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El comercio pesquero Sur-Sur ofrece un mar de oportunidades
GINEBRA – El comercio de productos de la pesca y acuicultura entre países en desarrollo, entre los que destacan varios de América Latina, ofrece oportunidades para un crecimiento económico sostenible e inclusivo, plantea un reporte de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad) divulgado este viernes 16.
Chile, Ecuador y Perú, junto a China, India, Tailandia y Vietnam son los principales exportadores entre los países del Sur global, que en 2022 representaron 46 % de las exportaciones globales de productos pesqueros y acuícolas, frente a 42 % en 2012.
La Unctad (hasta 2023 conocida como Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) destacó que la participación de esos países en el segmento de productos procesados de la pesca es superior a la de los no procesados, 53 % frente a 40 %.
“Eso destaca el éxito de los países en desarrollo en agregar valor a sus exportaciones de productos del mar”, observó David Vivas Eugui, a cargo de la sección de océanos y economía circular de la Unctad.
El comercio global de productos pesqueros y de acuicultura, que incluye peces, crustáceos, moluscos, algas y muchos subproductos acuáticos con valor agregado, sumó 186 000 millones de dólares en 2022, un aumento de 63 % frente a los 114 000 millones de 2012.
El comercio Sur-Sur en el sector se duplicó durante ese período, aumentando de 19 000 millones a 39 000 millones de dólares.
Vivas Eugui destacó que el comercio Sur-Sur permite a los países en desarrollo retener más beneficios económicos a nivel local, crear empleos y fomentar la innovación, tanto en productos marinos alimentarios como no alimentarios.
En los sectores de la pesca y la acuicultura, también mejora la seguridad alimentaria y aumenta el acceso a alimentos ricos en proteínas, especialmente para las poblaciones costeras.
Al comerciar más entre ellos, los países en desarrollo pueden agregar valor a sus productos, al tiempo que mejoran la calidad o el procesamiento antes de la exportación.
Eso no solo impulsa las industrias locales, sino que fortalece su capacidad para competir a nivel internacional, incluso en mercados avanzados, subrayó el experto.
El análisis de ventaja comparativa revelada de la Unctad, que mide el desempeño exportador de un país en relación con su comercio global, muestra que muchos países en desarrollo tienen una ventaja comparativa en varias especies marinas y subproductos.
Como ejemplo cita que Argentina es reconocida por su merluza congelada, apreciada globalmente por su textura firme y suave sabor.
Perú prospera en la exportación de anchoas preparadas o en conserva, aprovechando las abundantes y ricas reservas de peces del afloramiento de la Corriente de Humboldt.
Marruecos destaca por sus sardinas procesadas, al juntar su rica biodiversidad marina con prácticas pesqueras sostenibles, y Mozambique sobresale en la exportación de langostas rojas y otras cigalas marinas.
Ese tipo de ventajas permiten a estos países capitalizar mercados específicos, impulsando el crecimiento económico y diversificando las exportaciones.
Además, las pesquerías y la acuicultura están vinculadas a la economía creativa, con chefs en muchos países en desarrollo expresando su creatividad a través del uso de especies locales y sabores ricos en biodiversidad.
Pero a pesar del prometedor crecimiento, el sector de las pesquerías marinas y la acuicultura enfrenta varios desafíos, pues la sobrepesca, los subsidios perjudiciales y el cambio climático representan amenazas significativas para la sostenibilidad.
Desde 1974, la sobreexplotación de las existencias se ha triplicado, con más de un tercio de las pesquerías evaluadas en el mundo actualmente sobreexplotadas.
El cambio climático agrava estos problemas, afectando las temperaturas del mar y los ecosistemas, lo que pone en peligro tanto el medio ambiente como los medios de vida que dependen de estos recursos, indica el estudio.
La Unctad agrega que las barreras comerciales, especialmente las medidas no arancelarias, también obstaculizan el crecimiento.
Las medidas no arancelarias son reglas y regulaciones, aparte de los aranceles, que los países utilizan para controlar la cantidad y los tipos de productos que ingresan a sus mercados. Incluyen requisitos de seguridad alimentaria y estándares de calidad, que pueden ser costosos para los exportadores.
El organismo de la ONU recuerda que el Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Países en Desarrollo (Sgpc) es un acuerdo entre países en desarrollo para promover el comercio, ofreciendo un trato preferencial en los aranceles y otras barreras comerciales.
Considera que a pesar de los aranceles más bajos entre los miembros del Sgpc, la prevalencia de las medidas no arancelarias sigue como obstáculo para el comercio.
Por ejemplo, las medidas sanitarias y fitosanitarias, y las barreras técnicas al comercio, aumentan significativamente los costos de cumplimiento y restringen el acceso a los mercados según la Unctad.
Esas medidas representan aproximadamente 65 % de todas las medidas no arancelarias que enfrentan los exportadores. En las importaciones, esas afectan a 93 % de las relaciones de importación de productos pesqueros, y las barreras técnicas a 82 %.
En 2022, los miembros del Sgpc representaron más de 60 % de las exportaciones totales de los países en desarrollo en el sector pesquero, lo que ilustra el papel vital de este acuerdo en el fomento del comercio Sur-Sur.
Con 42 miembros en África, Asia y América Latina, el Sgpc abarca a 4000 millones de personas, un mercado potencial vasto y diverso.
A-E/HM
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