Rusia acusa a la OTAN de ayudar a Kiev en incursión en Kursk, mientras sus tropas avanzan en Donetsk
El asesor del Kremlin, Nikolai Patrushev, acusó este viernes 16 de agosto a la OTAN y Occidente de estar “directamente involucrados” en la planeación de la sorpresiva incursión del Ejército ucraniano en la región rusa de Kursk. Kiev sostiene que mantiene su avance en esa región más de una semana después de iniciar la ofensiva, mientras las tropas rusas se adentran aún más en la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania. Allí, según aseveró el Ministerio de Defensa ruso, sus militares tomaron en las últimas horas el control de la localidad de Serguiivka. Las autoridades ucranianas urgen a evacuaciones en la cercana Pokrovsk, ante la aproximación de las fuerzas de Moscú.
Primera modificación: FRANCE24
El Kremlin apunta a Occidente como impulsor de la inédita ofensiva de Ucrania en territorio ruso, más de dos años después de que Moscú ordenara la invasión de su vecino país.
Nikolai Patrushev, influyente asesor del presidente ruso, Vladimir putin, declaró este viernes 16 de agosto que la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN), dirigida por Estados Unidos ayudó a planear la sorpresiva ofensiva en la región de Kursk, en el sur de Rusia y fronteriza con el territorio ucraniano.
"La operación en la región de Kursk también fue planeada con la participación de la OTAN y los servicios especiales occidentales", sostuvo Patrushev al diario local ‘Izvestia’.
Sin embargo, la Casa Blanca ya ha señalado que Ucrania no avisó con antelación de su incursión y que Estados Unidos no estuvo involucrado.
Las acusaciones desde Moscú llegan después de que un informe de la cadena británica ‘BBC’ señalara que el Ejército ucraniano ha utilizado tanques Challenger 2 que fueron donados por Reino Unido, en su ofensiva en territorio ruso. No obstante, el Ministerio de Defensa señaló no hará comentarios sobre qué armas específicas suministradas por su país se están utilizando en Kursk.
Además, el jueves 15 de agosto, Kiev pidió a sus aliados occidentales permitirle el uso de armas de largo alcance en Rusia. Hasta ahora, una línea roja a la que los aliados se han rehusado.
La incursión relámpago, la mayor en Rusia por parte de una nación extranjera desde la Segunda Guerra Mundial, inició el pasado 6 de agosto cuando miles de tropas ucranianas cruzaron la frontera, lo que ha expuesto las vulnerabilidades del Ejército de Putin en su propio país.
Kiev ha declarado que, a diferencia de Moscú, no pretende apoderarse de territorios que no le pertenecen y que el objetivo de sus acciones en Kursk es presionar al Kremlin a iniciar conversaciones de paz "justas".
Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sus soldados mantienen el avance en Kursk, donde ya han tomado el control de 82 localidades y alrededor de 1.000 kilómetros cuadrados.
Zelenski también aseveró que Ucrania tomó el control de la ciudad rusa de Sudzha, algo que posteriormente fue negado por el general ruso Apti Alaudinov, comandante de las Fuerzas Especiales Akhmat de Chechenia.
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