San Pedro y San Pablo, columnas espirituales de la Iglesia, por María García de Fleury
María García de Fleury 800 NOTICIAS
San Pedro y San Pablo son dos figuras fundamentales en la historia del cristianismo y su legado es de gran importancia para los creyentes en todo el mundo, la vida y las enseñanzas de estos santos brindan valiosas lecciones de fe amor y servicio a Dios.
Hablar de San Pedro y San Pablo es hablar de personas reales con caracteres muy diferentes con conocidas divergencias entre los dos pero como comprendieron lo que dice el evangelio y trataron de vivirlo a plenitud, han demostrado que con la gracia de Dios un modo nuevo de ser hermanos es posible así lo señalaba el Papa Benedicto XVI cuando los comparó con los primeros hermanos en el mundo Caín y Abel.
San Pedro inicialmente un pescador sencillo fue elegido por Jesús para hacer el fundamento de su iglesia Jesús le dijo tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia con estas palabras Simón Pedro pasó a ser las rocas de la iglesia y se comprometió apacentar el rebaño de Dios a pesar de sus debilidades humanas de sus fallas y negaciones. Pedro experimentó la redención y se convirtió en un líder valiente y apasionado de Cristo que con humildad asumió su cargo de ser cabeza de la iglesia dirigió a los apóstoles y se encargó de que los discípulos mantuvieran viva la verdadera fe.
San Pablo era conocido como Saulo de Tarso antes de su conversión fue un perseguidor de los cristianos hasta que tuvo un encuentro transformador con Cristo en el camino a Damasco desde entonces se bautizó dedicó su vida a proclamar el evangelio y a plantar comunidades cristianas en distintos lugares del mar Mediterráneo lo llamaban el apóstol de los gentiles.
Las historias de Pedro y Pablo son poderosos testimonios de fortaleza y perseverancia en la fe, ambos enfrentaron persecuciones sufrimientos martirio por la causa de Cristo, sin embargo su fe nunca vaciló la fuerza de sus enseñanzas y sus epístolas alimentan y fortalecen aún en la actualidad la fe Pedro y Pablo recuerdan que con la gracia de Dios podemos superar cualquier obstáculo y ser testigos vivos del amor de Cristo en el mundo.
En el año 61 después de Cristo Pedro y Pablo fueron arrestados en Jerusalén como ciudadanos romano que era, Pablo fue llevado a Roma para ser juzgado lo encarcelaron lo liberaron y lo volvieron a detener durante las persecuciones ordenadas por el emperador Nerón, estuvo en la misma prisión que San Pedro y en el año 67 a San Pablo lo decapitaron y San Pedro fue crucificado en el circo de Nerón escogió ser crucificado boca abajo considerándose indigno de morir de la misma manera que su maestro Jesucristo como columnas del edificio espiritual de la iglesia.
El 29 de junio la iglesia celebra su legado espiritual comprobamos de nuevo que sus enseñanzas no pasan de moda y recordamos que el fundamento de la iglesia es el amor a Cristo, por eso jamás debemos dejar fuera el nombre o las enseñanzas que dio Jesucristo entre sus muchas enseñanzas Pedro y Pablo, dan testimonio de que la fe puede superar cualquier obstáculo y demuestran que incluso las personas más comunes pueden convertirse en instrumentos extraordinarios en las manos de Dios, renovemos nuestros compromiso de seguir su ejemplo de fe y de coraje con la mirada puesta en Dios, sabiendo que con Dios siempre ganamos.
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