Los resultados de las elecciones europeas y nuestro país, por Humberto Mendoza D’Paola
Twitter: @Giminiano
A raíz de los resultados de las elecciones europeas, muchos compatriotas, quizá cegados por veinticinco años de dictadura populista que se auto califica de izquierda y respecto a tan calificación yo tendría decenas de razones para calificarla de derecha: ha estrangulado la educación pública al igual que Milei lo está haciendo en Argentina; acabó con el sistema de salud público venezolano –otrora envidia de nuestros hermanos caribeños y andinos–; Milei y la Sra. Díaz Ayuzo, lo están logrando en sus administraciones.
En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, se privatizaron empresas quebradas, ineficientes, de alta carga para el presupuesta nacional que en vez de enviarse a esos sacos rotos se estaban destinando a implementar programas de corto y mediano plazo (nunca los resultados son inmediatos) el fortalecimiento del sistema nacional de salud, de educación básica y de justicia.
Se privatizaron Sidor, por un buen valor –algo que regalado era caro– (con el perdón a mi admirado luchador Andrés Velásquez) y la Cantv, por poner sólo dos ejemplos, fueron muchos más pero no es a mí a quien corresponde defender o reivindicar a ese gobierno, para ese momento ya estaba fuera de la militancia política y estaba dedicado a la judicatura y la docencia. La argentina Termit líder del consorcio que compró Sidor comenzó a hacer grandes inversiones que el Estado venezolano no estaba en capacidad y la producción y productividad de Sidor comenzó a crecer.
Mis amigos de la USB, compañeros de mis dos hermanos en Venezuela, en Cornell y en Inglaterra, no sólo vendieron a un extraordinario precio a la ineficiente y quebrada Cantv, sino el consorcio que la adquirió, en menos de un mes, nos devolvió el tono a nuestros teléfonos de línea y muy pronto introdujeron la telefonía celular, no hablar del cumplimiento del Pliego de Condiciones de la licitación, el cual los obligada a un extenso y rápido despliegue de telefonía rural. ¡Dos grandes éxitos!
Al llegar Chávez y con él el populismo al poder, el poderoso estado embriagado del alza de los precios del petróleo y de su nueva aprendida retórica nacionalista –estatista– procedieron a negociar la «renacionalización» de ambas empresas, comprándolas por mucho más de lo que las había vendido el gobierno democrático, con grandes pérdidas netas al Patrimonio Nacional. En menos de meses, Sidor nuevamente parada y la Cantv y Movilnet, ya todos sabemos. Todo este fin de semana, este desocupado escribidor no pudo trabajar porque no hubo ni un Kbits de su ABA Cantv.
De manera que los defensores de la Social Democracia y el Estado de Bienestar, no somos enemigos del libre mercado, de la libre competencia, de la libertar de económica y del emprendimiento y de la regulación de la intervención del Estado y la reducción de su burocracia y procesos. Pero soy un firme defensor del papel del Estado en la educación, sin monopolizarla sino dando espacio y apoyo a las iniciativas privadas de calidad, por sólo citar un par de ejemplos: las escuelas de Fé y Alegría y la UCAB.
Ese papel tiene que estar más que nunca presente en una asistencia social en medicina, seguridad social, saneamiento ambiental y seguridad agroalimentaria, dejando que produzcan los que saben y tienen por ello su pasión de vida: en Lara lo productores del Valle de Quíbor, los de Carora con su maravilloso ganado, los andinos y sus preciosas hortalizas, el sur del lago con sus plátanos y su mosaico perijanero, el resto del Zulia con su ganado de carne que en nada envidia a Argentina ni a las altas tierras de Escocia.
En materia de administración de justicia, ¿alguna vez estuvo tan privatizada? Y no me refiero a las instituciones que administran, de manera muy acertada pero onerosa, las competencias de la Ley de Arbitraje Comercial, cuyas reservas serán objeto de otro artículo. Me refiero a la llamada «justicia ordinaria» esa a la cual tenemos que recurrir una gran parte de los venezolanos –hay un enorme porcentaje que no he podido establecer con rigor, necesito ayuda de las universidades y de las ONG´s dedicadas a ello para establecer qué porcentaje de la población venezolana accede a ella y, en consecuencia, cuantos están marginados de la misma. Esa «justicia» es lenta, cara, prejuiciada, venal. Basta con analizar los cambios en la jurisprudencia y ver quiénes son los beneficiarios para saber que no fueron argumentos jurídicos los que permitieron cambiar de criterio o incluso derogar leyes y legislar.
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¿Qué hablar de la pérdida de los valores de solidaridad social, empatía, asistencia, y muchos otros que inspiran los valores de la social democracia, los que hicieron posibles los Ertes durante la pandemia en Europa, los que han hecho que España, bajo el gobierno del PSOE sea el país de la Unión Europea que más crezca. Y yo no simpatizo con Pedro Sánchez menos con Yolanda Díaz. Yo soy social demócrata a la medida de Teodoro Petkoff, de Felipe González, de Willy Brandt o socialcristiano a la medida de Helmut Kolh.
Por eso pregunto si mis amigos egresados de las prestigiosas universidades venezolanas y que tanto celebran el gran avance del PP y la ultra derecha en la UE, están dispuestos a devolverle al Fisco venezolano, financista del Estado Social de Derecho que por 40 años nos gobernó y que los apoyó hasta pagarles sus maestrías y PhD en la IVI League de los Estados Unidos de América, del Imperial College, Cambridge, Oxford, Durham, La Sorbonne, Pau, Berlín, la Complutense, UAB…y tantas otras más que financió Fundayacucho.
Yo reivindico la Social Democracia, reconociendo los errores, pero nunca denigraré de ella, pues mi padre, mis hermanos, mis hijas y yo, somos productos de la educación pública, gratuita y universal. Y hasta mediados de los 1990, gozamos de buena salud pública.
¿Están dispuestos quienes hoy denigran del Estado de Bienestar a devolver lo que se invirtió gratuitamente en sus educaciones? Yo sé calcular los costos y actualizarlos a valor presente.
Humberto Mendoza D’Paola es abogado egresado de la UCV
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