18 de octubre de 2024
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El Supremo Tribunal de Brasil, la máxima corte del país, ha expandido su poder en los últimos cinco años. La razón: llevar a cabo una campaña ambiciosa de protección de las instituciones democráticas frente a ataques, gran parte de ellos en internet.
Jack Nicas, jefe de la corresponsalía en Brasil, escribió un reportaje a profundidad en el que aborda un dilema complejo: “Para la izquierda brasileña, la campaña ha ayudado a rescatar la democracia de Brasil. Para la derecha, ha convertido al tribunal en una amenaza para la propia democracia. Ambos bandos podrían tener razón”.
La confrontación entre Elon Musk, propietario de la red social X, y uno de los jueces del tribunal, Alexandre de Moraes, ha puesto a esta corte al centro de la atención mundial.
Con sus nuevas facultades —como por ejemplo obligar a medios a retirar artículos o incluso la posibilidad de bloquear X, la red social de Elon Musk— el Supremo Tribunal brasileño se ha convertido en una de las cortes superiores más poderosas del planeta, según Tom Ginsburg, profesor de Derecho Constitucional Comparado de la Universidad de Chicago.
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Luís Roberto Barroso, presidente del Supremo Tribunal, en su despacho el mes pasado. “Una democracia joven como Brasil necesita protegerse de riesgos reales”, afirmó. Dado Galdieri para The New York Times |
“Estamos defendiendo enérgicamente la democracia”, le dijo Luís Roberto Barroso, presidente del tribunal, a Jack.
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AQUÍ PUEDES LEER EL REPORTAJE COMPLETO: |
| Dado Galdieri para The New York Times |
¿El Supremo Tribunal de Brasil salva a la democracia o la amenaza?El máximo tribunal de Brasil amplió su poder para proteger la democracia. Pero algunos se preguntan si el tribunal representa ahora la amenaza. By Jack Nicas |
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ENTRETENIMIENTO, DEPORTES Y CIENCIA |
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Asunto de debate
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Kristina Tzekova |
La escritora Ann Patchett abrió su cuenta de correo electrónico en 1995. Usaba un servidor AOL y cuando necesitaba consultar el correo “desenchufaba la clavija de la parte posterior de mi teléfono fijo y la conectaba al módem”. Veinticuatro años después, cuando el correo electrónico es casi omnipresente, se arrepiente de haber abierto una cuenta. “Aunque he desactivado el ‘ping’ que solía anunciar cada mensaje nuevo, lamento lo susceptible que soy a sus constantes interrupciones”, escribe Patchett en un ensayo de Opinión reciente.
Es imposible no traducir el tiempo que he pasado en los últimos casi 30 años leyendo correos electrónicos y escribiéndolos (y en algunos casos incluso componiéndolos, reflexionando mucho sobre lo que quiero decir) en libros que podrían haber sido escritos y leídos, todas esas palabras derramadas sobre el teclado que no llegaron a nada.
¿Cuándo abriste tu cuenta de correo electrónico? ¿Te arrepientes de haberlo hecho o es un medio indispensable y positivo para ti? Cuéntanos lo que piensas aquí.
—Gregory Escobar editó este boletín.
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