El talento de Teresa para la escritura es reconocido en todo el mundo. A través de su poesía, expresa sus sentimientos mediante imágenes que nos conducen a Jesús y nos permiten experimentar la realidad del Cielo en la tierra. El lenguaje figurativo utilizado por Teresa es muy denso. Podemos apreciar la estructura del poema, con la sucesión de imágenes, el juego de metáforas y, sobre todo, su profundo deseo de identificarse con Cristo.
Para Teresa, la vida en el Cielo consistirá en contemplar el Rostro divino en la visión beatífica; ella quiere practicarlo ahora y empezar a hacerlo aquí abajo, en la fe, contemplando el Santo Rostro de Jesús. Ese es su Cielo en la tierra.
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