Donald Trump causó sensación en su mitin en el Madison Square Garden de Nueva York el domingo 27 de octubre, pero no por las razones que él esperaba. Pretendía que el acto fuera una demostración de fuerza, pero la atención de los medios se centró rápidamente en el cómico Tony Hinchcliffe.
Encargado de ambientar la sala, comparó a Puerto Rico, territorio estadounidense, con "una isla flotante de basura en medio del océano". Esto provocó risas, pero también una condena palpable en el público. En una muestra del malestar, el equipo de Donald Trump reaccionó rápidamente, afirmando en un comunicado que "esta broma no refleja las opiniones del presidente Trump ni de su campaña".
Antigua colonia española, Puerto Rico se convirtió en territorio estadounidense a finales del siglo XIX y adquirió el estatus de "Estado Libre Asociado" en la década de 1950.
"Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses, pero la isla no puede participar en las elecciones presidenciales", explica Allan Potofsky, profesor de Historia y Civilización de América en la Universidad París Ciudad. "Es un territorio estadounidense, no realmente un estado, ni totalmente independiente".
Mientras que los residentes en la isla no pueden votar en las elecciones presidenciales, los 5,8 millones de puertorriqueños que viven en el continente sí pueden y su influencia ha crecido desde el éxodo masivo provocado por el huracán María. Desde 2017, casi 200.000 puertorriqueños han emigrado al territorio continental de Estados Unidos. Sus voces son especialmente influyentes en algunos estados clave.
"Hay millones de puertorriqueños en Michigan y Pensilvania. Provocarlos podría tener consecuencias muy negativas para los republicanos, ya que se trata de estados fundamentales. Apuntar a Puerto Rico de esta manera no parece una estrategia política inteligente", comenta Allan Potofsky.
Gov. Walz and @AOC react to this clip: “When you have some a-hole calling Puerto Rico ‘floating garbage,’ know that that's what they think about you. It's what they think about anyone who makes less money than them… I want every Puerto Rican in Philadelphia and Reading and… https://t.co/L5GdSvLJWT pic.twitter.com/y9DQTABM0v
— Kamala HQ (@KamalaHQ) October 27, 2024
El incidente no tardó en ser denunciado en las redes sociales, sobre todo por el equipo de campaña de Kamala Harris.
"Cuando tienes a un imbécil llamando a Puerto Rico 'basura flotante', que sepas que eso es lo que piensa de ti. Eso es lo que piensa de todos los que ganan menos dinero que ellos (...) Quiero que todos los puertorriqueños de Filadelfia y de todo el país vean este clip", dijo Alexandria Ocasio-Cortez, una popular legisladora demócrata por Nueva York.
"Pensilvania es el hogar de casi medio millón de puertorriqueños, tres cuartas partes de los cuales pueden votar. Son una parte integral de nuestra comunidad y merecen algo mejor que ser el blanco de bromas cuestionables", publicó, por su parte, en X John Fetterman, senador demócrata por Pensilvania.
Casualmente, Kamala Harris estuvo el domingo en Filadelfia, donde la comunidad puertorriqueña tiene una fuerte presencia.
"Los puertorriqueños merecen un presidente que valore su fuerza e invierta en su futuro", dijo la candidata demócrata en un vídeo colgado en internet. La vicepresidenta estadounidense añadió que nunca olvidará "lo que Donald Trump no hizo cuando los puertorriqueños necesitaban un líder atento y competente", en referencia a la tardía respuesta de Trump a los sucesivos huracanes que azotaron la isla en 2017.
En efecto, Donald Trump había sido criticado por la lentitud de la ayuda federal y por sus comentarios considerados condescendientes con la población local. Poco después de declarar el estado de emergencia, tuiteó que "Texas y Florida lo están haciendo muy bien, pero Puerto Rico, con sus infraestructuras defectuosas y su enorme deuda (antes del huracán), va a tener grandes problemas...".
Un informe de 2023 del Departamento de Vivienda reveló además que la Administración Trump retrasó el envío de más de 20.000 millones de dólares en ayuda a Puerto Rico tras el huracán María, alegando trabas burocráticas innecesarias.
Pennsylvania is home to almost half a million Puerto Ricans and nearly 3/4 are able to vote.
— John Fetterman (@JohnFetterman) October 27, 2024
They’re crucial to our commonwealth—not a punchline for a desperate joke.
While Trump + his allies won’t stop degrading and belittling, know Kamala Harris is fighting for everyone. 🇵🇷🇺🇸
Un año después del desastre, un estudio independiente estimó que casi 3.000 personas murieron como consecuencia de los efectos del huracán María. Pero Donald Trump había cuestionado repetidamente esta cifra, alegando que aumentaba "mágicamente".
Para Allan Potofsky, este enésimo incidente podría no perjudicar al expresidente en su carrera hacia la Casa Blanca. Más sorprendente aún, en realidad podría ayudarle.
"Trump se dirige principalmente a un electorado blanco con escasa formación, y en estas elecciones se trata más de movilizar a su base que de ganarse a la oposición. Las encuestas parecen haberse congelado desde que Kamala Harris entró en la carrera, lo que parece validar esta estrategia".
Hacia un referéndum sobre el futuro de Puerto Rico
Aunque no puedan votar en las elecciones presidenciales estadounidenses, los 3,2 millones de habitantes de la isla de Puerto Rico acudirán, sin embargo, a las urnas el 5 de noviembre, para un referéndum sin precedentes.
La papeleta ofrecerá tres opciones para un nuevo estatus no colonial: convertirse en 51 estado de Estados Unidos, obtener la independencia o elegir la libre asociación, un estatus intermedio que permite a Puerto Rico seguir asociado a Estados Unidos con un acuerdo de soberanía compartida.
"Puerto Rico tiene el derecho – e incluso, diría yo, el deber moral – de persistir en su búsqueda de la autodeterminación, exigiendo una respuesta adecuada del Congreso a la voluntad de nuestro pueblo", dijo el gobernador Pedro Pierluisi al anunciar el referéndum el 1 de julio. "Debemos votar cuantas veces sea necesario para poner fin al estatus colonial".
El actual estatus de Puerto Rico como territorio no incorporado lo coloca en una precaria situación política y económica. Los puertorriqueños no pagan impuestos federales y no reciben financiación federal para programas esenciales como Medicaid, que cubre los gastos médicos de las personas con bajos ingresos. Esta indefinición estatutaria ha contribuido a la prolongada crisis económica de la isla, acentuando los llamamientos a una resolución más clara de su estatus.
Sin embargo, parece poco probable que el referéndum de noviembre dé lugar a un cambio significativo. Tal cambio requeriría la aprobación del Senado estadounidense. El Senado se ha mostrado históricamente reacio a cambiar el estatus de Puerto Rico, por temor a que la incorporación de un nuevo estado con una población mayoritariamente hispanohablante y de tendencia demócrata pudiera afectar al equilibrio de poder político a nivel federal.
En 2018, Donald Trump expresó su oposición a la idea de la estadidad para Puerto Rico, afirmando que se opondría mientras los "incompetentes" dirigentes de la isla siguieran en el cargo.
Kamala Harris, por su parte, se limitó a una mención muy general en su programa, afirmando que "respeta el derecho de Puerto Rico a la autodeterminación", a diferencia de su oponente.
Sea cual sea el resultado, este referéndum envía una señal clara a la Administración estadounidense: el creciente número de puertorriqueños que reclaman el derecho a la autodeterminación quieren que se redefina su estatus para garantizar mayores derechos y representación. Tanto si viven en la isla como en el continente, el 5 de noviembre tendrán la oportunidad de hacer oír su voz.
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