Ciencia confirma | La lactancia no causa flacidez en los senos
A pesar de que la ciencia ha comprobado que la lactancia materna no causa caída de los senos, muchas madres se abstienen de amamantar por temor a los cambios en su apariencia. Es hora de desterrar este mito.
¿Por qué se cree que la lactancia causa flacidez?
Es cierto que los senos experimentan cambios notables durante el embarazo y la lactancia.
Pero la flacidez no es un efecto directo de la lactancia, sino de los cambios hormonales y el estiramiento de la piel durante la gestación.
¿Cuál es la verdadera causa de la flacidez en los senos?
El embarazo provoca un aumento del tamaño de los senos y un estiramiento de la piel. La lactancia simplemente hace que los senos se llenen de leche, aumentando su volumen aún más.
Es la elasticidad de la piel, junto a factores como la genética, el peso, la edad y el estilo de vida, lo que determina la aparición de flacidez después del embarazo y la lactancia.
Desmontando el mito:
Estudios científicos como el realizado por la American Society of Plastic Surgeons (ASPS) en 2011 demuestran que la lactancia no causa caída de los senos.
Amamantar es un proceso beneficioso tanto para el bebé como para la madre, y no debe ser limitado por preocupaciones estéticas.
Consejos para prevenir la flacidez:
Controlar el peso durante la gestación: Un aumento de peso moderado (entre 11 y 16 kilos) durante el embarazo ayuda a evitar la flacidez.
Bajar de peso gradualmente: Perder peso de forma gradual después del parto ayuda a que la piel se adapte y se mantenga firme.
Usar un sostén adecuado: Usar un sujetador adecuado ayuda a sostener los senos y evita que se caigan debido al peso.
Ejercicio físico: La práctica de ejercicios regulares, como natación, yoga o pilates, fortalece los músculos y ligamentos que sostienen los senos.
El estilo de vida de la madre es clave:
Llevar un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada, dormir lo suficiente, beber agua en abundancia, dejar de fumar y protegerse del sol, contribuye a la salud de la piel y a prevenir la flacidez.
En definitiva, no hay razón para que la preocupación por la estética limite la decisión de amamantar. Los senos no se caen por la lactancia materna, y con un estilo de vida saludable, las madres pueden disfrutar de los beneficios de la lactancia sin temor a cambios estéticos negativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario