¿Cuál sería el impacto de la victoria de Trump para Brasil y Venezuela?
En cuanto a la posible victoria del candidato republicano, Donald J. Trump, cabe hacerse las preguntas: ¿Serán canceladas las licencias a Chevron para explotar el petróleo venezolano? ¿Cambiará la postura de los Estados Unidos respecto a su posición parcializada a favor de Guyana frente a la disputa territorial del Esequibo contra Venezuela?
Las elecciones en los Estados Unidos tendrán una influencia definitiva sobre el desarrollo de una posible Tercera Guerra Mundial. Si ganan los demócratas, las probabilidades de que esto ocurra aumentan, pero si ganan los republicanos, existen incentivos para prever que esto pudiese ser evitado. Frente a un contexto así, vale la pena analizar lo que podría pasar en los países del sur que enfrentan cambios en los fenómenos políticos de gran impacto en la región: Venezuela y Brasil.
Comenzando por Venezuela, la tiranía chavista tiene una crisis de legitimidad luego de las elecciones del 28 de julio donde, con el 70 % de los votos válidos demostrado en las actas, fue electo Edmundo González Urrutia. Nicolás Maduro ni el Consejo Nacional Electoral reconocen el resultado de sus propias actas, en consecuencia, han decido mantenerse en el poder a través de la violencia perfeccionando sus métodos crueles y criminales contra la población venezolana, incluso contra varios de sus propios militantes. La administración Biden no se mete con las licencias dadas a Chevron, para que esta petrolera norteamericana explote el petróleo de los venezolanos, acción que genera millonarios ingresos al régimen chavista. Si gana Kamala Harris, de seguro esto no cambiará, así como de seguro no cambiará su política hacia Guyana y su apoyo en la disputa por el Esequibo contra Venezuela: en resumen, la administración Biden es inconveniente con el interés del pueblo venezolano de liberarse del chavismo y conservar la integridad del territorio nacional.
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En cuanto a la posible victoria del candidato republicano, Donald J. Trump, cabe hacerse las preguntas: ¿Serán canceladas las licencias a Chevron para explotar el petróleo venezolano? ¿Cambiará la postura de los Estados Unidos respecto a su posición parcializada a favor de Guyana frente a la disputa territorial del Esequibo contra Venezuela? En esta campaña hemos visto que el mensaje frente al tema venezolano ha girado en torno a la criminalidad en territorio norteamericano. Es inminente hacer mención al Tren de Aragua como grupo terrorista creado por el chavismo para desestabilizar a los Estados Unidos en el marco de su estrategia de guerra híbrida.
Los venezolanos apoyamos el exterminio de ese grupo que degrada a nuestra comunidad en cualquier parte del mundo, pero, por otra parte, el discurso que los asesores del presidente Trump le han recomendado en torno a la disminución de los niveles de inseguridad en Venezuela basados en las cifras del régimen chavista, ha sido desacertado. Es el caso de Stephen Miller quien perdió el control al ser entrevistado por el periodista José María del Pino, de NTN 24, quien le preguntó sobre cómo sabía que Venezuela es más segura y si su conclusión se debe a que confía en las cifras emitidas por el chavismo. La comunidad venezolana tiene altos niveles de confianza en torno al presidente Trump y tiene la esperanza de que este tipo de personas no sean sus asesores y los cambie por funcionarios que realmente puedan ayudarlo a realizar una mejor aproximación al fenómeno político para que sea acertado y conveniente en la conjunción del interés de la sociedad norteamericana y la venezolana. Este interés común no es más que ser sociedades libres que puedan cooperar y comerciar en beneficio de sus pueblos sin que ninguno menoscabe la existencia del otro.
Si abordamos el fenómeno político de Brasil, el Congreso de los Estados Unidos ha tomado la iniciativa de enfrentar la tiranía judicial, la cual se expresa en el ataque a la empresa X de Elon Musk. Luego de años de practicar la censura y de tomar medidas que van en contra de la justicia en varios ámbitos de la vida social de Brasil, los americanos han sido alertados por miembros del Congreso de Brasil sobre esta amenaza que ahora interfiere en el interés de uno de sus más importantes ciudadanos. La censura a X ha desencadenado una serie de investigaciones que podrían devenir en la prohibición de las visas de los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF) y una serie de sanciones individuales, parecidas a las que tienen los oligarcas de la tiranía chavista. A pesar de que esto signifique una esperanza para los brasileños, varios informes de periodistas de investigación han apuntado que la administración de Joe Biden y Kamala Harris han interferido en las elecciones de 2022 y también se hacen de la vista gorda respecto a la censura practicada por el Gobierno de Lula da Silva.
Luego de las elecciones locales de octubre de 2024, existe un panorama positivo para que la derecha retome la presidencia en 2026 y aumente su presencia en el Congreso, incrementando las expectativas de cambio no solo en el ámbito económico, sino que también se esperan esfuerzos para poner límites al abuso de poder que proviene del Poder Judicial. En este sentido, si Trump consigue la victoria para un segundo mandato, y si el bolsonarismo vuelve al poder en 2026, lo más probable es que la presión contra los magistrados del STF sea importante al punto de tocar sus intereses más sensibles para que desistan de sus acciones o sacarlos del poder. De ser así, el presidente del nuevo gobierno podría nominar nuevos magistrados y poner fin a este periodo de persecución y censura en Brasil.
Por todo esto, la elección presidencial en los Estados Unidos genera altas expectativas para los venezolanos y brasileños, que necesitan un gobierno que realmente sea aliado en la lucha contra el Foro de São Paulo, lo que dará como retorno a los norteamericanos una región segura, pacífica e integrada para luchar contra los imperios que quieren la destrucción de Occidente mediante la proliferación del narcotráfico, la destrucción de la fe judía y cristiana, el fortalecimiento del terrorismo islámico y el fin de las democracias.
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