TERESA HOY

 

Últimas palabras de Teresa y testimonios Como una gallina Puesta en situación La madre Inés de Jesús cuenta una anécdota de una visita a su hermana pequeña enferma: Teresa me habla «Bajando las escaleras, vio, a la derecha, bajo el níspero, la gallinita blanca con todos sus polluelos debajo de las alas. Algunos solo mostraban sus pequeñas cabezas. Hizo una pausa pensativa para considerarlos. Después de un rato, le hice señas de que era hora de irse a casa. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Le digo: «¡Estás llorando!» Entonces se llevó la mano a los ojos mientras lloraba más y me respondió: "No puedo decirte por qué en este momento; estoy demasiado emocionada..." Por la tarde, en su celda, me dijo con expresión celestial: Lloré pensando que el buen Dios tomó esta comparación para hacernos creer en su ternura. ¡Toda mi vida, eso es lo que ha hecho por mí! ¡Me escondió por completo bajo sus alas!... A veces, cuando te dejaba, lloraba subiendo las escaleras, no podía contenerme más, y tenía prisa por volver a nuestra celda; mi corazón se desbordó de amor y gratitud». CJ 7.6 (ejercicios de redacción junio 1887) Comprendo Teresa tenía una gran capacidad para ver a Dios en la vida cotidiana. Sabía utilizar las pequeñas experiencias para alimentar su meditación y su vida espiritual. La conmovedora visión de una escena en el gallinero le permitía profundizar en el amor de Dios por ella. Teresa se refiere aquí a las palabras de Jesús: «Jerusalén, Jerusalén, (...) cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas...» (Mt 23,37). Pero también podemos pensar en otros pasajes que evocan la protección divina a través de la imagen de las alas (Dt 32,11; Sal 61,5). Dios vela por nosotros con ternura: Teresa, haciendo memoria de su vida, reconoce que esto es verdad; lo ha experimentado, a pesar de la enfermedad que la corroía. Rezo y actúo Hoy, en la escuela de Teresa, practico la utilización de una situación banal para meditar sobre el amor que Dios me tiene.