceptemos con la Virgen María la misión de ser consoladores para los demás. Tenemos en el santuario de Notre-Dame-du-Laus un refugio donde cobijarnos en la vida.
Acto de contrición
Dios mío, siento mucho haberte ofendido, porque eres infinitamente bueno, infinitamente amable y el pecado te desagrada. Tomo la firme resolución, con la ayuda de vuestra Santa Gracia, de no volver a ofenderos y hacer penitencia.
Meditación de la Palabra de Dios
Lectura del Evangelio de Jesucristo según san Lucas (1, 28-31)
El ángel dijo a María: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Ante estas palabras, quedó completamente abrumada y se preguntó qué podrían significar esas palabras. Entonces el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. He aquí, que concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
Extracto de los manuscritos de Laus
«La anunciación es el primer acontecimiento de los nuevos tiempos. La Virgen María accede a llevar a Aquel que es vida; nos muestra el camino que lleva a la vida. Benoîte supo comprenderlo desde la primera aparición: estaba cuidando sus ovejas mientras rezaba el rosario cuando, de repente, vio a una bella Señora con un niño de extraordinaria belleza al que llevaba de la mano».
Alegrémonos de la belleza de la vida y demos gracias al Señor por los hijos que sonríen a la vida. Encomendemos especialmente al Señor a los hijos de nuestras familias y de nuestras comunidades parroquiales.
Rezar diez Avemarías
Canto
Invocación
Nuestra Señora de Laus, Refugio de los pecadores, ¡Ora por nosotros!
Oración de Laus
Señor, lleno de ternura y misericordia, eres bendito por tu Hijo Jesús que nos dio Laus, refugio de los pecadores. Eres bendito por María, nuestra madre, que vino a este refugio para visitar a los hombres y sus sufrimientos. Eres bendito por Benita Rencurel, por su testimonio y por los 54 años de escucha de la Bella Señora. Además, Señor, por intercesión de María, morada del Espíritu Santo, transforma nuestros corazones de piedra en corazones de carne. Que nosotros, siguiendo a Benita, nos dejemos transformar para vivir hoy y mañana la fidelidad al Evangelio, en la Iglesia y en el mundo. Amén.
Conclusión
Que al final de esta novena, la Virgen María, refugio de los pecadores, sea nuestra esperanza y nuestra fortaleza. Que seamos capaces de dar testimonio de esto a lo largo de nuestra vida.
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