La ex actriz porno Bree Solstad, convertida por María, visita varias iglesias italianas, y da su testimonio:
«A menudo rezo el Rosario mientras hago los rosarios de mi nuevo negocio de joyería. También rezo con cada rosario antes de enviarlo. Hablo mucho con María sobre mis deseos, mi vida pasada y la tragedia que viví.
El Rosario en sí ha sido una gran bendición para mí y para mi crecimiento espiritual. Mi parte favorita son las intenciones y pensar en alguien o algo que necesita mis oraciones. El solo hecho de orar por alguien más me ayuda a dejar de concentrarme en mí misma y me recuerda que otros necesitan oraciones.
El Rosario realmente me ha ayudado a ser humilde y caritativa con los demás. Cuando rezo el Rosario todos los días, noto una enorme diferencia en mi estado de ánimo. Estoy menos irritable, tengo más amor en mi corazón y soy mucho más paciente. Es como una sesión de terapia calmante, oración y meditación. Nunca podría recomendar lo suficiente el rezo diario del Rosario.
Cuando pensé por primera vez en renunciar a los considerables ingresos que obtenía por mi trabajo en la pornografía, me pareció muy difícil. Pero sabía que, para convertirme verdaderamente y entregar mi vida a Jesús y para ser verdaderamente testigo ante los demás y ante aquellos que luchan contra la adicción a la pornografía, tenía que dejar todo. Sentía miedo y angustia, pero quería hacer algo que trajera fe, esperanza y belleza a la vida de las personas.
Antes de dedicarme a la producción de pornografía, trabajé con uno de los diseñadores de joyas más importantes de la costa este de Estados Unidos. Así que para mí tenía sentido volver a esas raíces y usar la creatividad y el sentido de la belleza que Dios me había dado. Este nuevo trabajo me ayuda a sentirme agradecida y me permite estar en contacto con Jesús y María. He diseñado y hecho a mano varios rosarios personalizados, que se han dado como regalo de Bautismo, Confirmación o cumpleaños.
Hacer algo hermoso y lleno de oración por la Confirmación de la hija de alguien me conmueve profundamente. Incluso tuve la oportunidad de diseñar un rosario especial de seis decenas para un sacerdote dominico. Es sorprendente que haya podido lograr algo como esto, considerando mi pasado. Hoy mi corazón está lleno. La plenitud que siento en esta nueva actividad me la da la misericordia de Dios.
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