Autobiografía |
¡El sol ilumina a todos los seres vivos! |
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Puesta en situación |
Este extracto es una continuación del texto de la semana pasada. En la introducción al relato de su vida, Teresa prosigue su reflexión sobre aquel a quien llama «el Buen Dios», aquel cuya grandeza es infinita y que cuida de todas sus criaturas. |
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Teresa me escribe |
Así como el sol ilumina a la vez a los cedros y a cada florecilla, como si sólo ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa también Nuestro Señor de cada alma personalmente, como si no hubiera más que ella. Y así como en la naturaleza todas las estaciones están ordenadas de tal modo que en el momento preciso se abra hasta la más humilde margarita, de la misma manera todo está ordenado al bien de cada alma. |
Ms A folio 3 r° |
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Comprendo |
Teresa escribió que Dios cuida de todas sus criaturas, desde la más grande hasta la más pequeña. Es lo que en nuestra fe cristiana llamamos Divina Providencia: Dios vela por sus hijos y les desea todo el bien, la justicia y la paz posibles. |
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Rezo y actúo |
Dios busca colaboradores en su obra de salvación, justicia y paz. Depende de nosotros responder a esta llamada. ¿Lo haremos? |
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